Por Katya González
La estrepitosa derrota de las facciones priístas en las secciones magisteriales 35 y 38 fueron el decembrino anticipo de que, al menos en el magisterio, el PRI no la tendría fácil en las elecciones del 4 de junio. Y, sin embargo, para el entonces dirigente estatal partidista, Rodrígo Fuentes Ávila, el agasajo electoral se limitó a una comilona petit en El Cañón de Jimulco.
La estancia campestre, la patentó él mismo en sus redes sociales con un mensaje el 13 de mayo:
“El Cañón de Jimulco en Torreón, Coahuila, tiene un gran respeto por sus maestr@s porque en su guía, las nuevas generaciones encontrarán mejor destino. Gracias por permitirme estar con ustedes junto a la maestra Flor Estela Rentería y mi padre, el profr. Mardonio Fuentes”.
En una fotografía, unas 60 personas acompañan al dirigente priísta quien arrobó en el post a la Cámara de Diputados, al gobernador Miguel Ángel Riquelme, al secretario de Educación en el estado, Francisco Saracho y a la dependencia que este último dirige.
No hubo mención de partido ni de su candidato, Manolo Jiménez Salinas, como no la hubo en la fotografía con el senador guerrerense Manuel Añorve Baños, quien llegó de visita el 15 de mayo para apoyar la campaña partidista pero terminó turisteando.
La ausencia del dirigente priísta se extendía a las redes sociales y no sólo en la notoria inasistencia a los eventos de campaña y reuniones de planeación a las que siendo convocado por el abanderado de su partido, no llegaba o llegaba tarde y se retiraba de inmediato.
Poco a poco se aproximó al boicot –dicho así por integrantes de la campaña de Jiménez Salinas, consultados— con episodios similares por esos días.
Por ejemplo, el 14 de mayo, un día después de su fiesta magisterial, condujo al mismo Cañón de Jimulco a la dirigente nacional de la CNOP, Cristina Díaz, a la diputada federal y dirigente juvenil del sector, Fuensanta Guerrero, y a la también diputada federal Monse Arcos. Desde la más famosa zona de recreo campestre lagunera, Fuentes Ávila todavía posteó en Facebook:
“Cuando hay campaña, para l@s priístas no hay domingos”.
El presidente del partido llevaba dos días instalado en la mencionada reserva ecológica y todavía siguió ahí un tercero, a dos semanas de concluir la etapa proselitista del proceso electoral.
Con un cúmulo de episodios como los antes descritos no fue de extrañar que –al cumplirse un mes de la victoria electoral que Rigo Fuentes no podía proclamar suya–, terminara defenestrado, si bien es cierto con un exilio digno al Comité Nacional del PRI, bajo el manto protector de su padrino, el exgobernador Rubén Moreira.
La salida postergada
La conducta de Rodrigo Fuentes era ampliamente comentada en los círculos priístas desde 2022, un año en el que se registraron varias renuncias al PRI –una sangría que nutría el activismo de Ricardo Mejia Berdeja en los meses en que todavía se creía tenía el apoyo presidencial– respecto a las que el dirigente priísta parecía pasmado.
A los episodios mencionados, se suman otros que también se identificaban con la dirigencia de Rodrigo Fuentes, como la iniciativa que el 4 de diciembre pasado presentó la diputada Martha Loera Arámbula, quien era la secretaria general del PRI, para multar y encarcelar a quien aplique o induzca terapias de conversión sexual.
La iniciativa, indiscutiblemente derechohumanista, cayó mal entre los operadores de Manolo Jiménez y del propio gobernador Miguel Ángel Riquelme, pues en esas fechas trataban de convencer a importantes líderes religiosos de que la coalición era la mejor opción.
Fue por esos días que se empezó a hablar de la salida de Rigo Fuentes y Martha Loera, para que el lugar fuera ocupado por Eduardo Olmos, un político experimentado, cercano al gobernador y al candidato. Empero Rigo no daba su brazo a torcer y se aferró al cargo.
“¿Imaginate que le avisan que deja la dirigencia y renuncia para irse a Morena? ¡En ese escenario! Cuando ya se había ido Shamir (Fernández) y otros. Él (Rigo) jugó esa carta, la dejó ver y no hubo más que dejarlo”, dice un diputado que pidió no ser identificado.
El Coahuilense intentó consultar a Eduardo Olmos en relación con la dirigencia y a la operación en territorio con los candidatos a diputados, pero al cierre de edición no hubo respuesta.
