Por Brenda Macías
El asesinato de Jesús Ociel Baena Saucedo, le primere magistrade del Tribunal Electoral del Estado de Aguascalientes, sigue conmocionando a la sociedad de Saltillo y de Coahuila.
Para conocer a Ociel, más allá del impacto que me causó su asesinato el 13 de noviembre último, busqué una entrevista con Norberto Coronado, terapeuta, comunicólogo y uno de sus mejores amigos.
Norberto dibujó con palabras un perfil y panorama sobre la vida de Jesús Ociel Baena, enfocándose en su lucha por la igualdad de género, la amistad, la reacción de los medios y la sociedad ante la muerte violenta, y la necesidad de defender su legado y acompañar a su familia ante el duelo y la injusticia.
Los detalles de este encuentro los reproduzco enseguida.
Personalidad disruptiva Desde la mirada de Norberto, Ociel tenía una personalidad disruptiva y segura por todo lo alto.
Su compromiso social se sostuvo al usar las técnicas de la argumentación, el ejercicio del derecho y la libertad de expresión como herramientas para la defensa de les otres y para elle misme.
Su existencia como personaje de la vida pública del país en un tribunal electoral iba más allá de querer figurar y ser el centro de atención por su manera de vestir con falda, tacones, saco, corbata y labios carmesí.
Su objetivo se centraba en incomodar y, al mismo tiempo, empujar el acceso a la democracia, la justicia y a una vida libre de violencias. Desde el servicio público en favor de los derechos políticos electorales enfatizó la importancia de la visibilidad de las diversidades sexogenéricas.
LA HETEROPENDEJEZ
La sociedad, anclada en prejuicios y la “heteropendejidad” o “heteropendejez”, acabó con la historia de mi amigue, sentencia Norberto Coronado con este nuevo término y posible categoría de análisis.
Y agrega: “Ociel, más allá de las apariencias superficiales, desde su posición como figura pública, luchó por manifestar su congruencia como persona no binaria y por acabar con la heteronorma que define a las personas por su genitalidad. La pérdida de Ociel es un duro golpe no sólo para su familia, sino para quienes luchan por la igualdad”.
AMISTAD Y ADMIRACIÓN
Ociel y Norberto se conocieron en el año 2010 en un centro universitario privado de Saltillo. Ociel daba clases para estudiantes de derecho y Norberto para estudiantes de comunicación. En ese espacio intercambiaron ideas y afinidades.
Enseguida hubo una gran compatibilidad y cariño entre ambas personas.
Viajaron, celebraron y compartieron una amistad entrañable. Ociel cambió su residencia de Saltillo a Aguascalientes en el año 2011 y rápidamente se convirtió en un defensor de la democracia y escaló posiciones sin conocer a nadie. Sus logros educativos y su capacidad para formar relaciones profundas fueron notables enseguida, recuerda Norberto.
LA FALTA DE COMPASIÓN DESTRUYE LA VIDA
Ante el asesinato de Ociel, la reacción de los medios de comunicación locales y la sociedad conservadora de Saltillo, de Aguascalientes y de todo México ha sido de falta de empatía, pero sobre todo de compasión, no sólo hacia Ociel sino, hacia su pareja, Dorian, y sus familiares.
Los medios de comunicación, enfocados en el sensacionalismo, han difundido imágenes inapropiadas, contribuyendo a una narrativa injusta y dolorosa, critica con fuerza Norberto ante la cámara de su computadora en la reunión de Zoom que sostuvimos un sábado por la mañana.
OTRA VERDAD HISTÓRICA; UNA MENTIRA NACIONAL
El día de su asesinato Ociel no tenía escolta, y sus cercanos sabían que su hogar estaba sorprendentemente accesible porque la llave de repuesto estaba abajo del tapete de la entrada, enfatiza Norberto. Es evidente que en México, lugar en el que se crean verdades históricas, en alusión a la desaparición forzada de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, la hipótesis del crimen pasional suena a otra mentira nacional.
Norberto concluye la charla para continuar con su trabajo. Parafraseo su mensaje: la existencia de Ociel en el teatro del mundo incomodaba a muchas personas. Ahora su familia se enfrentará a la dolorosa tarea de defender su nombre, su legado y humanidad. Es imperativo ir más allá de la empatía y recordar a Ociel como magistrade, hije, hermane y ¡persona!
EPÍLOGO
Para recordar que Ociel era una persona alegre, divertida, feliz, y que siempre llevó la música por dentro, Norberto propone que la lista de reproducción de su memoria debe estar organizada con música de Sonido Master, Banda Cañón, Tropicalisimo Apache y más de la cumbia norteña tropical.
Hasta siempre, Ociel. Gracias por no tener miedo, por tanto y por hacernos presentes.
@brendamargotms