“Lo personal es político”, una frase vigente para el avance de los feminismos

mayo 29, 2024
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“Lo personal es político”, una frase vigente para el avance de los feminismos
EL COAHUILENSE

Por Brenda Macías

En el vasto y complejo panorama de los feminismos pocas frases han resonado tan profundamente como “lo personal es político”. A primera vista puede parecer simple, pero su significado es profundo y su impacto trasciende generaciones. ¿Qué implica realmente esta declaración? ¿Por qué es tan poderosa? Y, quizás lo más importante, ¿cuál es su relevancia en la actualidad?

En estos días estuve leyendo el libro Lo personal es político. Textos de los feminismos de los setenta de Marta Lamas y Ana Sofía Rodríguez Everaert, quienes se dieron a la tarea de compilar textos imprescindibles para comprender los avances, las agendas e incluso las contradicciones de los movimientos feministas en México. El libro contiene el pensamiento de Rosario Castellanos, Marta Acevedo, Grupo Siete, Alaíde Foppa, María Antonieta Rascón, Lourdes Arizpe, Ana Luisa Ligouri, Carlos Monsiváis. Más las editoriales de las revistas fem y La Revuelta. 

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En su esencia, “lo personal es político” es un recordatorio de que nuestras experiencias individuales están entrelazadas con estructuras sociales más amplias y sistemas de poder. Desde las decisiones que tomamos en nuestra vida diaria hasta las luchas que enfrentamos en nuestras relaciones personales, todo está moldeado por un entorno político y social. El acceso a la educación, la atención médica, la libertad para tomar decisiones sobre nuestra propia cuerpa; todas estas facetas de nuestras vidas están profundamente influenciadas por políticas gubernamentales, normas culturales y estructuras de poder.

Históricamente esa frase surgió en el contexto del movimiento feminista de los años sesenta y setenta del siglo XX, cuando las mujeres comenzaron a visibilizar las injusticias y desigualdades que enfrentaban en sus vidas personales y a conectarlas con problemas políticos más amplios. Desde la brecha salarial hasta la violencia de género, desde la falta de representación en cargos de liderazgo hasta la discriminación en el ámbito laboral las mujeres comenzaron a comprender que sus luchas individuales eran parte de un tejido más grande de opresión y de desigualdad de género.

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Pero “lo personal es político” trasciende al feminismo de la segunda ola y sigue siendo relevante en el panorama contemporáneo. En un mundo donde las redes sociales y la conectividad digital han amplificado nuestras voces individuales, esta frase cobra una nueva dimensión. Ahora más que nunca las experiencias personales se comparten en plataformas globales, generando conversaciones que pueden influir en la política, la cultura y la sociedad en su conjunto. Desde el movimiento #MeToo, que reveló la magnitud de la violencia sexual contra las mujeres, hasta las campañas por la justicia reproductiva y la igualdad salarial, las experiencias personales se han convertido en fuerzas poderosas para el cambio.

Sin embargo, “lo personal es político” nos lleva a reflexionar sobre nuestras propias acciones y privilegios en el mundo. Nos insta a reconocer que nuestras decisiones individuales tienen ramificaciones más amplias y a ser conscientes de cómo nuestras palabras y acciones pueden perpetuar o desafiar las estructuras de poder existentes. Nos recuerda que la lucha por la justicia social no es sólo una cuestión de leyes y políticas, sino también de cambiar las actitudes y comportamientos arraigados en nuestra sociedad.

En última instancia “lo personal es político” nos invita a reconocer nuestra capacidad para el cambio y la acción. Nos recuerda que nuestras voces importan, que nuestras experiencias importan y que nuestras vidas tienen un impacto en el mundo que nos rodea. Es un llamado a la solidaridad, a reconocer que nuestras luchas individuales están interconectadas y que juntas, juntos y juntes podemos trabajar hacia un futuro más justo e igualitario.

En un momento en el que el activismo y la lucha por los derechos humanos están más vivos que nunca, “lo personal es político” sigue siendo un mantra. Es una invitación a mirar más allá de nosotras mismas y a reconocer el poder de nuestras experiencias compartidas para impulsar el cambio. En un mundo donde la injusticia y la desigualdad persisten esta frase nos recuerda que la política no se limita a los pasillos del poder, sino que está presente en cada aspecto de nuestras vidas. Y es nuestra responsabilidad utilizar este poder para construir un mundo más equitativo y justo para la humanidad.

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