La administración del estado de Texas inició la ampliación de la barrera de boyas marítimas sobre el Río Bravo, en la frontera entre Eagle Pass, Texas, y Piedras Negras, Coahuila, como parte de las acciones para reforzar la seguridad fronteriza.
Ampliación de la barrera acuática
Los trabajos, que comenzaron el lunes 20 de enero y continuaron hasta este martes 21, se enfocaron en instalar 150 nuevas boyas de color naranja, que se suman a las ya existentes desde julio de 2023. Con esta ampliación, la barrera prácticamente duplica su extensión en el afluente, también conocido como Río Grande.
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Además de las boyas, se colocaron bloques de concreto que funcionan como anclajes para evitar que sean arrastradas por la corriente. Estas acciones buscan impedir el cruce de migrantes por las aguas del río, reforzando las medidas de seguridad en la región.
Coincidencias con nuevas políticas migratorias
La ampliación de la barrera coincide con la reciente toma de protesta de Donald Trump como el presidente número 47 de los Estados Unidos, quien declaró emergencia nacional en la frontera con México y reactivó la política migratoria “Quédate en México”.
Asimismo, se anunció la suspensión de las citas para solicitudes de asilo a través de la aplicación CBP One, endureciendo aún más las condiciones para los migrantes que buscan ingresar al país.
Más boyas por instalar
Aunque se instalaron 150 boyas esta semana, las autoridades texanas han señalado que los trabajos no han concluido. Cerca del Loop 480 en Eagle Pass, se encuentran almacenadas más boyas que serán colocadas en los próximos días para extender aún más esta barrera.
Esta ampliación se lleva a cabo en un contexto de fuertes tensiones migratorias y en medio de bajas temperaturas que afectan a la región norte de Coahuila y el sur de Texas. La barrera acuática ha sido objeto de críticas por parte de organizaciones defensoras de derechos humanos, quienes la consideran una medida extrema que pone en riesgo la vida de los migrantes.
A pesar de las condiciones climáticas adversas, los trabajos avanzan como parte de la estrategia fronteriza impulsada por el gobierno estatal de Texas y la administración Trump.
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