Desde hace días una fotografía da vueltas en los teléfonos celulares de los políticos de todo el estado tanto del PRI-PAN, como de Morena-PT. En la imagen están, de izquierda a derecha, Esteban Villegas aunque un pelín excluido; sigue Miguel Ángel Riquelme, quien destaca con una amplia sonrisa, el pulgar en afirmativo y, rodeándolo por completo, los brazos de Adán Augusto López Hernández quien posa de pie aunque inclinado para la foto.
A la izquierda de Riquelme aparece Víctor Manuel Castro Cossío, gobernador de Baja California Sur y, finalmente, en primer plano una sonriente también Claudia Sheinbaum.
La fotografía es peculiar en especial por el lenguaje corporal de Riquelme y Adán Augusto. Y aunque bien pudo ser tomada hace tiempo, por ejemplo, cuando todos eran gobernadores o de algún otro momento institucional (aunque bien sabemos que durante el lopezobradorismo hubo escasos momentos de compartimiento entre gobernadores de oposición), la difusión de dicha imagen por estas semanas parece tener una intencionalidad política por la que se han abierto numerosas especulaciones en el círculo rojo.
El Open House de Montemayor
Así decía la invitación, “Open House”, y venía rubricada por Rogelio Montemayor Seguy y Lucrecia Solano. La peculiar elección de esos vocablos para una reunión anual que al parecer suelen convocar los Montemayor, tuvo lugar el pasado 25 de enero en San Pedro Garza García, Nuevo León, en un lujoso complejo de la zona Del Valle, donde hay área común.
El motivo de la fiesta fue “celebrar la amistad, compartir risas y grandes momentos”.
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¿Con qué objeto? Pues como se sabe, resulta frecuente que algunos exgobernadores inviten a sus antiguos amigos y colaboradores a reunirse con cierta frecuencia, cruzar anécdotas y contar episodios del período de poder que compartieron; acordarse de los fallecidos; criticar a los que están porque ellos lo hubieran hecho mejor y, en general, invocar un poco de su pasado, digamos, glorioso, y luego regresar a la cotidianidad de sus nuevas actividades o al retiro.
Por ahí estuvieron José María Fraustro, Ricardo Álvarez, Pepe Murra, Gregorio Pérez Mata, Jesús Saracho, Heriberto Fuentes, Jorge Villarreal, Lourdes Quintanilla, Rogelio Ramos Oranday, Carlos Juaristi Septién, Jorge Udave y Héctor Carmona, entre muchos otros.
Si alguna intención política había en ese encuentro fue notable, por ejemplo, la ausencia del actual secretario de Gobierno Óscar Pimentel González; del subsecretario de Desarrollo Rural, José Alejandro Dávila Garza; del secretario del Ayuntamiento de Saltillo, Francisco Saracho.
Un centenar de personas en total, algunos todavía con cierta presencia en las diferentes regiones del estado y otros, de plano, puro cadáver político.
¿Mensajes de Luz Elena?
Tan civilizada y progresista que se percibía a la diputada Luz Elena Morales Núñez, mucha mano izquierda, habilidades de diálogo, conciliación y otras tantas virtudes y, de repente, en fechas recientes esa percepción ha empezado a cambiar.
Resulta que entre sus colaboradores cercanos hay quién está enviando mensajes de ejercer violencia física, literalmente, de “subir al ring”, a quienes le resultan incómodos por críticas a los intereses que la legisladora tiene en el Poder que controla en tanto es presidenta de la Junta de Gobierno.
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El caso referido a esta columna fue de tan poca clase que, inclusive, el emisario hizo mofa por perfil de aspecto de algún interfecto en grosera francachela.
Para algunos que conocieron el episodio, parece tratarse de una bravata al calor de los mezcales proferida por quien más debería cuidar la percepción sobre la diputada: para otros, un mensaje claro y contundente de quien le da las órdenes. En cualquier caso, la diputada a quien sus subalternos suelen llamar “la jefa”, se ve bastante mal dados los tiempos que corren y sus presuntas aspiraciones a futuro.
