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La cultura de la muerte, lamentablemente, ha cobrado fuerza en nuestra sociedad actual, sostuvo el padre Hermenegildo Villalpando Gómez, de la parroquia Santa Rosa de Lima en Múzquiz.
Sostuvo que cuando una persona decide quitarse la vida, puede haber diversas influencias emocionales, psicológicas, familiares o laborales; además, señaló que estamos presenciando una triste realidad que el visionario San Juan Pablo II nos advirtió en su momento.
El padre Villalpando Gómez destacó que la cultura de la muerte se manifiesta a través del homicidio, el suicidio y el aborto.
Recordó que el papa Francisco hizo hincapié en el valor de la vida y en la importancia de cuidar a los más vulnerables y marginados, ya que esta responsabilidad recae en todos, ya sea la Iglesia, el Gobierno, la sociedad o las asociaciones civiles. Desde la concepción hasta la muerte natural, debemos respetar la vida en todas sus etapas, explicó.
El suicidio es definido por el padre como una decisión irreversible tomada frente a problemas pasajeros. Aunque la vida presenta dificultades, es importante recordar que todo problema tiene solución.
Resaltó que es triste y desalentador ver cómo adolescentes, jóvenes y personas en plena etapa de su vida eligen esta trágica salida, por lo que el llamado es a brindar ayuda a quienes enfrentan problemas temporales, sin juzgar ni criticar, sino mostrando comprensión y apoyo.
La preocupación se agudiza debido a la alarmante estadística de suicidios en la región.
En este fin e inicio de semana, se ha registrado un promedio de un suicidio por día, involucrando a dos hombres adultos, un menor y una joven madre de familia. Estos trágicos sucesos nos llenan de tristeza y nos instan a tomar acciones colectivas para prevenir y abordar el problema de manera integral.
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