Geroca: Un artista obsesivo y meticuloso que deja un legado lleno de color

enero 22, 2025
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GERACO UN LEGADO DE COLOR OK
EL COAHUILENSE

Por Kristel Reyes 

El arquitecto, pintor e ilustrador Gerardo Rodríguez Canales, mejor conocido en el medio artístico como Geroca, falleció la mañana del domingo 12 de enero a los 69 años.

El reconocido dibujante mexicano nació en Saltillo en 1955 y la gran mayoría de sus pinturas están plasmadas en el estilo naif, corriente artística que retrata la ingenuidad, simplicidad y espontaneidad de la realidad que se vivía en cada una de las localidades que Rodríguez visitó. 

Geroca dejó huella en la región norte de México pues retrataba la vida cotidiana y los problemas sociales que sucedían en el noreste del país; también su obra reflejó la presencia en cantinas a las que comúnmente asistía para pasar el rato después retratar su entorno.

Desde los años ochenta hasta la actualidad tejió un universo artístico que desafió las narrativas oficiales; en sus obras, las microhistorias locales lograban cobrar vida con identidades, relatos y paisajes que invitan al espectador a reflexionar sobre lo cotidiano de su entorno.

“Geroca hacía viajes en camión por los pueblos y ciudades de Nuevo León, Tamaulipas, Zacatecas y Coahuila; identificaba cantinas y ahí permanecía observando su entorno para hacer un dibujo y después pasarlo al óleo”, comenta Sergio Castillo, dueño de la Taberna El Cerdo de Babel.

En 2007, tras más de 30 años fuera de Saltillo, Geroca decidió regresar a la ciudad después de hacer su nicho en tierras regiomontanas. Fue entonces que Sergio Castillo, a través de Armando Meza, pudo contactarlo ya que “un muy buen amigo suyo de Saltillo, que hace tiempo se había ido a Monterrey, estaba buscando un lugar donde presentar su trabajo, pues no le gustaban los museos formales”.

A partir de este contacto –que derivó en una exposición de sus obras en la taberna El Cerdo de Babel- Geroca y Sergio Castillo comenzaron a tejer una amistad entrañable que con el tiempo se convirtió en una exposición anual y un espacio seguro para que Geroca pudiera inspirar a los artistas Saltillenses. 

“Era un observador obsesivo y meticuloso que dibujaba y pintaba incansablemente”, comenta su entrañable amigo Sergio.

“Se percibía a sí mismo como alguien ermitaño, porque no le gustaban los eventos sociales. Él tenía problemas auditivos y una voz débil, lo que dificultaba su comunicación. Sin embargo, a través de su arte encontró una manera brillante de comunicarse y retratar su perspectiva”, recordó Sergio Castillo.

En palabras del periodista Alejandro Páez Varela, “el estilo único de Geroca y su crítica social humorística lo convirtieron en una figura de culto para un sector conocedor del norte de México”, asimismo cataloga cada una de sus obras por su destreza técnica y narrativa pictórica que hoy por hoy llegan a desafiar con humor negro y reflexión los estatus establecidos que “perduran como un testimonio de la vida y sociedad del norte del país”, declaró Páez.

Presea y exposición 

Sus obras llegaron al Museo Metropolitano de Monterrey el 30 de mayo de 2024 como una exposición–homenaje por su trayectoria, ya que sus pinturas y dibujos son una crónica visual e histórica de nuestra realidad citándolo como “un referente en la escena artística local que ha trascendido los límites de la ciudad y sus actividades cotidianas nocturnas”.

Posteriormente, en junio de 2024, recibió la presea “Pinacoteca de Nuevo León”, por su trayectoria de más de 40 años y, a su vez, comenzó su exposición “GEROCA. Mirón, Monero, Pintor”, donde Rocío Cárdenas Pacheco seleccionó 65 piezas que incluyeron bocetos para periódico que plasman momentos, espacios y emociones que el artista vivió a lo largo de décadas.

Estas obras exhibidas están ancladas en tres pilares fundamentales dentro de su vida: observar, dibujar y pintar. Mediante su estilo, Geroca ofreció una mirada profunda y detallada sobre nuestra realidad social, mezclando elementos humanos con tintes surrealistas y nostálgicos de las localidades retratadas.

La visión que el autor tenía de las situaciones cotidianas transitaba entre lo caótico y lo íntimo, ya que capturaba la vida urbana y rural en sus múltiples facetas: desde el ritmo diurno y nocturno de las ciudades hasta la serenidad que para él podían transmitir las habitaciones de un café.

Estos lugares retrataban la presencia del artista a través de autorretratos que reflejaban la personalidad única que Geroca poseía.

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