Redacción El Coahuilense
El desalojo en el exejido Nuevo Mieleras, en Torreón, donde una persona resultó fallecida, tiene como origen y desenlace una serie de actuaciones fallidas por diversas instancias del estado.
Un litigio por la posesión de unas 100 hectáreas localizadas cerca del Ferropuerto, habría iniciado porque un notario, identificado como Erik Osiris Rodríguez Huitrón, entregó indebidamente cartas de posesión sobre el predio que ya tenía dueño, al parecer, el empresario gasolinero Juan Manuel Muñoz Luévano.
Erik Osiris Rodríguez Huitrón –quien ya acumula otras quejas por conductas anómalas– habría vendido cartas de posesión en 2021.
El litigio resultó favorable al propietario por lo que un juez instruyó el desalojo. En las 48 horas previas a su ejecución, hubo un intento por resolver políticamente el asunto en un área del gobierno estatal pero no hubo respuesta y, el GRT ingresó sin coordinación con otros cuerpos de seguridad, anulando la posibilidad de una negociación pacífica. El policía que accionó su arma ya fue detenido por la Agencia de Investigación Criminal.
El caso ha puesto en la mira la falta de coordinación entre el Grupo de Reacción Torreón (GRT) y otros cuerpos de seguridad, principalmente por la obstinación de César Perales en mandar a sus agentes sin acompañamiento, cuando en operaciones con multitudes de por medio ya han dado pruebas de su falta de protocolos y de preparación para la contención pacífica.
Esta mañana, El Coahuilense Noticias informó sobre el operativo que tuvo como saldo la muerte por herida de bala de Rolando Medina, hijo de Gelo, el dirigente de la comunidad. Además, en los videos tomados por los pobladores, se advierten conductas abusivas y fuera de protocolo de agentes que participaron en los hechos, tales como golpear a una persona que ya está sometida.
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