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El obispo de Saltillo, Hilario González enfatizó que la iglesia tiene el papel de ser aliado del gobierno, con el fin de que la sociedad cuenta con las herramientas necesarias para una buena calidad de vida, por lo que señaló que «un buen católico no se abstiene de la política».
Luego de oficiar una misa especial para el gobernador Manolo Jiménez, su gabinete y su familia, el Monseñor aprovechó la oportunidad para aconsejar a los asistentes y recalcar la importancia de la iglesia con la administración estatal, por lo que envió un mensaje al nuevo dirigente de Coahuila.
«Un buen gobernante es el que tiene amor a su pueblo y humildad, […] le pedí a Dios que ellos puedan mantener el progreso social para que pueda mantenerse la paz de manera estable», expresó en la capilla Santo Cristo.
También, recalcó que hasta la fecha no ha realizado una petición específica a Manolo Jiménez, pero espera que la relación de la iglesia y el estado se mantenga estrecha, como con los dirigentes anteriores en la entidad.
Además, pidió a los feligreses que oren por los gobernantes, refiriéndose a un mensaje del papa Francisco, en donde enfatizó que los dirigentes políticos no se deben «desentender» y actuar para el bien común del pueblo.
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