Los mensajes y la institucionalidad
Rodrigo Fuentes Ávila estaba a unos meses de concluir su dirigencia pero de manera intempestiva abandonó su puesto el pasado 2 de julio, anunciando que se incorporaba a la dirigencia nacional: “secretario adjunto a la Presidencia” del PRI fue el cargo inventado que lo revestía un poco para ser delegado general del partido en la desde hace décadas antipriísta Ciudad de México.
La maquinaria se movió rápido y cuatro días después asumió como nuevo dirigente, al menos en el papel y la fotografía, Carlos Robles Loustanau, empresario y político de larga trayectoria, considerado entre los más cercanos consejeros y colaboradores de Manolo Jiménez.
El relevo fue un mensaje claro: en diferentes medios de comunicación y columnas políticas se habló amplio del primer nombramiento directamente decidido por el gobernador electo.
Crípticos, otros mensajes se hicieron públicos. Por ejemplo, el dirigente estatal de la CNOP, Samuel Rodríguez Martínez, escribió en su cuenta de Twitter: “Es lo mejor que le pudo pasar al PRI Coahuila”.
Conocidas eran las desavenencias entre el dirigente del llamado Sector Popular y el dirigente estatal del PRI. Por ejemplo, mientras Rodríguez Martínez organizaba eventos de campaña, Fuentes Ávila andaba en Jimulco con los mismos invitados y un día de diferencia.
Samuel Rodríguez dejó el tuit fijado.
Consultado al respecto, Rodríguez Martínez consideró que Carlos Robles Loustaunau “es un hombre de mucha experiencia en materia política, así como en otros temas que conciernen al partido. Si (Rigo Fuentes) ya se va, lo mejor que puede pasar es que llegue don Carlos”, dijo para justificar su mensaje.
Samuel Rodríguez no quiso emitir opinión sobre el desempeño de Fuentes Ávila, sólo señaló la importancia de los resultados durante su gestión.
La institucionalidad priísta, invocada hasta en el nombre del partido, obliga al silencio. Un colaborador cercano a Manolo Jiménez sólo dijo al plantearle el papel de Rigo Fuentes en campaña: “Es una cuestión de estilos, lo importante es lo que viene con don Carlos”.
Compañero de Robles Lostaunau en el War Room de campaña, el coordinador general, Óscar Pimentel González, otro de los experimentados, también fue consultado por El Coahuilense.
Pimentel González asegura que la invitación a Rodrigo Fuentes a integrarse al Comité Nacional es un reconocimiento al mérito, por el trabajo que realizó en el estado.
Así mismo descartó problemáticas o tensiones entre Jiménez Salinas y Fuentes Ávila, pese a que a este último no se le apreció acompañando al ahora gobernador electo del estado durante su campaña.
Por el contrario, manifestó que Rodrigo Fuentes participó “muy de lleno” como enlace entre las dirigencias de los partidos que conforman la alianza, así como en el War Room donde se tomaron las decisiones fundamentales para la victoria de Manolo Jiménez en la contienda por la gubernatura del estado, por lo que, sostuvo, el trabajo que realizó en la campaña fue muy relevante.
El pasado 6 de julio, a través de su cuenta de Twitter, Rigo Fuentes, ahora secretario adjunto de la Presidencia en el Comité Ejecutivo Nacional y delegado general del PRI en la Ciudad de México, expresó sus agradecimientos a Alejandro Moreno, líder nacional del partido, por la invitación, así como a la diputada Martha Loera Arámbula quien se desempeñó como secretaria general, y al equipo que forma parte del Comité Directivo Estatal.
También destacó algunos de los logros del PRI durante su dirigencia, como el incremento de municipios gobernados por este partido en Coahuila, las siete diputaciones federales, la victoria en 2020 con los 16 distritos locales y en 2023, junto a Manolo Jiménez, la gubernatura con más de 765 mil sufragios, refrendando la mayoría en el Congreso del Estado.
Finalmente le deseó el mejor de los éxitos a la nueva dirigencia estatal asumida por Carlos Robles Loustaunau y la diputada local Olivia Martínez Leyva… pero seis días después, los dejó plantados.
El 12 de julio Robles Loustaunau y Olivia Martínez, con su nombramiento y la foto con Alito bajo el brazo, esperaron desde las 11:30 hasta las 14:00 horas la entrega-recepción del Comité Estatal que en el papel presidían. Un mensaje de Rigo Fuentes aplazó el trámite hasta el lunes 17 de julio en una afrenta final del dirigente hoy defenestrado.
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