Por Zenyax García
A lo largo de sus casi 68 años de existencia la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC) se ha preocupado por desarrollar profesionistas capaces de contribuir a la formación económica, social y política del estado.
En este sentido, la relevancia que cobró la participación de las mujeres mexicanas dentro del ámbito académico se consolidó desde el porfiriato; posteriormente, en 1955, su participación política quedó marcada al obtener el derecho al voto.
No muy lejano a esas épocas se consolidó la creación de la Universidad de Coahuila. El primer intento ocurrió el 1 diciembre de 1942, cuando el entonces gobernador Benecio López Padilla envió al Congreso la iniciativa de ley donde propuso la fundación de la institución.
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Un segundo intento fue el 14 de noviembre de 1945: nuevamente el gobernador López solicitó a la Legislatura local la revisión de la iniciativa de ley para crear la Universidad de Coahuila, petición que resultó favorable. Sin embargo, no se materializó aquel anhelo, aunque el 28 de noviembre de 1945 el Congreso aprobó y promulgó mediante el Decreto 366 la fundación de la universidad y se publicó en el Periódico Oficial.
El tercer y definitivo intento fue el 13 de marzo de 1957, cuando el Congreso local dictaminó mediante el Decreto 193 la creación de un organismo de educación superior que se denominó Universidad de Coahuila. El 22 de marzo de 1957 el gobernador Román Cepeda Flores envió al Periódico Oficial el Decreto 193 para que se publicara, lo que ocurrió a los pocos días: el sábado 30 de marzo de 1957. Se tomó como punto de partida la integración de las preparatorias, normales, técnicas y profesionales que sostenía el gobierno estatal.
Las escuelas fundadoras de la universidad fueron la Preparatoria Ateneo Fuente, Preparatoria Nocturna (ahora Escuela de Bachilleres Dr. Mariano Narváez González T.V), Escuela de Leyes (ahora Facultad de Jurisprudencia), Escuela de Ciencias Químicas, Escuela de Enfermería y Obstetricia, Escuela Normal para Profesores, Escuela Normal Superior, Escuela Superior de Agricultura “Antonio Narro”, Ateneo de Coahuila (con sede en Saltillo), así como la Preparatoria “Venustiano Carranza” y las entonces recién creadas Facultades de Medicina, Ingeniería y de Comercio y Administración, radicadas en Torreón, y la Escuela de Minería y Metalurgia, en Monclova.
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La creación de la Universidad Autónoma de Coahuila le dio un giro a la educación en la región y al estado, pues las escuelas existentes estaban enfocadas en oficios y talleres; además permitieron a las mujeres salir de las actividades de la vida cotidiana a las que por género se les había asignado por nacimiento, dando un paso hacia la igualdad por una formación académica.
Educación media superior
Para 1963 la lista de admisión en la Escuela de Bachilleres Ateneo Fuente no era amplio respecto de las aspirantes, pero sí significativo: se registraron 19 mujeres y 64 hombres, lo que representó apenas 29.68 por ciento.
En 1958 en la Escuela de Bachilleres Doctor Mariano Narváez González (preparatoria nocturna) se encontraban estudiando 130 mujeres, cuya presencia representó 29.74% del alumnado. Para el año siguiente se incrementó la inscripción, con 54 mujeres de nuevo ingreso.
En la Unidad Torreón, la Preparatoria Venustiano Carranza se había consolidado, pues de 1949 a 1957 expidió 74 certificados a mujeres, representando 16.97%; de 1959 a 1961 se expidieron 111 certificados, incrementándose 37 mujeres más.
Ellas en las facultades
En 1958 en las escuelas de la universidad, aquellas clasificadas dentro de las Ciencias Sociales, como la Facultad de Jurisprudencia, se encontraban únicamente nueve mujeres estudiando una carrera. Mientras que para 1975 en Economía y Mercadotecnia de la Unidad Torreón había 36 inscritas en los cinco semestres, las cuales representaban 18 por ciento.
En aquellas consideradas dentro de las ciencias exactas, como la Facultad de Ciencias Químicas, hubo una presencia menor de mujeres, pero igualmente valiosa: para 1959 la carrera de químico sólo contaba con dos mujeres, mientras que la carrera de químico farmacéutico biólogo contaba con 28, una de las cifras más altas hasta entonces.
En aquellas dedicadas al área de la salud, como la Facultad de Enfermería y Obstetricia “Doctor Santiago Valdés Galindo”, la generación 1960-1963 tuvo nueve graduadas. Para 1971 el número de aspirantes mujeres era de 79, el cual representaba 86.8 por ciento.
Para 1959 en la Facultad de Medicina Unidad Torreón el total de mujeres que se encontraban estudiando en los diferentes semestres fue de 18, mismas que representaban 16.38% del alumnado.
El número de ingresos y egresos femeninos ha incrementado. Las escuelas con mayor concentración de alumnos en su mayoría están representadas por mujeres, tal es el caso de Ciencias Químicas de la Unidad Saltillo, Derecho en la Unidad Torreón, Contaduría y Administración en la Unidad Norte, Ciencias de la Administración en la Unidad Saltillo y Contaduría y Administración en la Unidad Torreón, de acuerdo con la Coordinación Igualdad de Género (https://www.uadec.mx/cig-tendencias/).
Abuelas, madres y hermanas, mujeres que encabezaron la apertura de estas escuelas destacándose como grandes profesionistas y su incorporación al sistema superior educativo han hecho posible su participación activa en las esferas laboral, política, económica, cultural y social del país.
Mujeres con criterio y ética conscientes de su rol en la liquidación de una herencia patriarcal –que por siglos había sido una limitante de su desarrollo integral como seres humanos y de una existencia activa y eficaz en la vida pública misma que hoy hará lo posible por desterrar a una sociedad mexicana con profundas raíces machistas– traerá como beneficio una sociedad sin desigualdades, con justicia social y democracia social en la que mujeres y hombres serán protagonistas del desarrollo del país.
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