Círculo Rojo: Dos mineros en Saltillo

diciembre 30, 2024
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Círculo Rojo
EL COAHUILENSE

Detentadores de un poder caciquil, los empresarios mineros de la Región Carbonífera suelen enrolarse en actividades políticas y, cuando salen de su terruño –en el que con frecuencia obtienen algún cargo de representación popular o el ayuntamiento– ingresan a alguna dependencia estatal. 

La peculiaridad de estos días es que dos perfiles, herederos de importantes familias mineras, fueron integrados al que a partir de este miércoles será el gabinete municipal de Javier Díaz, en Saltillo.

El primero, es Antonio Nerio Maltos, hijo homónimo del empresario Antonio Nerio Rodríguez, quien en los noventa fue diputado local y alcalde de Nueva Rosita. Más conocido por su negocio de transporte de carbón mineral, en los noventa incursionó en la extracción y comercialización carbonera, e invirtió en gasolineras, ranchos, hoteles, entre otras cosas.

El segundo, es Alfonso González Vélez, quien será secretario técnico, hijo de Alfonso González Garza, “El Mupo”, uno de los carboneros que ha acaparado más concesiones en la Región Carbonífera y en cuyos fundos mineros han ocurrido más accidentes que el promedio pues cargan la muerte de 18 trabajadores en distintos accidentes entre 2011 y 2023, teniendo como el más famoso el estallido letal de Binsa en 2011.

La relación política y empresarial de los respectivos padres de los dos funcionarios era con Rogelio Montemayor Seguy: Nerio Rodríguez, por ejemplo, incursionó en la extracción carbonera en el sexenio montemayorista, cuando también entró a la vida pública.

Por su parte, González Garza, ha sido socio en las concesiones carboneras con los hermanos Rogelio, Heriberto y Jesús María Montemayor Seguy.

Saracho y las lecturas

Es verdad que Antonio Nerio Maltos ha seguido los pasos de su padre en los negocios y la política, pues también fue diputado local, presidente municipal de San Juan de Sabinas y funcionario estatal. Su trayectoria se vio consolidada en el sexenio de Miguel Ángel Riquelme.

González Vélez, por su parte, ha tenido un desempeño más próximo a las cámaras y organismos empresariales, destacadamente en Canacintra y algunas posiciones de relación binacional.

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Para algunos fue sorpresivo el nombramiento de Francisco Saracho como secretario del Ayuntamiento. Su carrera política, que incluye haber sido diputado, alcalde de Ciudad Acuña y numerosos cargos estatales, inició con Rogelio Montemayor pero fue con Riquelme cuando volvió a las ligas mayores.

La representatividad de los mencionados y su correspondencia a grupos políticos importantes en el estado, ha hecho pensar a no pocos que las miras de Javier Díaz andan puestas en horizontes a futuro, pues dada su propia relevancia en el Sureste, ya trae equipo con peso en Carbonífera y Norte y, por la relación de todos ellos con Riquelme, ligas a la Laguna.

Cambios colaterales

La inclusión de Francisco Saracho como segundo de abordo en el Ayuntamiento de Saltillo, deja acéfala la coordinación sureste del gobierno estatal, un cargo que al parecer ya está etiquetado para Chema Morales, el alcalde de Ramos Arizpe, quien concluye su gestión mañana.

Por otra parte, el fin de la administración saltillense conlleva también ciertos efectos esperados en el equipo que el gobernador Manolo Jiménez heredó a Chema Fraustro tras concluir su propia administración en Saltillo en 2021. 

Es el caso de Alejandro Assaf que, se dice en el círculo rojo, estaría asumiendo una nueva subsecretaría relacionada con apoyo a los servicios municipales, luego de un paso satisfactorio por Servicios Públicos en la capital coahuilense.

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Además, aún es incierta la posición que habrá de ocupar Aníbal Soberón, otro de los manolistas que se asimilaron en Saltillo durante la administración Fraustro. De entrada se le tenía considerado en la segunda tanda de nombramientos dada su experiencia en Saltillo así como la proximidad con Javier Díaz fortalecida durante la campaña electoral.

Soberón podría tener otro destino en la administración estatal para completar el trío experimentado que se formó en los tiempos de Jericó Abramo Masso, con el mencionado Assaf y con René Medina, actual subsecretario estatal forestal.

