El lado oscuro de las redes sociales

junio 23, 2024
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El lado oscuro de las redes sociales
EL COAHUILENSE

Por Abraham Tobías

#DatoMamuco: el río Tamborasi es el río más corto del mundo. 

Mide sólo 20 metros de largo y se encuentra 

al sudeste de Sulawesi, Indonesia.

No soy ajeno a ellas. Las uso y a veces con exageración. He ignorado a personas que están frente a mí por utilizarlas. También he sido “cambiado” por un mensaje de WhatsApp. Lo que nos lleva a reflexionar si todo en ellas es bueno o todo en ellas es malo. Sin duda las redes sociales revolucionaron la manera en que nos comunicamos y relacionamos con los demás. Sin embargo, detrás de la aparente facilidad y conveniencia de estas plataformas, se esconde un lado oscuro que puede socavar nuestras relaciones personales y hasta afectar nuestra salud mental.

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Aunque prometen conectarnos con personas de todo el mundo, a menudo pueden contribuir al aislamiento y la desconexión en nuestras vidas. Pasar largas horas frente a una pantalla puede alejarnos de las interacciones cara a cara y debilitar los lazos emocionales con amigos y familiares en el mundo real. La búsqueda constante de validación y aprobación en forma de likes y comentarios puede crear una sensación de insatisfacción constante y perpetuar sentimientos de soledad y alienación. Ha aumentado la capacidad de muchos de hacer “pendejadas” por un “me gusta” o “me encanta” y lograr visualizaciones.

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Las redes sociales son un escaparate para las vidas cuidadosamente seleccionadas y editadas de los demás, lo que puede llevar a comparaciones negativas y sentimientos de inferioridad. La exposición constante a las aparentes vidas perfectas de nuestros amigos en línea puede generar envidia y resentimiento, socavando nuestra autoestima y debilitando nuestras relaciones. Las fotos retocadas y las narrativas selectivas pueden distorsionar nuestra percepción de la realidad, creando expectativas poco realistas y perpetuando una cultura de perfección inalcanzable.

También pueden ser un terreno fértil para el acoso cibernético y el bullying. La facilidad con la que se pueden compartir y difundir rumores, insultos y amenazas en línea puede tener consecuencias devastadoras para las víctimas, causando daño psicológico y emocional duradero. El anonimato relativo de internet puede llevar a comportamientos más agresivos y desinhibidos, exacerbando el problema y dificultando su resolución.

El diseño adictivo de muchas plataformas puede llevar a una dependencia compulsiva y perjudicial. La constante gratificación instantánea en forma de likes, comentarios y notificaciones puede activar centros de recompensa en el cerebro, creando un ciclo de búsqueda de dopamina que puede ser difícil de romper. La incapacidad para desconectar y establecer límites saludables puede interferir en otras áreas de nuestra vida, afectando nuestra productividad, nuestras relaciones y nuestra salud mental en general.

La información personal que compartimos en ellas puede ser objeto de abuso y explotación por parte de terceros. La recopilación de datos por parte de las plataformas puede comprometer nuestra privacidad y poner en peligro nuestra seguridad en línea. Y yendo más allá, nuestra seguridad física, los stalkers, psicópatas y gente mala está al acecho; cuántos casos de niños, niñas y mujeres desaparecidos por alguien hay que conocieron por medio de internet y terminan de manera trágica, con una violación o la muerte.

La proliferación de noticias falsas y desinformación también puede socavar la confianza en las “benditas” (como diría el señor de las mañaneras) como fuente confiable de información, exacerbando la polarización y la división en la sociedad.

Refuerzan ideas, aunque estén equivocadas, lo que hace que la sociedad se polarice y nos haga creer que siempre tenemos la razón. Los algoritmos de seguimiento hacen que creamos que todos o la mayoría piense como nosotros, si veo videos pro AMLO, me invadirán videos que fortifiquen mi idea o viceversa, haciéndome creer que tengo la razón. Este es otro factor que no acerca a las personas, sino las aleja.

Si bien las redes sociales ofrecen numerosos beneficios en términos de conectividad y accesibilidad, también plantean desafíos significativos para nuestras relaciones personales y nuestra salud mental. Es fundamental ser conscientes de los riesgos y retos asociados con el uso ellas y adoptar prácticas saludables de uso que promuevan una conexión auténtica y significativa con los demás, tanto en línea como fuera de línea.

Tener cinco mil amigos en Facebook, no te hace amiguero; 100 mil seguidores en Instagram tampoco te convierte en líder; un millón de visualizaciones en TikTok no te hace una estrella. Afuera hay una vida real mucho más gratificante. Despégate de la pantalla y ve a vivirla, no la dejes pasar.

@AbrahamTobias

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