La idea más o menos generalizada de que los gobiernos ocultan cifras cuando hay un problema de salud pública esta vez tiene pruebas. Se trata del subregistro en casos de dengue que, apenas el pasado miércoles, en la tribuna del congreso local, la diputada de Morena, Delia Hernández, acusó los tres meses de incidencia al alza, prácticamente sin intervención oficial.
Sólo en San Pedro de las Colonias, dijo ese día, siete de cada diez personas con síntomas salen positivo. Hospitales y clínicas de La Laguna en general reciben decenas de pacientes al día. La cifra contrasta con los datos oficiales, tanto que, en agosto pasado, la Secretaría de Salud reportaba 16 casos en todo el estado cuando un laboratorio privado de esa localidad registró –el mismo día de la información estatal– 17 casos positivos.
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El exhorto para que se implementaran medidas de contención al brote fue aprobado aunque la mayoría de los legisladores hizo mutis sobre el ocultamiento de cifras que la dependencia a cargo de Eliud Felipe Aguirre Vázquez, ha mantenido.
De hecho, una de las fórmulas ya documentadas por este espacio es que, ante un positivo por dengue que fallece, la causa de muerte queda establecida por rickettsia.
¿Cuál es el motivo por el que se ocultan cifras?
Y ahora… enlace legislativo
La diputada Edith Hernández Sillas ha emprendido una nueva campaña. Ante el escaso eco que tuvo en su búsqueda de la dirigencia estatal del PAN encontró un nuevo objetivo consistente en desplazar a la diputada Luz Elena Morales.
Esta vez, la legisladora conocida por su activismo en la protección de hombres violentados por mujeres (menos al Quillo), decidió convertirse en la interlocutora del Legislativo, con el Ejecutivo y el Judicial.
Curioso el periplo que la diputada ha tenido en las últimas semanas pues de querer arrebatarle la coordinación de bancada a Gerardo Aguado, el mencionado Quillo, pasó a querer contender contra Elisa Maldonado por la dirigencia del PAN y, en un viraje repentino, a ganarse la interlocución entre poderes.
Quiere hueso.
Más de Juris
La queja de los más de 40 trabajadores administrativos contra los malos tratos y acosos de Héctor Iván Moreno, el director administrativo de la Facultad de Jurisprudencia, se convirtieron en la nueva crisis que el director de la escuela, Alfonso Yáñez Arreola, intenta resolver.
Inmerso en una vorágine de contactos políticos en la procura de resolver sus problemas inmediatos, el también notario ha conseguido hacer notar como apoyo la presencia del rector Octavio Pimentel Martínez en cuanta actividad se le ocurre; ya fue e hizo interesado cortejo al ombudsman José Ángel Rodríguez Canales y se sigue granjeando el apoyo de políticos como el alcalde de Saltillo, José María Fraustro (vía el Oficial Mayor universitario, Josué Garza) o el secretario de Seguridad, Federico Fernández Montañez.
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Pero si mejoró su imagen pública, el problema laboral parece irresuelto pues su administrador fue suspendido temporalmente, merced a una medida cautelar dictada por la Defensoría Universitaria con la que estuvo más que de acuerdo el sindicato.
En días pasados, además de intensos cabildeos en rectoría, Yáñez Arreola presionó infructuosamente a los trabajadores para que aceptaran el regreso de Héctor Moreno quien, por ahora, se dice en el círculo rojo, se ha concentrado en un despacho privado donde contables experimentados intentan hacer magia para revertir los resultados de una auditoría que, presuntamente, le imputa la falta de comprobación de 17 millones de pesos.
Sobre quién paga el mencionado despacho hay varias versiones, pero la explicación que se espera es que, como el primer informe de su segundo período en la dirección, sea el propio Yáñez Arreola quien asegure solventar los gastos de su bolsillo.
Team brazudos
A varios políticos coahuilenses (y no tan coahuilenses pero que aquí tienen su corazón) les ha dado por mostrar en Instagram y Facebook, sus fotografías en el gimnasio enseñando brazo, pierna o cara de malotes con pesa en mano.
Con frecuencia suele colgar ese tipo de fotografías el diputado federal petista, Ricardo Mejía Berdeja; también el diputado panista, Guillermo Anaya Llamas. Recientemente se ha sumado a la práctica el magistrado presidente del Tribunal Superior del Estado, Miguel Mery Ayup y bueno, menos glamouroso pero como se dice, cada quien a la capacidad, hace unas semanas el alcalde de Matamoros, Miguel Ángel Ramírez “El Charro”, se animó a posar en paños menores dentro de una cubeta.
En el círculo rojo se especula sobre algún asesor de imagen que les dio el mismo consejo aunque la comidilla se recrea en numerosos juegos de palabras y dobles sentidos que en el mejor de los casos termina con la interrogante sobre qué quieren decir o a quién quieren apantallar.
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