Del equipo que acompañará hasta mañana a Chema Fraustro, otro que ya trae rumbo es Héctor Reyes, el director de Comunicación Social, quien al parecer asumirá ese mismo cargo pero en Ramos Arizpe.

“Las estrellas” de Chema Fraustro

Los jugadores estrella del equipo de Chema Fraustro, ambos muy influyentes durante su gestión, son el tesorero Juan Carlos Villarreal y el secretario del Ayuntamiento, Carlos Estrada, por quienes se dice, el “ingeniero” pidió.

Como se sabe, Villarreal entregará la Tesorería mañana para asumir el 1 de enero como regidor, mientras que de Estrada poco se sabe, en especial, por ciertas acciones que no han sido bien vistas en su histórico reciente.

A Estrada se le atribuye parte de la mala gestión de la crisis del Tec Saltillo, en 2023, pero sobretodo, una serie de acciones relacionadas con el Registro Público de la Propiedad, entre estas, la contratación de un software deficiente, así como la integración de un tinglado de normas que restringieron el acceso público para concentrar con una y otra cosa, el poder de la información en un grupo de especuladores e inversionistas en tierras.

Sin embargo, hay un compromiso por emplearlo en las primeras semanas del año.

La auditoría en Torreón

Por diferentes circunstancias, el informe de la Auditoría Superior del Estado  sobre el municipio de Torreón, ha concentrado la atención pública.

No es para menos. En juego están 324.7 millones de pesos.

Sin embargo, hay que recordar que en 2022 las observaciones que fueron por 132 millones de pesos quedaron solventadas en su totalidad, de ahí que como hace un año, el tesorero municipal de Torreón, Óscar Luján haya precisado ayer que el informe se encuentra dentro de la normalidad en procesos de auditoría.

Los movimientos de Román Alberto

Algunos de los cambios fueron previamente anunciados en este espacio, pero hasta ahora sigue latente la posibilidad de que se realicen más en el ayuntamiento de Torreón.

Mañana concluye el primer período para el que fue electo Román Alberto Cepeda y, el día 1 inicia el segundo, llevando en el área de Comunicación Social, a Yohan Uribe, quien entra al relevo formal de Luis Rayas, quien se ubicará en un área de planeación y seguimiento.

La salida de Juan Adolfo Von Bertrab de la Dirección de Obras Públicas es prácticamente un hecho y, para muchos, la duda estriba en los motivos de ese ajuste toda vez que el programa de obras de Román Alberto Cepeda es de lo más lucidor de su primer período.

Basta asomarse por Torreón para ver dos cosas notables: la limpieza de la ciudad y las obras. Luego ¿cuál es el problema?

En el círculo rojo lagunero se dice que nadie como Von Bertrab supo aplicar la máxima de “donde hay obra sobra” y que el intríngulis al respecto da mucha tela de donde cortar así que, mejor cortar por lo sano para el segundo período.

Respecto al cabildo, el asunto de Mario Cepeda Ramírez tiene en la incertidumbre a Raúl Garza del Valle, hasta ahora director de Egresos pero también suplente del primero. El “Profe Cepeda”, como se sabe, está bajo una medida cautelar por el asunto penal que, si bien podría cambiar en esta misma semana, hasta ahora se encuentra fuera de convocatoria.

Es decir. Los integrantes del próximo cabildo ya fueron citados para tomar protesta el día primero menos Cepeda Ramírez, pero la indefinición jurídica del caso, tampoco permitió la convocatoria a Garza del Valle por lo que, de no haber sentencia entre hoy y mañana, el cabildo tomará posesión sin el séptimo regidor.

La reducción en UAdeC

Quien andaba muy sonriente el fin de semana es el rector Octavio Pimentel Martínez, pues tras el informe de la ASE pudo presumir, aunque lo hizo en 28 de diciembre, una reducción en más del 75% las observaciones respecto al año anterior.

Al parecer, se trata de un trabajo de ordenamiento financiero y administrativo orientado a cumplir con diferentes criterios auditables.

Como se sabe, desde hace tiempo lo abultado de los resultados de la ASE y de la Auditoría Superior de la Federación se relacionan con normatividad inaplicable, inadecuada o difícil de encuadrar, de manera que parte de los problemas que arrastra la Universidad Autónoma de Coahuila, tienen un origen al que sólo faltaba meterle mano.

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