Candidatos a gobernar Coahuila prometen castillos de arena para las mujeres

mayo 23, 2023
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Por Brenda Macías

Esta es la primera de muchas columnas que estaré compartiendo con ustedes para El Coahuilense, el medio de comunicación que necesitaba la entidad en pro del periodismo y el pensamiento críticos.

El Coahuilense, dirigido por mi amigo y colega Arturo Rodríguez, es una bocanada de aire puro entre el mar de desinformación y noticias falsas que nos asfixia.

Agradezco a Arturo la invitación a colaborar en este digno proyecto periodístico.

La columna que hoy inauguramos se llama Comarca de Letras y desde aquí estaré analizando la política y la cultura coahuilense con una perspectiva de género y feminista. 

También aprovecharé para hacer recomendaciones de teatro, música, literatura de ficción y de no ficción, y podcast.

Desde esta Comarca de Letras retorno a la semilla para compartir y para poner en práctica el periodismo de opinión. Esta es la tercera llamada, tercera: ¡Comenzamos!

Desde el inicio de las campañas electorales en la entidad he analizado los discursos y promesas que han hecho los candidatos punteros a ocupar el puesto de Gobernador del Estado de Coahuila de Zaragoza. 

En especial he seguido a los empresarios Armando Guadiana de Morena y Manolo Jiménez del PRIANRD. Estos señores han presentado sus planes para abordar los problemas sociales que siguen sin resolverse. 

“Pero aquí no hay novedad”, dice la canción de Los Cadetes de Linares. Entre esos problemas sociales –urgentes– se encuentra la violencia de género y –en especial– el machismo arraigado en la cultura de la región. 

Sin embargo –sorprendentemente– en las campañas hasta ahora, los candidatos han evadido este importante tópico.

Aunque los candidatos han simulado establecer medidas concretas para abordar la violencia de género, estas supuestas soluciones parecen centrarse únicamente en la prevención y el castigo de los/las agresores/as –porque ambos candidatos se distinguen por ser populistas punitivos– sin abordar las raíces del problema: el machismo y los estereotipos de género.

Ya saben, una mujer buena debe atender la casa, y las malas mujeres andan por ahí liberadas.

Por ejemplo, el candidato Guadiana Tijerina ha prometido crear una unidad especializada en la lucha contra la violencia hacia las mujeres y un comité llamado 8 de marzo, junto con la entrega de pulseras de pánico y un gobierno 50 y 50. 

Si bien estas medidas podrían ser “útiles” no impulsan un giro en la forma en que se percibe a las mujeres en Coahuila.

El candidato Manolo Jiménez ha ofrecido el programa “Pa’delante”, que promete dar becas para impulsar el liderazgo de las mujeres, pero no ofrece una visión clara de cómo se logrará la igualdad ni cómo se podrían arrancar las actitudes machistas dentro y fuera de las instituciones de gobierno para que impacten en los 38 municipios. Con un “¡échale ganas!” no se resuelven los problemas. No somos ingenuas, c-ñoros.

Por lo que observo, los candidatos andan animados, persuasivos y prometen hasta lo que no. Pero no ofrecen planes detallados sobre cómo piensan acabar con el machismo y qué políticas públicas concretas van a diseñar para abogar por la igualdad de género.

No veo medidas para cambiar las narrativas ni la educación de la región, ni la implementación de políticas públicas que apoyen la igualdad salarial y la inclusión en posiciones de liderazgo de todas las mujeres y subjetividades feminizadas como las mujeres cis, población trans, queer, no binaria, de la diversidad sexual, cuerpos intersex, personas de bajos ingresos, en situación de discapacidad, de migración, sobrevivientes, egresadas de las cárceles, y una larga lista.

Los candidatos viven en una burbuja, le hablan a un modelo de mujer tradicional, pero no observo planes de acción donde quepan todas, todos y todes. No veo que reconozcan que la violencia de género no se limita a la esfera privada, sino que ésta se manifiesta en la esfera pública. 

Se necesita un enfoque integral y voluntad para abordar este urgente y grave problema, la violencia de género, en todos los ámbitos de la vida, desde la casa hasta la política. Porque, si mal no recuerdo, los feminicidios siguen a la orden del día.

Los candidatos a gobernar Coahuila ofrecen castillos de arena, bonitos programas que –supuestamente– nos llevarán “pa ́lante”, para salvaguardar los valores y la familia. Pero nada concreto ni realista. Pura verborrea conservadora. Augurios para una población feliz que no existe. 

Para empezar, ¿qué harán los partidos Morena y PRIANRD para formar cuadros de mujeres políticas más allá de la numeralia? ¿Seguiremos viendo desfilar puro candidato “onvre” en futuras elecciones?

Para terminar con este texto, hago un llamado a las mujeres de Coahuila para que salgan a votar, para que hagan que su voz siga abriendo espacios para más de nosotras y todas las subjetividades vulneradas por la violencia institucional y de género.

Reitero, la violencia de género es un problema urgente que requiere soluciones integrales y de largo plazo, y es responsabilidad de los candidatos abogar por un futuro más igualitario y justo para todas las personas en Coahuila.

Sin embargo, la evidente apatía para hablar y profundizar sobre estos temas vuelve a encender la alarma, y es que exhiben con claridad que las mujeres no somos parte de las prioridades de gobierno.

Desde esta Comarca de Letras hago un llamado para que los y las coahuilenses razonen antes de emitir su voto. Después, no nos quejemos por haber caído en el engaño. Como siempre. ¡Hasta la próxima entrega!

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