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Por Abraham Tobías
La Mujer Maravilla, también conocida como Wonder Woman, es uno de los personajes más icónicos y queridos del universo de los cómics. Desde su creación en 1941 por el psicólogo William Moulton Marston, ha sido aclamada como un símbolo de poder y justicia, representando el espíritu femenino en el mundo de los superhéroes.
Sin embargo, a lo largo de su historia, ha enfrentado varios desafíos y controversias. Hoy toca explorar su historia, filosofía y cómo ha sido afectada por la censura en distintos momentos.
Su historia se remonta a su creación en la Edad de Oro de los cómics. William Moulton Marston –también inventor del detector de mentiras–, bajo el seudónimo de Charles Moulton, buscaba crear un personaje que encarnara los valores del feminismo y el poder de las mujeres. Inspirado por su esposa Elizabeth Holloway Marston y en Olive Byrne, con quienes tenía una relación poliamorosa, Marston desarrolló a Diana Prince, también conocida como la Princesa Diana de Themyscira, la isla de las Amazonas. Su origen está intrínsecamente ligado a la mitología griega, ya que es hija de la Reina Hippolyta y fue moldeada a partir de arcilla por los dioses. Diana es enviada al mundo de los hombres como embajadora de paz y justicia, luchando contra las fuerzas del mal y defendiendo los ideales de igualdad y libertad.
Antes de marchar al mundo de los hombres, los dioses del Olimpo concedieron varios poderes a Diana. Entre ellos, cabe destacar, superfuerza, curación acelerada, agilidad, reflejos, sentidos aguzados y velocidad, la capacidad de volar, inmortalidad y eterna juventud y hasta habla con los animales; pero no sólo eso, a diferencia del hijo de Krypton, ella usa armas, como el lazo de la verdad, los brazaletes de sumisión, la espada de Hefesto y el escudo de la reina Alcippe, una tiara a veces usada como bumerang, hasta un avión invisible, algo que no entendí hasta después, ya que en sus inicios no era capaz de desafiar la gravedad, es decir no volaba.
Wonder Woman ha sido aclamada como un ícono feminista, representando su fortaleza, valentía y su independencia. Podría rivalizar en fuerza con Superman. Su filosofía se basa en el amor y la compasión, sin dejar de ser fuerte, ruda y determinada a luchar contra los villanos que se le pongan enfrente, como el mismísimo Ares, Hades, Hefesto o Cheeta.
La inclusión de elementos mitológicos también ha agregado una capa adicional de profundidad a su filosofía. Al provenir de una cultura de amazonas guerreras, Diana desafía las expectativas de género y cuestiona los roles tradicionales de la mujer en la sociedad, promoviendo su empoderamiento.
A lo largo de su historia ha enfrentado varios momentos de censura y controversia. En sus primeros años fue sometida a restricciones en su vestimenta y posturas consideradas inapropiadas para los estándares de la época. En los cincuentas, durante la era de la Comisión del Código de Autorregulación de Cómics, se vio afectada por la censura debido a la preocupación de que sus historias promovieran la homosexualidad. Muchos de los elementos de su mitología y su relación estrecha con su compañera amazona, Nubia, fueron eliminados o minimizados.
En años más recientes también ha habido controversia en torno a la sexualización del personaje en ciertas representaciones y la falta de diversidad en su adaptación cinematográfica. La ocasión más reciente en que fue censurada ocurrió en países del Medio Oriente debido a que su protagonista, Gal Gadot, es israelí.
Sin embargo, esta Diosa de la Guerra ha logrado mantener su estatus como un ícono feminista y ha sido elogiada por su representación positiva de las mujeres en el medio de los cómics.
Ella ha dejado una huella imborrable y tiene un lugar propio en el mundo de los superhéroes, representando la fuerza, la justicia y el feminismo. A lo largo de su historia, ha desafiado la censura y las restricciones impuestas a su personaje, manteniendo su filosofía subyacente de empoderamiento femenino. Aunque ha enfrentado controversias, su legado como símbolo de lucha por la igualdad y la libertad continúa siendo relevante en la actualidad.
La Mujer Maravilla es un recordatorio de que los personajes ficticios pueden tener un impacto duradero en la sociedad y servir como inspiración para generaciones futuras.
F. Abraham Tobias Hernández
@AbrahamTobias
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