Por Diego Corpus & Gonzalo Villanueva / CEDIL
En Saltillo el uso del espacio público refleja los retos culturales, políticos y económicos de nuestra ciudad. ¿Cómo definimos y gestionamos este recurso compartido? ¿De qué manera responde a las transformaciones urbanas actuales?
El espacio es un conjunto de sistemas en los que interactúan elementos físicos, culturales, económicos y sociales, donde participan organizaciones políticas, empresas, asociaciones y ciudadanos. Es el lugar donde coexistimos en el plano de lo cultural, político y económico.
No todo el espacio que nos rodea está dedicado exclusivamente al crecimiento económico o al desarrollo político, ya que existe un tipo específico de espacio del que podemos hacer uso exclusivamente buscando nuestro disfrute o convivencia: el espacio público. Éste está compuesto por áreas abiertas destinadas al uso colectivo, donde se condensan la convivencia, recreación y la participación ciudadana, sin restricciones económicas, sociales o políticas. Ejemplo de ello son las plazas, parques, mercados y otros lugares abiertos que fomentan la interacción social y el uso común del territorio.
Saltillo, como centro de capital económico y humano, ha experimentado un crecimiento industrial que, si bien impulsa el desarrollo económico, también agrava las desigualdades en el acceso a espacios públicos.
Datos y realidades
Siguiendo a Jane Jacobs, teórica del urbanismo y activista sociopolítica canadiense, usualmente las ciudades se planifican desde arriba; esto no es lo ideal porque se dejan de lado las diferentes realidades que vive la población, lo que constriñe y reprime la vida de las personas pautando dónde y cuándo las personas pueden hacer sus actividades.
En este sentido, Saltillo está pensada en términos de valor de cambio, es decir, a partir de la búsqueda de obtención de beneficios, por lo que se presenta como una mercadería a la ley de la oferta y la demanda; se parte de la acumulación de capital a la persecución de rendimientos mediante la generación de plusvalías.
Es necesario establecer un comité (realmente) ciudadano junto al municipio, similar a las iniciativas en Medellín, que colabore en la identificación y recuperación de plazas y parques, priorizando la accesibilidad y la integración social.
Eso sólo es posible si se planifica desde la experiencia cotidiana y las necesidades de las personas. En muchas ocasiones los tecnócratas que diseñan las ciudades no tienen en cuenta la experiencia del lugar, cuáles son los proyectos que han funcionado y cuáles han desencadenado problemas sociales.
Actualmente Saltillo enfrenta fuertes desigualdades en la satisfacción de necesidades y peticiones, donde el consumo de agua es alto y la calidad del aire es deficiente. Ante esto, mantener y expandir las zonas verdes se ha vuelto una necesidad urgente para regular la temperatura y reducir la emisión de dióxido de carbono.
Saltillo cuenta con 6.9 metros cuadrados de espacio público por habitante, un número similar al de Monterrey (6.2), pero significativamente inferior al de la Ciudad de México (15.1).
¿Qué dice la Organización Mundial de la Salud (OMS)? La OMS recomienda que cada persona debería contar con al menos 10 a 15 metros cuadrados de espacio público, lo que indica que nuestra ciudad está por debajo de estas condiciones óptimas.
💬 | Únete a nuestro canal de WhatsApp para que recibas las noticias y trabajos destacados de El Coahuilense Noticias.
Datos del Instituto Municipal de Planeación de Saltillo (Implan) revelan que la distribución de espacio público por habitante en Saltillo presenta una marcada desigualdad dependiendo de la zona de residencia. Mientras que los habitantes de la zona norte disfrutan de cerca de 25 metros cuadrados por persona, esta cifra disminuye drásticamente a 6.8 en el centro de la ciudad. La situación es aún más preocupante en el poniente, con tan solo 3.3 por habitante en áreas como La Maquinita, Universo y Cerro del Pueblo.
El oriente de la ciudad, incluyendo Mirasierra, Misión Cerritos y Loma Linda, presenta la menor disponibilidad de espacio público, con apenas 2.9 metros cuadrados por habitante.
🗞 | Suscríbete aquí al newsletter de El Coahuilense Noticias y recibe las claves informativas del estado.
En pocas palabras, las zonas donde habitan más saltillenses son las de menor acceso a espacios públicos. Aunado a esto, 37% de los espacios públicos en Saltillo son de acceso controlado, es decir, están dentro de fraccionamientos cerrados, lo que impide su uso libre por parte de la población en general.
Por otro lado, en términos de infraestructura, sólo 2% de los espacios públicos cuentan con equipamiento cultural como bibliotecas o foros, mientras que 32% tiene equipamiento deportivo y 46% posee instalaciones recreativas. Ello revela que la oferta cultural es prácticamente inexistente en el espacio público, y que las opciones deportivas y recreativas siguen siendo insuficientes.
Impacto en la calidad de vida
El entorno en el que vivimos influye significativamente en nuestro bienestar psicológico. Investigaciones demuestran que aspectos como aceras anchas y arboladas promueven una sensación de bienestar; mientras que el ruido del tráfico y el deterioro de las calles generan estrés. Además, la ausencia de espacios públicos y el hacinamiento pueden desencadenar ansiedad y depresión.
Democratizar el espacio público
El derecho a la ciudad trata de cambiar a la ciudad cambiándonos a nosotros mismos. Es un derecho común, cuyo poder reposa en la colectividad y busca remodelar los procesos de urbanización. Se trata de reapropiarse de las ciudades, de garantizar que los espacios públicos sean accesibles para todos y que respondan a las necesidades de la sociedad en su conjunto.
No obstante, pese a que el derecho a la ciudad aspira a una transformación colectiva, el modelo neoliberal ha convertido los espacios públicos en mercancías, limitando el acceso y profundizando las desigualdades urbanas.
Este proceso, al transferir el control a empresarios y élites políticas, restringe la posibilidad de que todos disfruten de un entorno digno y compartido. Esto se refleja en la creciente cantidad de espacios de acceso restringido y en la desigual distribución de áreas verdes en Saltillo.
Para materializar el derecho a la ciudad, es imprescindible democratizar los espacios públicos. Esto significa impulsar un movimiento ciudadano que reclame la recuperación de estos bienes comunes, priorizando el bienestar colectivo sobre intereses privados y rediseñando la ciudad para que responda a la diversidad de sus habitantes.
TE PUEDE INTERESAR:
Síguenos en