INE: El PRIAN sigue ahí

abril 4, 2023
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Por Álvaro Delgado Gómez 

Después del grave daño que Lorenzo Córdova infligió al Instituto Nacional Electoral (INE) por su inconstitucional oposición al proyecto que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador —“ese güey”, como le llama—, la nueva integración de este árbitro obliga a iniciar una nueva etapa que sólo sirva a la democracia y no a las élites, pero también debe advertirse que ahí anidan aún consejeros con el sello de PRI, PAN, PRD y MC.

Nunca la suma de parcialidades ha generado imparcialidad y por eso debe exigirse a quienes forman parte del INE, a los que llegan y a los que ya estaban, que sólo cumplan con los cinco principios que la Constitución les ordena en el artículo 41: imparcialidad, sí, pero también independencia, legalidad, certeza y objetividad.

Nada más, pero tampoco nada menos: A las once consejeras y consejeros no se les pide que renuncien a sus convicciones políticas e ideológicas, porque no existen individuos neutros, pero ni deben caer en la trampa de tomar literalmente partido, menos para favorecer a cualquier poder, sea político, económico, mediático, religioso o criminal.

Por eso es deber de la sociedad vigilarlos a todos, a los que llegan y a los que estaban.

De los cuatro nuevos consejeros electorales, electos el viernes 31 de marzo por insaculación, dos están identificados con Morena y López Obrador, la sonorense Guadalupe Taddei Zavala, la nueva Presidenta, y el tabasqueño Jorge Montaño Ventura, mientras que los otros dos, la oaxaqueña Rita Bell López Vences y el capitalino Arturo Castillo Loza, no tendrían identificación partidaria.

De los siete integrantes del Consejo General que permanecen después de la salida de Córdova, Ciro Murayama, Adriana Favela y Roberto Ruiz, cuatro tienen un muy claro sello partidario, uno de ellos, Uuc-kib Espadas Ancona, inclusive fue militante del PRD y Diputado federal, antes de renunciar en 2007.

Los otros tres son Claudia Zavala Pérez, Dania Paola Ravel Cuevas y Jaime Rivera Velázquez, quienes fueron electos en 2017 por las bancadas de PRI, PAN, PRD y el partido Movimiento Ciudadano, con el voto en contra de Morena.

Zavala Pérez, amiga de Córdova desde la carrera en la UNAM, fue propuesta por el PRD; Ravel Cuevas, asesora del consejo filopriista Marco Antonio Baños, por el PRI, y Jaime Rivera, quien literalmente crió a Lorenzo, por el PAN.

A los miembros de este grupo se suma Espadas Ancona, electo en 2020, a propuesta perredista y avalado también por Morena, en el proceso en el que se eligió a Norma Irene de la Cruz Magaña, de sello claramente morenista, a Carla Astrid Humphrey Jordan, de larga trayectoria filopanista, y a Martín Faz Mora, el más imparcial de esa camada.

Así, en el nuevo Consejo General hay un bloque de cuatro consejeros identificados con el PRIAN y otro con tres afines a Morena, mientras que cuatro (Humphrey Jordan, Faz Mora, López Vences y Castillo Loza) estarían distantes en mayor o menor medida de los otros dos grupos.

Esto significa que el órgano colegiado tiene nuevos equilibrios y deberá imponerse la negociación entre los once pares, cuya Presidenta estará obligada a sumarlos en cada una de las decisiones que tome a partir de rendir protesta, este lunes 3, y de tomar posesión, el día siguiente.

Para empezar, Taddei Zavala debe hacer una propuesta para designar al nuevo secretario ejecutivo, que requiere por lo menos ocho votos de los once consejeros, pero la unanimidad le daría a ella y al nuevo funcionario la fuerza política para que el INE inaugure la nueva vigorosa etapa poslorenzo.

Luego sigue la integración de las comisiones de consejeros, como las importantísimas de Quejas y de Fiscalización, así como el nombramiento de funcionarios de la estructura de Junta General Ejecutiva, clave para garantizar la organización de las elecciones.

Hay algo muy obvio: El nuevo INE y sobre todo su Presidenta tendrá en contra a quienes se sentían que ese organismo era de su propiedad y sus consejeros, entre ellos Córdova, Ciro Murayama y Edmundo Jacobo Molina, sus empleados.

Con mayor razón ha llegado la hora de que actúen como árbitros que son, con base en la Constitución, y no sirvan a ninguna de las facciones, ni del gobierno ni de la oposición.

Y, claro, lo primero que deben hacer los nuevos consejeros electorales, empezando por su Presidenta, es cumplir con la Constitución bajándose el sueldo.

SinEmbargo

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