En el gabinete estatal ya no hay vacantes y, como sucede al concluir el primer año de un gobierno, se esperan ajustes para garantizar la marcha de un proyecto de gobierno.
Se trata de ver quién funcionó y quién no, pero también de los equilibrios con los grupos de poder que contribuyen a la gobernabilidad, dos motivos suficientes para realizar los primeros cambios de fondo y que, en el caso de Coahuila, son los segundos debido a que el proceso electoral 2024 movió algunas piezas a semanas de haber iniciado.
El caso es que, más allá de especulaciones sobre quién sale y quién entra, ayer el gobernador Manolo Jiménez Salinas adelantó la integración de los aún alcaldes de Ramos Arizpe, Chema Morales, y Arteaga, Ramiro Durán, al gobierno del estado.
Aunque la declaración puso nerviosos a varios, momentos antes de que se realizara la última reunión de trabajo del gabinete en pleno. Empero, el tono afable y sin regaños a los asistentes dejó perplejos a quienes buscaban una señal en el trato del mandatario. No la dio.
Ahora, a los interesados no les queda más que esperar a enero y a que la suma de Morales y Durán sea a nuevos cargos como ocurrió con María Bárbara Cepeda y la secretaría del nombre largo.
Cacicazgo en Ramos (y en Arteaga también)
Nepotismo, opacidad en contrataciones y obras de relumbrón planteadas como si fueran megaproyectos, marcaron los dos períodos de Chema Morales Padilla. Pero esos vicios se dejaron ver, normalizados ya, en el tercer (en realidad, sexto) y último informe del alcalde de Ramos Arizpe, quien acaso pueda presumir la “deuda cero” que dijo legar.
Hasta ahora, el ayuntamiento de Chema Morales no ha querido transparentar los contratos a partir de los cuales consiguió, según asegura, tener la ciudad mejor alumbrada del país. Tampoco los fundamentos técnicos bajo los cuales renovó el alumbrado público, ni diagnóstico ni proyección.
Informó de un parque con temática de dinosaurios; de acciones en ejidos y de una casa de cultura que dirige su primo Aarón López Lomas, como sus principales logros.
Y es que, el nepotismo ahí fue quizás de los más aberrantes políticamente hablando, por la larga lista de parientes que integraron su gestión. Impunemente terminó perfeccionándolo con la transmisión al primo, Tomás Gutiérrez. Porque, ante todo, fue un gobierno de primos que se heredó a primos, al puro estilo caciquil.
Un estilo que se reproduce por todo el sureste coahuilense y que en Arteaga detenta la dinastía Durán, cuyo integrante en el cargo y a punto de terminar es Ramiro, el alcalde que en enero, como el propio Chema, ya no será.
Morena excluyente en Torreón
Quienes integrarán el cabildo de Torreón por Morena, a partir del próximo 1 de enero realizaron una conferencia de prensa en conocida marisquería lagunera para decir que, básicamente, le van a echar ganas como opositores.
El encuentro encabezado por el expriísta, Shamir Fernández, retomó las posturas de Antonio Attolini sobre el alcalde torreonense Román Alberto Cepeda y no dio para más.
Lo que sí llamó la atención fue que el grupo de regidores y síndica no convocaron a su compañera Ariana Cervantes, regidora también por Morena, a quien Shamir trató infructuosamente de excluir como integrante de su planilla y, ahora, en los hechos, para la ruta opositora que delineó.
En el círculo rojo se sabe que no es la primera hostilidad de Shamir Fernández contra Ariana Cervantes, quien ayer mismo elevó una queja a la dirigencia estatal que encabeza Diego del Bosque, aunque previsiblemente, no tendrá respuesta
No obstante, el asunto tiene más trasfondo: se trata del grupo de Antonio Attolini (del que forman parte Shamir y Diego del Bosque) confrontando desde ahora al de Cintia Cuevas, la diputada federal (de quien Cervantes fue colaboradora cercana) que se perfila como figura fuerte del morenismo en Torreón.
