Por Valeria López Luévanos
El 8 de marzo no debería ser una fecha más en el calendario; debe ser el recordatorio de la lucha constante de las mujeres por la igualdad y la equidad en todos los aspectos de su vida. El Día Internacional de la Mujer no sólo marca una celebración, sino un llamado de atención a las desigualdades que persisten en el mundo.
Uno de los aspectos primordiales que merece una reflexión profunda es la visibilización política de las mujeres y la falta de reconocimiento a la importancia de los cuidados.
Históricamente las mujeres han librado una batalla por tener voz y representación en la esfera política. Aunque se han logrado avances significativos, la paridad de género en la política sigue siendo un desafío en muchos lugares del mundo. La falta de representación de las mujeres contribuye a una toma de decisiones desequilibrada, donde nuestras perspectivas y necesidades a menudo son subestimadas e ignoradas.
Hablar de las mujeres en la política no debería limitarse a ocupar cargos públicos; implica reconocer la diversidad de experiencias y realidades que enfrentan las mujeres en su día a día. Un aspecto crucial de esta visibilización es la valoración de las responsabilidades de cuidado, una tarea históricamente asignada a las mujeres y que, penosamente, a menudo queda en segundo plano en las discusiones políticas.
Los cuidados son el tejido invisible que sostiene a la sociedad. Desde el cuidado de la familia hasta el apoyo a comunidades enteras, las mujeres desempeñan un papel esencial en la creación y el mantenimiento de las estructuras sociales. Sin embargo, este papel a menudo no es reconocido ni remunerado adecuadamente. La sociedad ha tendido a subestimar el valor del trabajo de cuidado, perpetuando la idea de que es una responsabilidad inherente y natural de las mujeres, sin tener en cuenta su contribución económica y social.
La falta de reconocimiento a la importancia de los cuidados se refleja en la brecha salarial de género y en la limitada participación de las mujeres en el mercado laboral, especialmente en puestos de liderazgo. La carencia de servicios de cuidado accesibles y asequibles también limita las oportunidades de las mujeres para ingresar o mantenerse en el mercado laboral. Es hora de reconocer que los cuidados no son solo una responsabilidad individual, sino un pilar fundamental de la estructura social.
La visibilización política de las mujeres y la reivindicación de la importancia de los cuidados van de la mano. Necesitamos políticas que reconozcan y valoren el trabajo de cuidado, garantizando servicios de calidad y equidad en la distribución de responsabilidades. Además, es esencial fomentar entornos laborales que apoyen la conciliación entre la vida laboral y familiar, permitiendo a las mujeres participar plenamente en todos los aspectos de la sociedad.
La igualdad de género no es sólo un tema de mujeres; es una cuestión que afecta a toda la sociedad. Reconocer y abordar la desigualdad en la visibilización política de las mujeres y en la valoración de los cuidados es esencial para construir una sociedad más justa y equitativa. En este Día Internacional de la Mujer, renovemos nuestro compromiso con la lucha por la igualdad y trabajemos juntas y juntos desde nuestras diferentes trincheras para construir un futuro en el que todas las mujeres seamos visibles, valoradas y respetadas por nuestra contribución a la sociedad.
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