Por Dorian Arrzúa
La lucha libre, ese arte que ha trascendido fronteras y culturas, encuentra en México un terreno fértil para florecer. Entre la dualidad de rudos y técnicos, surge una figura que ha conquistado los corazones de Coahuila y más allá: Cronic, también conocido como El Gladiador Sarapero. Su trayectoria en los últimos años ha sido una montaña rusa de emociones y éxitos, desafiando la noción de que destacar en este deporte es tarea sencilla.
Cronic, el hombre detrás de la máscara, se gestó desde su infancia como un ferviente seguidor de este deporte-espectáculo. Su pasión fue cultivada por su padre, quien lo llevaba cada domingo a la Arena Obreros y a la Arena Pavillón Del Norte, sembrando la semilla de lo que sería su destino: la lucha libre.
En el consumo voraz de contenido relacionado con este deporte, Cronic encontró su vocación a través de periódicos y revistas, dada la conexión íntima de su familia con la venta de éstos.
A pesar de haber tenido un amor paralelo por el futbol y jugar en la Tercera División, el destino de Cronic lo llevó al pancracio cuando el progreso en la cancha se estancó. Debutó en 2016 a la edad de 16 años, y lleva siete años como luchador profesional.
El legado de Cronic se teje con las influencias de dos íconos: Místico y Andrade El Ídolo, anteriormente conocido como La Sombra. Su nombre, Cronic, es un reflejo de su devoción crónica por la lucha libre, una pasión que lo acompañará de por vida.
El sarape que adorna su entrada al cuadrilátero no es sólo un accesorio llamativo, sino un símbolo de sus raíces saltillenses. Prestado por su tía en una función televisada en la Plaza de Toros de una de las principales empresas de lucha libre del país, la Triple AAA, el sarape no sólo le dio identidad, sino que se convirtió en un amuleto que lo conecta con su familia y su ciudad en cada función especial.
Cronic no sólo destaca por su indumentaria única, sino por sus logros en el encordado. Desde campeonatos en parejas hasta el título de peso ligero del estado de Coahuila, su carrera es un testimonio del esfuerzo y dedicación que ha invertido en su sueño. Ser reconocido como el mejor luchador técnico en 2021 y 2022, junto con trofeos como la máscara de Excalibur y la cabellera de Delirio, son hitos que enriquecen su legado.
Para Cronic cada lucha es una experiencia única. No tiene una favorita, ya que cada encuentro es una oportunidad de aprendizaje, de entender a la audiencia y perfeccionar sus habilidades en el ring. Aunque anhela enfrentarse a las figuras que lo inspiraron, Místico y Andrade El Ídolo, su enfoque principal es seguir ofreciendo encuentros de calidad para la fanaticada.
Los sueños de Cronic no tienen límites, y aunque no tiene un rival o campeonato específico en mente, está abierto a enfrentar cualquier desafío que se le presente.
En un llamado a todos los mexicanos, Cronic invita a apreciar el arte de la lucha libre, una tradición que ha definido al país y que alberga historias y luchadores que merecen ser vistos. El público, la familia y el amor por este deporte son el combustible que impulsa a Cronic, El Gladiador Sarapero, a seguir dejando huella en cada rincón donde se presenta.
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