Mal timing de Attolini
La hostilidad parece estar fuera de lugar, en un contexto en el que Antonio Attolini está por concretar su arribo a la Mesa Directiva del Congreso del Estado, un espacio para el que tendría que estar tratando de sumar, evitando fisuras intrapartidistas.
Hoy los diputados morenistas sostendrán una primera reunión para definir si Magaly Hernández se queda con la coordinación parlamentaria y Attolini asume la Mesa Directiva, asunto este último en el que sólo tiene por opositora a la diputada Delia Hernández.
Si el acuerdo entre Magaly Hernández y el lagunero se sostiene, sería el lunes cuando, en la última sesión del Congreso de este 2024, se ponga ante el pleno la propuesta que, por lo general, es de mero trámite y sólo legitima lo decidido en el grupo parlamentario.
Pero como la propia 4T ha dicho: estamos en el terreno de lo inédito.
Múzquiz: la fiesta de Tania y Ricardo
El informe de Tony Flores Guerra por su primer año de diputado local fue el típico caso de la persona que hace una fiesta y dos invitados aprovechan para su festejo personal. Literal.
Y es que, en sentido figurado, fue el cuarto informe de Tania Flores, la hermana del diputado, pero también el primer informe de Ricardo Mejía Berdeja como diputado federal.
Ella, a cargo del discurso de apertura, aseguró que los hermanos Flores Guerra transformaron la Región Carbonífera, pero destacadamente habló de sus acciones como alcaldesa de Múzquiz y del supuesto manejo presupuestal que hereda finanzas sanas a la próxima administración.
La aseveración es peculiar tratándose de la alcaldesa que precisamente ayer pagó nómina a empleados presuntamente del bolsillo de Tony Flores, porque las arcas municipales ya no daban para cerrar el año.
Mejía Berdeja, a cargo del discurso final, por su parte, sí elogió el trabajo del diputado local al asegurar que ¡faltaba más! ha hecho más que los otros 24 legisladores. Aunque aprovechó para reivindicar al petismo coahuilense como tercera fuerza.
Y como no podía faltar un musicón, Víctor Severo Ortiz, su esposa la regidora electa de Francisco I. Madero, Lucía Zorrilla Cepeda, y el hijo de ambos, regidor electo por Torreón, Víctor Ortiz Zorrilla, llevaron tremendo acordeonazo para el diputado federal.
En síntesis: el informe de Tony, fue la fiesta de Tania y Ricardo.
Revés a Yáñez Arreola
Un nuevo revés se llevó el director de la Facultad de Jurisprudencia, Alfonso Yáñez Arreola, el pasado lunes 16 de diciembre, cuando la Oficialía Mayor de la Universidad Autónoma de Coahuila le instruyó restituir a José Ramón Oceguera como catedrático.
Yáñez Arreola decidió hace semanas echar a Oceguera, en represalia por pedirle que rindiera cuentas en relación a la auditoría universitaria que le observó irregularidades por 17 millones de pesos.
La maniobra se hizo con tanto desaseo que a su aliado, el oficial mayor Josué Rodríguez, no le quedó otra que revertir la arbitrariedad, por lo que el abogado incómodo debe regresar frente a grupo en enero.
Ayer llamó la atención que, tras ser notificado de la resolución de la Oficialía Mayor, el equipo de Yáñez Arreola mandó cerrar el grupo de WhatsApp de maestros de la facultad, primero restringiendo comentarios y luego anunciando que los administradores abandonarían el chat y llamando a los integrantes (más de 90 catedráticos) a hacer lo propio.
La cosa es que fue precisamente en ese chat donde Oceguera exigió la rendición de cuentas que tanto molesta al director de la Facultad.
En cualquier caso, la conducción de Yáñez Arreola en cuanto a derecho deja mucho qué desear, en virtud de que hace apenas unas semanas perdió un caso de transparencia y ahora uno laboral dentro de la casa de estudios. Y eso es ya mucho decir para alguien que dirige una escuela de leyes.
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