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Arturo Castañeda Contreras es una estrella de la moda en ascenso. Sus prendas visten al basquetbolista LeBron James, actrices como Eiza González y Melissa Barrera, e inclusive, el día de su mejor gala, la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris decidió tomar posesión con uno de sus diseños.
Lejos de Nueva York, en el ejido El Coyote, de Matamoros, Coahuila, Arturo Castañeda se planta apenas apaciguada una leve tolvanera. Ahí, entre el ocre llano y bajo un sol de abril, el diseñador ancla sus raíces. Aunque nacido en Mercedes, Texas, de El Coyote es su madre, la mujer que ha ejercido la influencia más importante de su vida y obra.
En El Coyote pasó grandes momentos de su infancia. Ahí jugaba con sus primos y primas, los Contreras, y todavía regresa a comer gorditas con su tía Armandina, en el corazón del ejido. Por eso suele regresar con frecuencia y por estos días la algarabía de tías, tíos y familia se reúne en torno al asador sin importar los 41 grados centígrados.
Hace casi cinco décadas que su madre, Alicia Contreras Pacheco, cruzó la frontera y se instaló en Mercedes, Texas, donde fue obrera, tractorista y realizó trabajos pesados ya que sola crió a cinco hijos, entre ellos Jesse, abogado que fue electo juez de distrito en Texas por el Partido Demócrata, así como a Arturo. Ellos son los que tienen un perfil más público.
La dificultad como inspiración. Siendo adolescente, a la iglesia de su comunidad en Mercedes llegaron pacas de ropa usada. El adolescente Arturo encontró ahí una camisa Polo y pensó desde entonces que le gustaría dedicarse a hacer algo como eso. Remendando, aprendió a coser con su madre, Alicia.
En su estudio de Nueva York, Arturo Castañeda hizo bocetos el año pasado de un blazer a cuadros multicolor.
El diseño se presentó exitosamente en la fashion week 2021 y, según Arturo, no es la primera vez que imprime en sus diseños el toque de mexicanidad que aprendió con su madre y los Contreras de El Coyote.
Para entonces habían quedado atrás los días difíciles. Sus hermanos ya eran, una de ellas, consejera escolar; otro, asistente médico; un profesor, y otro abogado. Y él, Arturo, el único que no tuvo formación académica, encomia la influencia materna como su principal herencia:
“Mi madre es mi influencia, mi tendencia: pasó por tres etapas: la vulnerable, la guerrera y la actual, donde sus manos son de velvet y seda”.
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El camino recorrido es arduo. A sus 44 años, Arturo Castañeda Contreras ha pasado de realizar trabajos manuales y dormir en su auto a trabajar en almacenes haciendo trabajos rudos, hasta ascender y convertirse en la mano derecha del famoso diseñador Ralph Lauren.
Arturo es bueno con la herramienta y después de una juventud difícil, pero de aprendizaje, un día decidió irse a Nueva York, sin mayor preparación que el dinero suficiente para el viaje y su determinación de trabajar en la industria textil.
Su relato es intenso: tenía 20 dólares en la cartera y dormía en su automóvil hasta que consiguió un empleo como mensajero. Obtuvo otro como carpintero y, finalmente, como empleado de control de calidad de las prendas que llegaban al famoso almacén J. Crew.
“Estaba agradecido porque me abrieron un poquito las puertas a lo fashion y entré con todas mis fuerzas”.
Dos años después ya era director del almacén.
Durante esos años solía realizar bocetos en su casa y poco tiempo después llegó una oportunidad de trabajar en la casa Ralph Lauren Corporation. Ahí fue avanzando hasta que Mr. Ralph se fijó en él por varios motivos: ese diseñador, uno de los 100 hombres más ricos de los Estados Unidos, notaba las jornadas extendidas, el perfeccionismo de un costurero al que se acercó interesado porque no tenía estudios de diseño de modas y no provenía de una de las familias acaudaladas del sector.
Ambos, tanto Lauren como Castañeda, hijos de inmigrantes y apasionados de la moda. Pronto, Arturo se convirtió en director creativo de la firma y uno de los cuatro miembros de la mesa de Mr. Ralph.
Los logros de Arturo Castañeda Contreras durante su paso por Ralph Lauren Co. fueron importantes. Diseñó los uniformes de los Juegos Olímpicos, lanzó líneas de moda y, finalmente, decidió que ya no era su lugar.
La necesidad de crear sus propios diseños lo llevó a abrir su propia firma: Story Tellers & Creators. Los hermanos Lauren no recibieron bien la noticia en un primer momento, pero después de todo Mr. Ralph le dio su bendición.
En el mundo de la moda la mayoría de los diseñadores son de descendencia francesa, inglesa, italiana y española. Ver triunfar a un mexicano es poco frecuente y, aunque en algún momento tuvo comentarios discriminatorios, nunca se detuvo.
“Mucha gente me dice: tu vestiste a Lebron James, a Melissa Barrera y nunca los has publicado. Pero yo no me sentía preparado para ser esta voz de los latinos. Hoy con confianza y humildad, digo que aquí estamos, con mi familia para dar esa voz de esperanza a todo latino, de que si se puede salir adelante”.
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