Un cálculo político, un cobro de agravios y, de plano, una cierta animadversión, son los argumentos del bloqueo para que el diputado morenista, Antonio Attolini Murra, no concretara su arribo a la presidencia de la Mesa Directiva en el congreso local.
Detrás de eso, la pregunta que surge en el círculo rojo es ¿quién dio la orden?
Para Attolini se trata de un acuerdo del PRI y el PAN para “encubrir” a Román Alberto Cepeda, alcalde de Torreón y, si bien es cierto el alcalde ha sido señalado con frecuencia po su paisano legislador, parece ser otra la motivación que, no sobra decirlo, podría estar reflejando una situación de balón suelto o indisciplina en el mundo oficial.
Porque es ahí, en el propio congreso, donde se le ha imputado a Attolini un “protagonismo” que imposibilita la conducción de los trabajos legislativos, así como el robo de cámara para otros legisladores. Al parecer no hubo orden sino un conciliábulo que operó desde una semana antes.
Por un lado, hay quienes, en el congreso, inclusive de su mismo partido, sienten que con su “protagonismo” los hace ver mal; hay quienes, por su parte, se sienten agraviados por la actuación opositora del lagunero y, finalmente, hay quienes acusan que suele ser excesivo en su desempeño discursivo.
En cuanto a esto último, en los pasillos del congreso se pudo recoger la versión de que no llegó porque en los últimos meses ha venido insultando y agrediendo a diputadas, una de estas quejas es por haberle dicho loca a una diputada de la bancada oficialista.
Las diputadas en su mayoría iban a votar en su contra y a presentar una querella por violencia política en razón de género.
Nadie por ahora puede negar que Attolini ha sido el opositor más activo en la legislatura y que lo mal visto parece ser aquello que se supone debe hacer cuando se ocupa una curul: que antepone reservas a proyectos planchados en comisiones; que esas acciones prolongan las sesiones; que cada sesión tiene puntos de acuerdo, exhortos e iniciativas; que sale demasiado en medios… Todo eso sumó apoyo al movimiento de género que se gestó entre las diputadas.
Al parecer, es una cuestión de estilo, de su manera de comunicar.
Por ejemplo, la justificación de Attolini que acusa bloqueo para favorecer a Román Alberto, se lleva entre las patas indirectamente a su compañera de partido, Delia Hernández, pues implica que ella no está dispuesta a comportarse como opositora. La repetición de posturas similares ha dejado mal sabor de boca en varios legisladores.
Quizás sea la primera vez que observamos una negativa así en un procedimiento que suele ser de mero trámite. Pero, como se ha dicho en esta columna, andamos en el territorio de lo inédito.
¿Cómo fue la cepillada?
El camino de Antonio Attolini Murra rumbo a la presidencia de la Mesa Directiva se cerró. Como anticipó esta columna desde el viernes, la operación para evitar su ascenso a la curul más alta tenía un componente de género.
Alrededor de las 10:00 de la mañana de ayer, la Junta de Gobierno sesionó en las oficinas del Palacio del Congreso como suele hacerlo de manera previa a la sesión del pleno.
Encabezados por Luz Elena Morales, los integrantes de la Junta recibieron a la coordinadora del Grupo Parlamentario de Morena, Magaly Hernández, quien traía bajo el brazo la propuesta de Attolini.
Ya la esperaban. Fue el coordinador priísta, Carlos Robles Loustaunau, quien tomó la palabra para rechazar al morenista lagunero en acuerdo con los demás representantes. Magaly apenas si defendió la propuesta, casi-casi, por no dejar. A Magaly le dijeron que preferían resolverlo ahí, a puerta cerrada, que llevarlo al pleno y exponer el malestar de las diputadas en público y someterlo a una situación degradante.
Magaly se vio atrapada y pidió un receso para llegar con una nueva propuesta.
Eran como las 11:00 de la mañana cuando Attolini llegó –por primera vez desde que es diputado, con traje y corbata, un abrigo tres cuartos a manera de sobretodo– y, a grandes zancadas, evitó a la prensa y subió a la sala donde ya lo esperaban los miembros de su bancada.
Ahí la discusión fue álgida, especialmente cuando Jaime Ponce consideró que, al no haber aceptado a Attolini en la Junta de Gobierno, él tenía interés por la presidencia. Que Ponce levantara la mano entrampó la discusión. Attolini resistía y Magaly parecía irse decantando hacia la neutralidad, tanto que para el lagunero cabía la duda fundada sobre las condiciones en que la monclovense lo defendió en Junta de Gobierno.
