Luis Eduardo y la red de apoyo emocional

noviembre 23, 2023
minutos de lectura

Por Dorian Arrzua 

En el número 886 de la calle Melchor Muzquiz, entre Purcell y Cuauhtémoc, se erige el edificio de Servicios Médicos San José. Aunque su pasado resonaba con ecos de sanación física, en la actualidad este recinto histórico en el corazón de Saltillo se ha transformado en un epicentro de salud mental, donde especialistas como el psicólogo Luis Eduardo Arredondo Alzúa tejen una red de apoyo emocional.

En este rincón lleno de historias, Luis emerge como un faro de esperanza para aquellos que buscan desentrañar las complejidades de su mente. Con un posgrado en desarrollo humano, ha dedicado siete años de su vida, desde julio de 2017, a guiar a sus pacientes por un viaje introspectivo y terapéutico, dentro de las paredes de su consultorio.

Su especialización en terapia para adolescentes, adultos y parejas revela no sólo su destreza clínica, sino también su compromiso con el bienestar emocional. Luis es mucho más que un psicólogo; es un confidente, un guía que se adentra en las profundidades de la psique humana con empatía y comprensión.

El amor de Luis por la psicología floreció en la preparatoria, donde descubrió sus habilidades sociales. Convertido en el confidente de sus compañeros, se convirtió en un faro de confianza, un puente hacia la revelación de secretos y problemas personales. Este encuentro con las intimidades ajenas lo llevó a una indagación profunda sobre la empatía, marcando el inicio de su viaje en la psicología en el Instituto Universitario del Norte.

A lo largo de sus siete años de ejercicio, Luis ha enfrentado retos diversos. Más allá de la complejidad inherente a la profesión, destaca la lucha constante por obtener el reconocimiento que merece la salud psicológica. Con experiencias en Grupo Industrial Saltillo y en la Clínica Cáritas-Lafón, donde atendió a personas que lidian con adicciones, su compromiso con la causa va más allá de las cuatro paredes de su consultorio.

La ciudad tiene, como todo el país, un grave problema en las adicciones y el padecimiento es uno de los que dan origen a numerosas problemáticas de salud pública.

A pesar de los obstáculos, el amor de Luis por su trabajo resuena con claridad. Su mayor recompensa radica en presenciar la transformación de sus pacientes, ver cómo encuentran un nuevo significado a los problemas que los llevaron a él. Las sonrisas de agradecimiento, las expresiones faciales que reflejan un cambio interior, son los tesoros que hacen que cada día valga la pena.

Para Luis, la salud mental es un tesoro que todos deberíamos proteger. Aboga por la normalización de la visita al psicólogo, instando a las personas a no esperar demasiado antes de buscar ayuda. Advierte sobre las consecuencias de minimizar los problemas emocionales y destaca la importancia de atender la salud mental tanto como se haría con la salud física.

Mirando hacia el futuro, Luis tiene planes ambiciosos. Entre ellos, destaca el lanzamiento de un taller intensivo de autoconocimiento llamado «El Eneagrama de la Personalidad», programado para el 2 de diciembre en la biblioteca Carlos Monsiváis, en el corazón de la ciudad. Su misión es clara: fomentar el autoconocimiento para que cada individuo pueda explorar las profundidades de su propia personalidad.

En el crisol de Saltillo, Luis Eduardo Arredondo Alzúa continúa siendo no sólo un psicólogo, sino un guía compasivo en el viaje de la mente humana. Su pasión, su dedicación y su visión para un futuro donde la salud mental sea prioridad, le otorgan un lugar destacado en el paisaje emocional de la ciudad.

TE RECOMENDAMOS LEER: 

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

Síguenos en

Versión impresa

Don't Miss