Redacción El Coahuilense
Por Dorian Arrzúa
Entre los fierros de una ciudad como Saltillo una semilla ajena a la industria comienza a germinar: la de los artistas plásticos, actores, escultores, arquitectos, músicos y tatuadores.
Diego Castillo Cajiga pertenece a esa nueva generación de jóvenes promesas. Con 21 años, conocido en sus redes sociales como Diego Cajiga, se forja una carrera como diseñador de vestuario. Es decir, es parte de los creativos que cuentan una historia; especialmente en su caso se puede decir que arropa a los personajes.
Y aunque su fuerte es el diseño de vestuarios, ya ha tenido experiencia como actor teatral y fotógrafo, disciplinas que lo han ayudado para comprender de mejor manera qué puede fortalecer la narrativa visual y conectar con la audiencia.
El ratón vaquero
La vida de Diego Cajiga se tocó con el teatro a temprana edad. Recuerda que en la primaria fue cuando quedó impresionado con los vestuarios de las obras teatrales del colegio.
Los bailables escolares también influyeron en su deseo por dedicarse al diseño de vestuario. Precisamente la puesta de El ratón vaquero fue la chispa que lo ha llevado a donde está.
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Pero hablando de fibras, no ha sido terso su paso por el diseño de vestuario. Durante la primaria y secundaria no pudo seguir con lo que ahora es su pasión porque no había taller de teatro en esas escuelas.
Fue en la prepa cuando pudo retomar el teatro, en un club impartido por el maestro Saúl Martínez.
De esa manera, a sus 16 años se convirtió en el primer artista de su familia que siempre estuvo integrada por profesionistas en finanzas, ingenierías y ciencias sociales.
Desde entonces, Cajiga ha estado involucrado en talleres y compañías teatrales.
Arropado por ese mundo, se le abrieron las puertas a proyectos teatrales, comerciales y cortometrajes, experiencias que lo han encaminado al styling (el concepto visual del personaje: maquillaje, peinado y accesorios) y a la Dirección de Vestuario.
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Sobre éste último habla: “Observando escenas de la vida cotidiana me di cuenta de lo poderoso que es la vestimenta: cuando una persona está triste o deprimida no se procura, anda despeinada o se viste de una manera desaliñada; caso contrario, la vestimenta refleja cuando alguien está enamorado o hace deporte. Cada vestuario cuenta con una narrativa en especifico que se adapta a los diferentes tipos de personas, situaciones y personalidades”.
La psicología del color
Cajiga detalla que ha aprendido a utilizar colores, texturas y estilos para relatar aspectos que el guion ordena. “Se trata de describir a la perfección algo sin decir una sola palabra”.
Se trata, agrega, de diseñar un vestuario con el cual el actor se sienta cómodo, pero a su vez logre encajar con la personalidad del personaje y para eso se ayuda de la psicología del color. “Es un proceso de investigación bastante extenso”, comenta. Se trata de una herramienta que implementó en una obra teatral del maestro Jesús Cervantes sobre la violencia en las relaciones amorosas y en un videoclip de la banda de Marcel Daimon.
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