Ante la posición de Ponce, irían una vez más a votación. En el fondo, entre los morenistas privaba la desconfianza dos a dos: por un lado Attolini y Magaly, por el otro, Delia Hernández y Alberto Hurtado. La realidad es que ninguno de los cuatro quería a Ponce, pero no se atrevían a expresarlo y además estaba presente.
Hurtado replanteó. Si hubo una votación que ganó Attolini el jueves, dejando en segundo lugar a Delia, al no pasar él, correspondía a ella asumir la posición. Attolini ya derrotado aceptó. Habían pasado más de dos horas de discusión en las que la conclusión fue admitir de los males el menos. La propuesta de Delia Hernández si pasó en Junta de Gobierno, aunque entre los diputados hubo quienes si dijeron: “se les fue la mano”.
Edna a la Permanente
La persistencia de Edna Dávalos por ganar un poco de terreno en la vida pública ha pasado por varios momentos: desde tratar de meterle el pie a Luz Elena Morales, hasta desafiar a otros legisladores, proferir ciertas expresiones fuera de lugar que le han dejado mal parada en distintos momentos.
En lo público, buscó infructuosamente ser candidata a alcaldesa de Ramos Arizpe y, para conseguirlo, no dudó en pisar callos y dar algunos empujones; además de que ha incurrido como pocos en el intento de aprovechar programas gubernamentales para su lucimiento personal.
Pero si algo no se le puede negar a la legisladora es la persistencia, tanto como para agenciarse ayer la presidencia de la diputación permanente que sesionará empezando el año.
Las dudas sobre su desempeño hasta entre sus compañeros de bancada es tal que hay apuestas (literalmente) sobre su capacidad para conducirse con respeto y un lenguaje digno para no deslucir la solemnidad de su nueva posición.
Desierto al CPC
La búsqueda de convertirse en consejero del Sistema Estatal Anticorrupción ya no está en el interés de los políticos que suelen participar desde el ideal ciudadano y apartidista.
Ayer, el Comité de Selección, anunció una ampliación del proceso para seleccionar consejeros, hasta el 31 de enero.
Hay quienes culpan a Carlos Robles Loustaunau de lo sucedido, pero solo un expediente se pudo integrar.
Así que la convocatoria volverá a abrirse y no deja de sorprender que tan buen salario por tan poca actividad sea motivo de desdén.
Orgullo de su nepotismo
En el mundo de las frases hechas para la reivindicación de acciones en el cinismo, destaca una de los tiempos en que era presidente de la República, José López Portillo y designó a su hijo, José Ramón, subsecretario de Estado:
“Es el orgullo de mi nepotismo”.
La historia se ha repetido una y otra vez, cuando hijo, hermanos, esposas, cuñados o inclusive padres, son incorporados a la nómina por algún mandatario debidamente elegido.
El caso más reciente atañe a Miguel Ángel López “El Charro”, quien acaba de designar a sus hijos, uno al frente del Voluntariado y otro al frente del DIF matamorense.
Ya en el pasado, El Coahuilense Noticias ha dado de cómo su gobierno es prolijo en la designación y chambismo de amigos, familiares y socios, pero este episodio ha sorprendido ahí en donde se pensaba ya no había posibilidad de sorpresa.
Clase política y sindical
Muy concurrida estuvo la celebración de Arturo Díaz con motivo de su cumpleaños. Hubo diferentes dirigentes gremiales, líderes sociales y políticos principalmente relacionados con Morena y los partidos aliados.
De los gremiales se vio a Jesús Zúñiga Romero, exdirigente de la Sección 35 que ahora dirige el homenajeado; se vio a Jesús Contreras Pacheco, dirigente campesino de Matamoros; Jonathan Ávalos, alcalde con licencia de Matamoros, entre otros cuadros dirigentes.
A poco tiempo de concluir su dirigencia, la presencia de liderazgos delegacionales que fueron mayoría (unas mil personas en total), parecen asegurar que la sucesión que proyecta el líder magisterial va caminando al ritmo de Zarpazo Felino, Banda Arrasadora, La Inercia y Los Ahijados que amenizaron la celebración.
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