Redacción El Coahuilense
La ruptura en seguridad ocurrida hoy entre el Ayuntamiento de Torreón y la Secretaría de Seguridad Pública del estado, ha provocado inquietud en el círculo rojo porque se trata del primer desafío relevante al modelo implementado desde hace una década (antes lo hicieron otros munícipes, el más reciente fue el morenista de Madero, Jonathan Ávalos).
La decisión del alcalde Román Alberto Cepeda causó extrañeza porque apenas el jueves participó en la Sesión Plenaria de la Mesa de Seguridad y Justicia de Torreón, a la que asistió el gobernador y el comandante de la 11a Región Militar, sin manifestar inconformidad.
Ahí se tomaron acuerdos de coordinación en los tres órdenes de gobierno. De repente y sin decir agua va, el alcalde anunció su decisión en la mesa semanal de seguridad frente a mandos militares, de Guardia Nacional y del gobierno del estado.
Un ultimátum inexplicable, que contrasta con las posturas precedentes, destacadamente por ser un tema sensible y que podría reducirse a una expresión: 48 horas de inestabilidad.
En las últimas semanas el distanciamiento se fue dando en el contexto de las diferencias entre el mando operativo central, “Comandante Jaguar”, con el municipal César Perales “Comandante Quito”, quien de ser parte del grupo cercano al mando se acogió al presidente municipal, Román Alberto Cepeda.
Hasta ahora, los motivos del distanciamiento de Quito con Jaguar no son claros pero tienen en el centro de las diferencias al Comandante “Ray”, quien anteriormente rompió con su mando institucional.
En las últimas 24 horas, el alcalde Román Alberto Cepeda, exigió al Grupo de Reacción Torreón (GRT) una definición: responderían al mando estatal o al municipal. Eligieron lo primero. Entonces los despidió.
El conflicto se planteó esta mañana en la mesa de seguridad. Al más alto nivel en el gobierno del estado se tomó la decisión de regresar a los agrupamientos de origen al GRT administrativamente, salvaguardar sus derechos laborales según dijo el secretario Federico Fernández Montañez.
Al parecer, la decisión pasa por mantener al GRT en la región sin coordinación municipal.
El asunto se torna problema político: Román Alberto Cepeda ha invocado su autonomía en términos del 115 constitucional, más el fraseo “colaboración mas no subordinación”, lo que se ha interpretado como un desafío al gobierno del estado.
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