Por Kristel Reyes
Coahuila, al igual que el resto del mundo, recién superó la emergencia sanitaria detonada por el covid-19, pero, al igual que en otras latitudes, el estado no ha podido vencer los padecimientos que aquejan a su población, sobre todo a los más jóvenes, relacionados con una deficiente alimentación.
Si a escala internacional el sobrepeso y la obesidad han alcanzado cifras de una pandemia, mil millones de personas tienen la primera y 300 millones más la segunda, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en territorio coahuilense el combate a ambos padecimientos se hace a tientas.
Desde 1989 la propia OMS alertó que en México el sobrepeso y la obesidad, al igual que las enfermedades cardiovasculares, son la causa número uno en fallecimientos. Actualmente Coahuila figura en los primeros cinco lugares con más casos, por ejemplo, de hipertensión.
A su vez, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) indicaron en 2018 que nuestro país es el de mayor población con problemas de salud que se relacionan con la deficiente alimentación: al menos 37.9% de los niños de entre cinco a 11 años padecen sobrepeso u obesidad.
Para 2012 –de acuerdo con la Ensanut– México reportaba 6.4 millones de personas de más de 20 años con diabetes, la mayoría mujeres. Sin embargo, para 2018 la cifra de enfermos incrementó a 8.6 millones de personas, es decir: de 2012 a 2018 la población con diagnóstico de diabetes se incrementó en 10.3%, aproximadamente.
Además del sobrepeso y la obesidad, otra amenaza entre los mexicanos es la hipertensión; en 2012 la Ensanut reportó que la cifra de personas con este padecimiento era de 9.3 millones, pero en 2018 la cifra ascendió a 15.2 millones.
En 2018 la Ensanut hizo un registro de los estados con mayor índice de personas mayores de 20 años con un diagnóstico de hipertensión: Campeche resultó tener más casos a escala nacional, con 26.15% de su población; seguido de Sonora, con 24.6%; Veracruz, con 23.6%; Chihuahua, con 22.6%, y en el quinto lugar de la encuesta se encuentra Coahuila, con 22.4% de su población.
Sin seguimiento estatal
En Coahuila, desde 2011, se implementó la estrategia “Mídete, Nútrete y Actívate”, que tuvo como finalidad la prevención y promoción de acciones para la disminución del sobrepeso y así evitar que la población más joven llegara a padecer enfermedades cardiovasculares.
En ese contexto las autoridades buscaron fomentar la cultura de buenos hábitos alimenticios, de activación física y detección temprana de lo que en un futuro podría ser un problema crónico degenerativo.
Los responsables de ese programa de salud fueron la Secretaría de Salud de Coahuila (SSC), el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia de Coahuila (DIF) y el Instituto Estatal del Deporte de Coahuila (Inedec).
La estrategia, que pretendió la disminución de problemas derivados de una mala alimentación sólo estuvo operando tres años y el recuento del funcionamiento de este programa fue hasta 2013, donde, según cifras proporcionadas por la “Estrategia Estatal para la Prevención y Control del Sobrepeso, Obesidad y Diabetes” indicaron haber ayudado a un millón 154 mil 259 personas en todo el estado.
Sin embargo, dicha cifra no significa que a todas las personas se les pudo dar una atención personalizada.
Myrna del Toro Sandoval, especialista en medicina familiar, diabetes y obesidad, quien también es parte de la plantilla de doctores del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), advierte que se mantiene como urgente mantener la lucha contra esos padecimientos crónicos degenerativos porque, pese a que a escala estatal se han implementado programas de gobierno, éstos “no han sido efectivos porque se tiene que dar un seguimiento a los pacientes, y no tengo conocimiento de que esté operando alguna estrategia para, por ejemplo, abatir la diabetes en el estado”.
¿Y las escuelas?
A escala federal desde 2014 está prohibido en las escuelas la venta de refrescos, jugos y néctares envasados, pero no fue hasta 2019 que en Coahuila el gobierno estatal implementó el programa piloto “Creando Escuelas Saludables”, cuyo objetivo fue disminuir los índices de obesidad, sobrepeso, fomentar la alimentación saludable y salud sexual; no obstante, la doctora Mayra del Toro asegura que este programa quedó en el limbo.
