Por Luciano Campos Garza
Bardo, false chronicle of a handful of truhts, 2022
Netflix
Es evidente el ejercicio de autoficción del director Alejandro González Iñárritu, que se proyecta en Silverio Gama (Daniel Giménez Cacho), un documentalista que regresa de Estados Unidos para recibir un reconocimiento entre sus colegas mexicanos.
El oscareado director se toma la libertad de hacer una obra autocomplaciente, de enorme presupuesto y filmada en México, con un formato episódico en el que se abordan anécdotas que son, evidentemente, sus inquietudes existenciales.
Los desdoblamientos de la realidad son, en ocasiones, pasajes oníricos, surrealistas o de realismo mágico, con magníficas tomas abiertas de gran angular, en formato de 65 mm. En lo que son las propias preocupaciones del director como artista e intelectual, cuestiona la historia, la política, el rostro de la nación.
Peligrosamente cercano a la petulancia, el documentalista y periodista Iñárritu – Gama, tiene que soportar a sus pares que lo atacan, tal vez por envidia, aunque él quiere aproximarse amistoso.
Como si ajustara cuentas con el sentimiento de culpa que le provoca el encumbramiento, como cineasta famoso, millonario y respetado, dice que se siente vacío pese a los halagos, que no es tan bueno como el público supone y que no siente nada por los galardones.
“México es un estado mental”, dice como declaratoria el documentalista.
Está muy bien hecha, pero no es para todos los públicos.
(R. Restringido; menores de 17 deben estar acompañados de sus padres)
@LucianoCamposG
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