Lágrimas

diciembre 30, 2022
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Por Arturo Santillán

Durante los últimos minutos del documental ‘Pelé’ (David Thryhorn/Ben Nicholas, 2021) se hace un recuento de los logros del rey cuando se retiró de la selección apenas con 30 años:

“Pelé jugó su último partido con la selección de Brasil en 1971”

“Marcó 1283 goles en 1367 partidos”

“Aún es el máximo goleador de la selección de Brasil”

“Pelé se mantiene como el único jugador en ganar tres mundiales”

En el mismo filme, se rescatan las tomas grabadas del primer gran logro de Pelé, la consecución de la primera copa del mundo para Brasil y para él mismo en 1958. Un incontrolable llanto quedó inmortalizado en esas imágenes en blanco y negro del mejor jugador de todos los tiempos al ganar la final de ese mundial. Pelé se cubría la cara mientras trataba de limpiar sus lágrimas, conmovido e incrédulo por su histórico triunfo en el mundial de Suecia.

Sesenta y tres años después, durante la entrevista a Pelé que conduce el documental, “El Rey” repite aquel llanto desbordado cuando rememora los momentos previos a jugar la final de 1970, en México, conmovido por la recepción al equipo que él lideraba como figura y como el futbolista de mayor edad de ese equipo, con 29 años.

Pelé declaró en 1966 que no quería volver a jugar un mundial, después de salir lesionado tempranamente durante su segunda y tercera copa del mundo. Sin embargo, la dictadura militar se había instaurado en ese mismo periodo, etapa en la que Edson Arantes era, junto a Mohamed Alí, el deportista más famoso del mundo. De tal que Pelé confiesa haber recibido una blanda presión –pero presión al fin– para jugar con Brasil el mundial de México, algo que el régimen aprovecharía para posicionamiento de propaganda fascista y que sin Pelé habría sido de mucho menor impacto.

El triunfo de Brasil contra Italia 4-1 con el que se consiguió la copa del mundo en esa final de 1970, significó más que alegría un alivio, en palabras del propio Pelé. “El mundial de 1970 fue más por el país que por el futbol”, concluye.

La noche del 9 de noviembre de 2022 (noche en Qatar) uno de los récords puestos al cierre del documental ‘Pelé’ ahora es obsoleto, Pelé ya no es el máximo goleador en solitario de la selección de Brasil. Sus 77 goles con la Canarinha fueron alcanzados por Neymar, cuando éste marcó el 1-0 contra Croacia.

El 9 de diciembre nuevamente se vieron correr lágrimas: las lágrimas del máximo goleador de Brasil en la historia, solo que hoy no fueron las de Pelé sino las de Neymar, no por una victoria sino por una derrota, una caída imprevista por la afición de un gigantesco país. Ahora, Neymar ha dicho que ve poco probable regresar a jugar un mundial.

Como era previsible, la dictadura que encabezaba el militar Garrastazu Médici en 1970 aprovechó la victoria de ‘la selección de oro’ con fines políticos, aunque la historia dice que el pueblo la interpretó como victoria propia con la figura de Pelé al frente.

En 2022 en Brasil no hay más dictadura, pero sí un escenario de polarización que ha sido remarcado pocos días después de las elecciones en las que Lula derrotó por estrecho margen a su oponente, el presidente en funciones apoyado por Neymar.

Bajo esa atmósfera y después de la derrota carioca, el presidente electo tuiteó: “Brasil hizo un esfuerzo, Neymar marcó un gol hermoso y el equipo mereció más. Mis felicitaciones a los jugadores y al cuerpo técnico. Sigamos adelante porque en la vida nunca podemos rendirnos”

Así como el mundo podía ver en tiempo real la derrota de Brasil a manos de Croacia a través de (los ahora indispensables) medios digitales, también se leían reacciones desde la República amazónica que lamentaron más que la eliminación del equipo en el mundial, la oportunidad desvanecida de encontrar un poco de reconciliación a partir de que Brasil pudiera ganar la copa del mundo una vez más.

Había razones para creerlo.

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