Por Álvaro Delgado Gómez
Tres veces lo intentó, tres veces fracasó y Santiago Creel no quiere dejar pasar la cuarta y última oportunidad de su vida: Ser postulado, a sus casi 70 años de edad, como candidato presidencial… aunque sea para perder.
Como nunca antes, ni cuando fue Secretario de Gobernación de Vicente Fox, Creel tiene todas las condiciones para lograr el sueño de su vida: El PAN definirá al candidato de la derecha, como se pactó con PRI y PRD, y él controla toda la estructura y las reglas de ese partido a través de su incondicional Marko Cortés.
Aun si la coalición Va por México, que lidera el millonario Claudio X. González, organiza una elección interna, con dos aspirantes por cada partido y otros dos de la “sociedad civil”, Creel destaca entre tanta mediocridad de personajes como Claudia Ruiz Massieu, Enrique de la Madrid, Silvano Aureoles, Gustavo de Hoyos y hasta Lilly Téllez, ya descarrilada porque ni panista es.
La postulación de Creel como el candidato de la oposición es más viable que la de Xóchitl Gálvez, la Senadora impulsada por un sector de opinadores que ven en ella una figura supuestamente disruptiva, porque por lo menos, dicen, no es tan corrupta como los otros y tiene como prenda personal ser indígena.
Pero la candidatura de Gálvez no tiene ninguna viabilidad, precisamente porque en la derecha la desprecian por indígena, sobre todo en el norte y occidente del país, y si la toleran es porque jamás ha pretendido nada en términos de políticas públicas que contradiga a las élites.
En todo caso la viabilidad de Gálvez sería en la capital del país y todavía está pendiente si Jorge Romero Herrera, el cacique del PAN y jefe del Cártel Inmobiliario, le permite ser candidata a quien aborrece y no controla, en vez de su incondicional Santiago Taboada.
Y que nadie lo olvide: Fue Creel uno de los principales operadores de la legalización del Fobaproa que, el 12 de diciembre de 1998, convirtió en una deuda para los mexicanos que aún pagamos todos los robos de los banqueros, empresarios y políticos de México.
Además de Diego Fernández de Cevallos, mentor político de Creel, y Calderón, entonces presidente del PAN, fue Vicente Fox el más entusiasta promotor de legalizar el Fobaproa, que en buena medida le representó ganar la Presidencia de la República en el 2000, dos años después de esa decisión.
Un dato relevante más: Los magnates que financian al grupo de presión Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, que fundó Claudio X. González y encabeza María Amparo Casar, coordinadora de asesores de Creel en la Secretaría de Gobernación, son justamente los beneficiarios del Fobaproa.
Hay más casos malolientes en la biografía de Creel, por supuesto el desafuero de Andrés Manuel López Obrador, pero también los permisos para cientos de casinos, la aprobación de la Ley Televisa, los negocios de empeño, todos intereses de las élites que permanecieron intocados con Fox y el foxismo, que está bien instalado en el PAN…
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