Ayer se dio a conocer la lista de aspirantes a cargos judiciales por el Poder Ejecutivo. Como se sabe, los tres poderes harán su respectiva propuesta y, en la que propondrá la presidenta Claudia Sheinbaum, se repitieron algunos nombres de coahuilenses que se registraron también por el Judicial.
El nombre nuevo, por la lista del Ejecutivo es Dora Alicia Martínez Valero, abogada saltillense, de prosapia política y muy reconocida en el ámbito electoral en el partido, en el tribunal y en el sector privado, pues ha sido directora de asuntos electorales de Grupo Televisa.
Martínez Valero se apuntó para postularse a ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, convirtiéndose en la segunda coahuilense y la primera saltillense, en buscar ese espacio que, por la lista del Poder Judicial, ya procura el exfiscal estatal, Gerardo Márquez Guevara.
La novedad es que por la lista del Ejecutivo tampoco aparece Luis Efrén Ríos Vega, a quien localmente se le ha dado vuelo como eventual aspirante a ministro, pero sí aparece su sobrino, Luis Rodrigo Galván Ríos, que busca ganarse un espacio en el Tribunal Electoral.
Los que repiten son el magistrado local Sergio Díaz Rendón; el fiscal electoral Alejandro González; así como las consejeras Beatriz Rodríguez Villanueva y Madeleyne Figueroa, esta última la postulante más seria para trascender el primer filtro rumbo a la final.
La caballería azul ya llegó
Todo parecía planchado en la reelección de la dirigencia estatal en el PAN Coahuila con Elisa Maldonado y Gerardo Aguado en fórmula para la continuidad. Y de repente, una voz poco relevante en el contexto panista, la diputada local Edith Hernández Sillas, puso a tambalear el proceso y activó (o evidenció quizás) la inconformidad reinante en las cúpulas partidarias.
Fue en esta columna donde hace más de un mes se dio a conocer que Hernández Sillas desafiaría el liderazgo que, dentro del propio panismo, se le atribuye a su coordinador de bancada, Gerardo Aguado, conocido como “El Quillo”.
Y lo que en principio parecía una ocurrencia ha ido tomando fuerza con el despertar de los hasta hace poco adormilados grupos regionales.
En el PAN hay un hervidero que ya subió al campo de batalla al diputado federal Guillermo Anaya Llamas, al lagunero Jesús de León y al monclovense Alfredo Paredes, a quienes se les ve como la caballería pesada que no está dispuesta a dejar pasar un período más para “El Quillo”.
La regidora electa
Uno de los ecos de la visita de Luisa María Alcalde Luján atañe a la regidora electa Alejandra Salazar, la influencer pro 4T, excandidata al ayuntamiento de Saltillo por Morena y –por sus resultados electorales y la manera de comunicar– una de las revelaciones políticas de 2024.
El eco, en realidad comidilla, es que en el ámbito morenista cuentan que Ale Salazar hizo tremendo berrinche porque en el acto partidista no la invitaron al presídium.
Mientras que diputados como Alberto Hurtado se mantenían detrás de la valla o Antonio Attolini que anduvo repartiendo agua entre la concurrencia, y ni chistaron por la ubicación. Muy a lo Morena, la futura integrante del cabildo habría expuesto su malestar reforzando una vez más las afirmaciones sobre su escaso conocimiento –y por ello mala práctica– en política partidaria.
Inquietud tricolor
Con los movimientos en el PAN que se precipitan para dejar los tambores batientes hacia el cierre de año, en el PRI priva la inquietud sobre el futuro de la dirigencia estatal.
La dirigencia de Carlos Robles Loustaunau ha convertido a ese instituto político en un espacio gris y, cada vez son más los que optan por buscar otra vía para la construcción de acuerdos y las operaciones partidistas que no despacha en Coss ni en la lateral del Nazario.
Ya a nadie apantalla el señor de los adjetivos precedentes al nombre, lo que ha traído como consecuencia un debilitamiento del liderazgo partidista que, eso sí, pocos se atreven a mencionar en voz alta, aunque muchos están deseosos de que les pregunten.
Dicen que hay que tener cuidado con lo que se desea y, para el caso, en una de esas “Don Carlos” cae para arriba.
Por ahora, los cambios del primer año podrían ser la oportunidad para una inyección de vitalidad femenina que hace estimular el enroque, por ahí a unas cuadras y por la acera de enfrente del mismo bulevar Coss.
Presidencia sin aguante
La comisión de Presupuesto del Congreso local sesionó ayer para resolver la Ley de Ingresos de Saltillo y Torreón. Seis horas tardaron en la aprobación por el atorón que se dio en la Perla de la Laguna debido a varias observaciones, así como a la oposición presentada por Antonio Attolini, quien en general se ha mantenido votando en contra y reivindicándose como el principal opositor.
Hoy, otra vez, la sesión del pleno se proyecta kilométrica como ha sido en las últimas sesiones… tanto como para que el presidente de la Mesa Directiva, Alfredo Paredes, no aguante el turno semanal.
Y no es el único incapaz de desquitar los casi 100 mil pesos mensuales.
La semana pasada, luego de tomarle protesta al nuevo fiscal Federico Fernández Montañez, el pleno se tomó la foto y ya de regreso, sin la algarabía de la unanimidad, el panista Paredes dejó la presidencia que quedó en manos del primer vicepresidente, el priísta Álvaro Moreira, quien tampoco aguantó, por lo que terminó dejando el puesto a Antonio Attolini, el morenista que condujo hasta el final la sesión en funciones de presidente.
La decisión no es sencilla para la Junta de Gobierno que debe elegir entre dotar a sus legisladores con un multivitamínico alto con concentrados de vitamina B o, de plano, listar una agenda más moderada (en una de esas hasta mantiene despierto a Raúl Onofre).
Se le fue el plazo
En el legislativo local se cuenta un chismazo: que la diputada local Olivia Martínez Leyva quería estrenar su flamante título de licenciada en Derecho registrándose para contender por un cargo judicial federal. Eso sí, muy a su estilo, nada de un juzgadillo sin chiste que nadie ve… De magistrada para arriba.
El proceso puso a prueba las capacidades jurídicas de la legisladora, que no logró acreditar, primero, la noción de los plazos pues se le vencieron las fechas de registro; y segundo, que no contaba con cédula profesional pues, muy a pesar de las tres licenciaturas y quién sabe cuántas maestrías que presume, en el Registro Nacional de Profesiones sólo aparece su título como trabajadora social.
Una discusión no resuelta
Desde hace meses, al presidente del Instituto Electoral de Coahuila, Rodrigo Germán Paredes Lozano, se le ha metido el gusanito de la inclusión y la diversidad en lo electoral. Para quienes conocen de su actuación pública previa, así como de su desenvolvimiento personal, el interés es un auténtico desfiguro.
Pero en unos días, el consejero que sí sabe del asunto –y principal responsable de que Coahuila se haya puesto a la vanguardia en términos de representación–, Óscar Daniel Rodríguez Fuentes, es organizador del Foro Acciones Afirmativas y autoadscripción, en conjunto con las consejeras electorales del INE, Claudia Zavala y Rita Bell López; el electoralista Arturo Espinosa; la magistrada estatal, Karla Félix; la activista Ana Eugenia Rodríguez y el politólogo Aurelien Guilabert, así como la revista Voz y Voto que dirige Gloria Alcocer, quien será la moderadora.
El tema es uno de los grandes pendientes por resolver en la discusión electoral, pues los políticos marrulleros suelen autoadscribirse para aprovechar abusivamente de las acciones afirmativas.
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