Egresada de Medicina por la Universidad Autónoma de Nuevo León y especializada en Medicina Familiar por la UNAM, Del Toro Sandoval explica que el programa consistía en retirar los estanquillos instalados en escuelas que dentro de su menú incluyeran cualquier alimento alto en azúcares o calorías, pero el objetivo principal de este programa no logró cumplirse porque “muchas de las escuelas dependen casi en su totalidad de la comisión que estas tienditas puedan darles de la venta de sus productos.
“Se ha visto que en los últimos años es más frecuente el padecimiento de obesidad o sobrepeso en niños de edad escolar y es sumamente importante que las autoridades implementen planes efectivos que puedan ayudar a reducir este problema en gran manera”, expuso la especialista.
La publicidad de los alimentos y bebidas con alto contenido calórico fomenta el consumo excesivo de estos productos. Sus anuncios se encuentran en televisión, internet, radio, áreas de juego, incluso dentro de las escuelas muchos niños y adolescentes constantemente son bombardeados con esta clase de contenidos.
Es en ese contexto que la OMS y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) consideran necesario regular e incluso cambiar la promoción y publicidad de alimentos no saludables.
El Comité de los Derechos del Niño de la ONU ha expuesto que con el bombardeo de información se están vulnerando los derechos de quienes ven este tipo de comerciales y señalan que “los alimentos con alto contenido de azúcar, sal y grasas carecen de micronutrientes y tienen un alto contenido de cafeína y otras sustancias que son potencialmente dañinas”.
De acuerdo con un estudio psicológico hecho por la Universidad de Michigan, los anuncios de ciertos alimentos afectaron las expectativas emocionales de quienes los ven y en muchos casos incitaron a consumir sus productos.
Alimentación y salud mental
De acuerdo con la doctora Myrna del Toro, con los malos hábitos alimenticios se corre el riesgo de desarrollar alguna especie de condición mental. Los alimentos que contienen un alto contenido de azúcar por lo general ayudan a que el nivel emocional se incremente y, como consecuencia de su consumo, causen una clase de euforia; mientras que los alimentos que contienen mucha grasa en personas que padecen obesidad o sobrepeso pueden causarles depresión.
Gonzalo Villanueva, maestro en Investigación Social, confirma la relación entre una dieta deficiente y condiciones en el estado emocional. Pone de ejemplo que cuando una persona tiende a consumir productos con alto contenido en grasas o azúcares el organismo se ralentiza y causa que los hábitos se conviertan enteramente en una vida sedentaria.
Villanueva advierte que una mala alimentación y diferentes problemas hormonales pueden desencadenar baja autoestima y, a su vez, que la persona caiga en la “no autoeficacia y estar en un círculo vicioso que impide la recuperación adecuada de su salud”.
Defunciones
Myrna del Toro expone que las enfermedades crónico degenerativas por lo general se desencadenan por la mala alimentación y malos hábitos. Estos padecimientos van desde la hipertensión, diabetes y obesidad hasta las más graves como el alzhéimer. Algunos males empeoran con el tiempo y otros están condicionados a una carga genética.
En 2020 la Secretaría de Salud federal (SSA) registró como principal causa de muerte en México los padecimientos del corazón, con 216 mil 967 casos, seguido del covid-19, con 199 mil 419 defunciones, y la tercera causa de muerte fue la diabetes, con 150 mil 532 reportes.
En 2021 las enfermedades del corazón se mantuvieron como la principal causa de muerte, con 223 mil 972 casos, seguido de la diabetes mellitus, con 140 mil 483.
Para 2022 la SSA reportó que las enfermedades del corazón continuaron siendo la causa principal de defunciones en el país, con 198 mil 381 fallecidos, después la diabetes, con 114 mil 744, y como tercera causa las enfermedades del hígado cobraron la vida de 40 mil 920 personas.
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