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Saltillo, Coahuila.- Un grupo de 46 peregrinos que viajaba hacia la Basílica de Guadalupe en la peregrinación anual de la Diócesis de Saltillo experimentó un momento crítico cuando el autobús en el que viajaban comenzó a incendiarse. Pese al peligro y al hecho de que la mayoría de los pasajeros eran adultos mayores, todos lograron evacuar el vehículo sin sufrir lesiones.
El humo comenzó a llenar el interior del autobús rápidamente, y en menos de tres minutos, el vehículo estaba envuelto en llamas. «Todos salimos en orden hacia el exterior y a un lugar seguro, porque era mucho humo; también nos tuvimos que tapar la nariz», relató el diácono Ernesto Saúl Márquez.
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Los hechos ocurrieron en la carretera 57 a la altura del ejido puerto México en los límites de Coahuila y Nuevo León.
Durante las casi tres horas que pasaron varados en la carretera, los peregrinos aprovecharon el tiempo para cantar y orar, agradeciendo que nadie resultara herido.
«La mayoría expresaba que era un milagro de parte de la Virgen, que por algo sucedieron las cosas, que era un designio de Dios, que también no fue tan retirado, que fue cerca de Saltillo», añadió Márquez.
La empresa de transporte envió otro autobús para continuar el viaje, pero los peregrinos, tras deliberarlo, decidieron regresar a casa. Interpretaron el incidente como un mensaje de que pueden venerar a la Virgen de Guadalupe desde cualquier lugar, sin necesidad de llegar al templo.
Este evento, que podría haber tenido un desenlace trágico, dejó a los peregrinos con una sensación de protección divina y un renovado sentido de gratitud hacia la Virgen de Guadalupe, a quien atribuyen el milagro de su salvación.
«La virgen nos cubrió con su manto», aseguran.
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(Con información de Zócalo). DA
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