Por Gonzalo Villanueva & Diego García /CEDIL
Para 2025 será crucial abrir una discusión pública sobre algunos de los problemas más urgentes de Coahuila, atendiendo tanto a la reflexión teórica como a la práctica cotidiana.
Temas como la elección entre libertad y seguridad, vida y economía o sostenibilidad y crecimiento deben abordarse, no como dilemas binarios, sino como situaciones complejas que requieren análisis profundos y soluciones integrales.
Mientras ciudades como Saltillo, Torreón, Monclova, Piedras Negras y Ramos Arizpe crecen y se transforman, emergen desafíos que exigen atención urgente.
Los accidentes de tránsito han convertido las calles en escenarios de tragedia cotidiana evidenciando la necesidad de repensar la movilidad urbana y las políticas de seguridad vial.
A ello se suma el acceso al agua, un recurso cada vez más escaso que posiciona a Coahuila en el centro del debate nacional sobre la gestión hídrica y la sostenibilidad ambiental, especialmente en una región donde la sequía no es sólo una amenaza latente, sino una realidad constante.
Además, fenómenos sociales como la migración, impulsada por la falta de oportunidades y el anhelo de un futuro mejor, continúan transformando comunidades y redefiniendo vínculos familiares.
Además la violencia familiar persiste como una sombra que fragiliza el tejido social desafiando a las autoridades y a la sociedad civil a implementar estrategias integrales que prioricen la prevención y el apoyo a las víctimas.
Esos retos no sólo evidencian problemáticas estructurales, sino que también representan la oportunidad de imaginar y construir un Coahuila más justo, resiliente y sostenible para las generaciones futuras.
Un desafío urgente
Como ha documentado el CEDIL en diversos espacios a lo largo de este año, la seguridad vial en Coahuila enfrenta un desafío alarmante: el incremento en el número de víctimas de accidentes automovilísticos.
Si la tendencia actual de las cifras oficiales persiste, esta problemática podría agravarse significativamente en 2025 exigiendo acciones inmediatas tanto de las autoridades como de la sociedad en su conjunto.
Los datos son contundentes: de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), 2024 se proyecta como el año con mayor número de víctimas por lesiones culposas en accidentes de tránsito desde 2017, con un promedio de al menos cinco víctimas diarias.
Las proyecciones del CEDIL apuntan a que esta cifra podría escalar a entre siete y ocho víctimas diarias en 2025, lo que subraya la gravedad de la situación.
Diversos factores confluyen para explicar el aumento de accidentes viales en la entidad; entre ellos destacan el incremento del parque vehicular, la falta de infraestructura adecuada, las distracciones al volante, el exceso de velocidad y la conducción bajo los efectos del alcohol y otras sustancias.
Revertir esta tendencia exige un enfoque integral que ataque las raíces del problema. Es indispensable implementar medidas educativas, preventivas y punitivas, acompañadas de inversiones estratégicas en infraestructura vial y tecnología. Sólo con un esfuerzo conjunto y sostenido será posible mejorar la seguridad vial y proteger vidas en el estado.
El reto de la violencia familiar
Para Coahuila en materia de género el desafío tiene como punto de partida la violencia familiar. Datos del SESNSP indican que esta entidad federativa se encuentra con cifras de denuncias muy por encima de la media nacional, pues se encuentra en segundo lugar justo por debajo de Colima.
Esa realidad en cifras es confirmada por los resultados de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (INEGI), donde Coahuila aparece como el sexto estado con mayor prevalencia de violencia contra las mujeres, con un 72.3%, es decir, donde siete de cada 10 mujeres reportan haber sido víctima de violencia.
Estos datos contextualizan, más allá de los números, sobre la normalización de la violencia de género que afecta a las mujeres en diversos espacios, desde el hogar hasta la esfera pública.
El reto se encuentra aquí, en cerrar la brecha entre estas cifras y las acciones concretas para atenderlas. Los datos no únicamente revelan un clima de violencia, sino que existe una fuerte disposición a denunciar por parte de las víctimas, por lo que la exigencia recae sobre las instituciones que darán seguimiento efectivo a estas denuncias desde una perspectiva de género.
Dificultades a superar en un territorio de paso
De acuerdo con la Unidad de Política Migratoria del Gobierno de México, entre enero y agosto de 2024 se registró un incremento superior a 130% en el número de personas en situación migratoria irregular en el país, en comparación con el mismo periodo de 2023. Esa cifra pasó de 398 mil 991 registros en 2023 a 925 mil 85 en 2024 reflejando una crisis migratoria sin precedentes.
Asimismo la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados ha señalado un aumento sostenido en las solicitudes de refugio en México desde 2013. Entre los factores que explican este fenómeno destacan el incremento de la violencia en Centroamérica, el endurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos y una mayor visibilidad de México como opción viable para el refugio.
Coahuila, como otros estados fronterizos, enfrenta la compleja tensión entre el compromiso con los derechos humanos y la prioridad en el control migratorio.
Para abordar este desafío es fundamental adoptar un enfoque integral centrado en los derechos humanos. Ello implica fortalecer el sistema de asilo, combatir la corrupción y la impunidad en las violaciones a derechos de las personas en movilidad, garantizar la integración social y económica de migrantes y refugiados, y consolidar la cooperación regional para hacer sostenibles las rutas migratorias.
Sólo a través de un esfuerzo coordinado será posible transformar este reto en una oportunidad para la justicia y el desarrollo social.
Gestión hídrica, problema crítico
Los registros de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) indican que las precipitaciones en Coahuila durante este año apenas superaron en 20 milímetros (mm) las de 2023, pasando de 242.2 mm a 265 mm; aunque este ligero aumento podría interpretarse como una señal alentadora, en realidad subraya la gravedad del problema, ya que el crecimiento económico y poblacional del estado demanda mayores cantidades del recurso tanto para uso industrial y comercial como doméstico.
Como destacó el CEDIL en el número 41 de El Coahuilense Noticias, estos bajos niveles de precipitación afectan no sólo a agricultores y ganaderos, también a comunidades urbanas y rurales que dependen del agua para satisfacer sus necesidades básicas.
El cambio climático, la sobreexplotación de los recursos hídricos y una gestión inadecuada han llevado a Coahuila a una situación límite. Es imperativo implementar políticas que garanticen una distribución justa y sostenible del recurso mejorando la infraestructura hídrica y promoviendo prácticas de manejo responsables y equitativas. De ello depende el bienestar de los más de 3.5 millones de habitantes del estado.
Finalmente, es esencial comprender estos desafíos como encrucijadas que nos invitan no sólo a elegir entre los caminos existentes, sino a imaginar y construir nuevas rutas que integren lo mejor de cada opción.
Se trata de superar las limitaciones del pasado, trascender lo convencional y avanzar hacia soluciones innovadoras que respondan a las necesidades de Coahuila y su gente.
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