Un mundo sin Diego

noviembre 26, 2023
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Por Arturo Santillán

Pensar en Diego es pensar en 25 de noviembre, o viceversa, pensar en 25 de noviembre es pensar en Maradona, la fecha en que lo perdimos: 25 de noviembre de 2020.

Pensar en Maradona es por antonomasia pensar en el Mundial del 86, es pensar en la Alemania de Lothar Mattaheus, Rudi Voeller y Shumacher; en la España de Butragueño o la Francia de Platini; en la Bélgica de Jean Marie Pfaff o la Inglaterra de Lineker y Shilton; por supuesto, es pensar en el Brasil de Sócrates, Zico, Josimar. Enormes figuras de los mundiales.

Es obvio que, por encima de todos, pensar en el mundial de México 1986 es pensar en la figura del 10. Es pensar en el gol del siglo, en la mano de Dios, en el pase a Burruchaga y en una incontable serie de genialidades que solo un verdadero elegido podría ejecutar para que, dichas maestrías, llevaran a su equipo hasta levantar la copa del mundo de una manera tan brillante. Inolvidable.

“El fútbol es el deporte más lindo y más sano del mundo. De eso que no le quepa la menor duda a nadie. Porque se equivoque uno, no tiene que pagar el futbol. Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha”. Fueron las palabras de Maradona el 10 de otro noviembre, el de 2001.

En medio del segundo aniversario luctuoso de Diego Armando, el 25 de noviembre de 2022 y el tercero, el 25 de noviembre de 2023, algunas cosas han pasado:

Argentina ganó su tercera Copa del Mundo con Messi al frente; la FIFA anunció que el Mundial se jugará en media docena de países y cuatro continentes para las dos ediciones posteriores a la norteamericana (2030 y 2034), una locura por la que Diego, sospecho, tendría algo que decir.

Durante las primeras semanas de noviembre se estrenó el documental de HBO ‘La hija de Dios’, en este film, Fernando Signonri, preparador físico de Maradona en 1994 declara: «Cuando termina el Mundial (USA 94), el señor Julio Humberto Grondona fue nombrado Vicepresidente de la FIFA y Presidente de la comisión de Finanzas para manejar una bolsa de cientos de millones de dólares sin saber hablar inglés. ¿Vos te acordás del juego de figuritas, yo te doy esta a cambio de la otra? Diego fue entregado”. Un testimonio que coloca al entonces presidente de la Asociación de Futbol Argentino como delator a conveniencia.

También, el primer 10 más grande de la historia, el rey, Pelé, murió a los 82 años. Se fue Bobby Charlton, a los 86, el emblemático jugador inglés campeón del mundo en 1966 y sobreviviente del avionazo de Munich en 1958.

En un año, todos estos hitos en el mundo del futbol han tenido lugar.

Un año en donde la FIFA parece obstinada en arruinar la máxima competición entre países, ese torneo que encumbró a varios de los mejores jugadores del mundo durante 92 años de existencia. Figuras de las que siempre hablamos en tiempo presente, extraordinarios futbolistas que hoy – como tenía que suceder – no existen más.

La memoria mundialista quedó marcada por sus actuaciones en todas esas canchas que los vieron pasar durante la historia de las Copas del Mundo, personajes que jugaban para su equipo, sí, para su país, también, pero, primordialmente, siempre ofrecieron su trabajo para la tribuna, para la gente, para el deleite de los demás.

Un año después, el mundo no solo vive sin Maradona, también vive sin Pelé y sin Bobby Charlton. Una realidad que algún día tenía ser.

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