Engaño opositor

mayo 25, 2024
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Por Arturo Rodríguez García

En la casa de campaña de Xóchitl Gálvez ha quedado evidenciado el desorden en más de una ocasión, no obstante, con el tropiezo del último debate presidencial la tensión interna prevalece al rojo vivo, pues el círculo que la impulsa no constató las acusaciones contra Mario Delgado antes de ser pronunciadas por la aspirante del PRI-PAN-PRD. 

Fue el tono, la oferta de realizar una revelación y un estallido que amagaba devenir escándalo de grandes dimensiones. Parecía una bomba. Que Mario Delgado Carrillo, el dirigente del partido Morena, fuera investigado en instancia penal en Estados Unidos, si no modificaba las tendencias electorales sí sería un duro golpe a la reputación de la llamada 4T y el temprano decaímiento de uno de los grupos poderosos en el morenismo.

Pero la bomba fue en realidad un efímero cuetón.

Lo aclaró el propio dirigente de Morena: quien se encontraba en la mira de las autoridades estadounidenses era un homónimo que fue sentenciado desde 2021. 

Con la “revelación” evidenciada, lo menos que se podía pensar era en un ardid, en el artificio de calumniar que algo quedaría y que, Mario Delgado y el morenismo no dejarían pasar para acusar a Xóchitl de buscar engañar a la gente y de actuar sin moral, sin una ética mínima en su conducción pública, con tanto cinismo como para haber llevado la egañifa al tercer debate, uno de los momentos de mayor exposición pública para su candidatura. 

La petición para que el fragmento sea eliminado de la memoria digital fue llevada al Instituto Nacional Electoral, de Guadalupe Taddei, como adelantó el político guinda. Lo admita el INE o no, se trata de un traspié que podría tener importantes costos para Gálvez, en la antesala del 2 de junio.

El tropiezo en el war room, quizás sea una de las peores vergüenzas que un equipo de campaña haya hecho pasar a un candidato o candidata presidencial y que pasará a la historia de las pifias mayúsculas de un proceso de elección presidencial.

Estacada en Morelos

Quien quería abundancia de agua y ahora le llueve a presión es a la candidata morenista por la gubernatura de Morelos, Margarita González Saravia, pues fue denunciada por varios delitos relacionados con la gestión del balneario Las Estacas, área natural protegida que desde hace 70 años es propiedad de su familia. 

Fue el diputado Eliasib Polanco quien la acusó por ejercicio abusivo de funciones, tráfico de influencias y daños al equilibrio ecológico y la protección del ambiente luego de que pobladores de Tlaltizapán, municipio donde se ubica el popular paraje, denunciaron múltiples afectaciones que van desde daños medioambientales, hasta casos de explotación laboral y ambiental. 

Recientemente, la candidata impuesta por Cuauhtémoc Blanco obtuvo una concesión que extiende por 60 años más el permiso para seguir lucrando con el área, con lo que pareciera que se cura en salud en caso de perder el estado, escenario cada vez más posible dado el rechazo popular al ex Gobernador.

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