Malestar en contratistas de Torreón
Desde hace tiempo, los retrasos en pagos a proveedores y contratistas en el Ayuntamiento de Torreón, han generado malestar entre quienes prestan algún servicio con el dicho ayuntamiento que por segundo período tiene al frente a Román Alberto Cepeda.
Para la mayoría de los consultados, los procesos administrativos de dicho ayuntamiento son tan largos y tediosos que nadie se explica el caos. Pero si en un sector la inconformidad comienza a tener visos de conflicto es en el de la obra, donde señalan directamente a Juan Adolfo Von Bertrand, el director de Obras Públicas, como artífice de algunos rezagos tanto en pagos como en asignación o renovación de contratos.
Parece que el enojo no es reciente y ya desde el segundo semestre de 2024, varios contratistas hicieron llegar de manera sutil sus malestares con la esperanza de que el apodado “Hansi” no repitiera pero ahora, empoderado en la nueva administración luego de haber sido ratificado en el cargo, por lo que anda ya en plan de represalia.
El reto a Tomás
Revelados que fueron los conflictos de intereses en torno a la devastación del Cerro de Guanajuato, el problema para el alcalde Tomás Gutiérrez empieza a crecer, si no en número si en las consecuencias que para su gestión podría representar el mantener vivo y sin acciones el tema.
Como se ha expuesto en este espacio, el asunto es un uso de suelo y autorizaciones otorgadas por un cabildo, el de Ricardo Aguirre, del que formaba parte como regidor un inversionista de nombre Carlos Valdés del Bosque. Las obras iniciaron ahora que Tomás Gutiérrez toma las riendas del ayuntamiento y lleva como titular de Ecología a Alma Delia Aguirre, una prima del mencionado Ricardo Aguirre, funcionaria que ha dado muestras de no querer entrarle al asunto.
El problema podría ser de naturaleza federal, pues poco se puede esperar la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de Coahuila, cuyo titular es Jesús Rodríguez Mendoza, quien se ha dado a conocer sólo por desafiar vehementemente al diputado Antonio Attolini luego de que éste cuestionara su inacción en las diferentes problemáticas ambientales de la entidad.
El sábado hubo reunión de vecinos con la regidora morenista Lizbeth Ogazón, por lo visto, dispuestos a no dejar pasar el atropello. La definición del alcalde, en este contexto, sigue siendo una incógnita.
300 sin nómina
A casi un mes de iniciadas las nuevas administraciones municipales, en el caso de Francisco I Madero, el desastre heredado a Félix Ramírez, es un problema político que, como bola de nieve, parece irlo alcanzando y marcar el primer trimestre de su gestión.
Ese ayuntamiento que antes y ahora surgió de Morena, enfrenta una condición especialmente anómala al dejar sin pago de quincena a 300 trabajadores municipales.
El problema de fondo es que el munícipe se topó en los primeros días de gobierno que varias personas no acudían a trabajar o lo hacían de manera irregular, así que decidió ejecutar una limpia en la nómina para erradicar aviadurías que sostuvo la gestión de su predecesor Jonathan Ávalos. Hasta ahí muy bien.
La inconformidad es porque en su revisión se llevó entre las patas de los corceles de la limpia a numerosos trabajadores y trabajadoras que sí cumplen con sus funciones, quienes han tenido que sortear la llamada cuesta de enero con los bolsillos en blanco.
La decisión es muy característica de las políticas de la autonombrada “Cuarta Transformación” a todos niveles, pues ahí donde ubican que algo funciona mal aniquilan hasta lo que funciona bien y, en el caso de Madero, el escollo sería el costo por demandas laborales y acciones coordinadas que a ningún alcalde le gustaría padecer de bienvenida.
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