Por Álvaro Delgado
En 1998, al lado de Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Monreal le abrió un boquete al PRI y ganó la gubernatura de Zacatecas para la izquierda, en un episodio conocido como el “monrealazo”. Y 24 años después trama hacer lo mismo en Morena, en una ruptura con el Presidente de México y yéndose a la derecha que lidera Claudio X. González.
En los hechos, Monreal está fuera de Morena desde que López Obrador lo identificó como “traidor” tras elecciones de 2021, debido a que saboteó al partido en el que formalmente milita y trabajó para el PRIAN y para Fuerza por México, un engendro partidario que era su plan alternativo para su proyecto presidencial.
Monreal no sólo dirigía reuniones, impartía instrucciones y definía candidatos en Fuerza por México como líder alterno al senador Pedro Haces, sino que su hija Catalina fue secretaria Nacional de Acción Política de ese partido y candidata a diputada federal, aspiración a la que repentinamente renunció.
Al lado de López Obrador, Monreal fue gobernador, diputado, alcalde, jefe de la campaña presidencial de 2012 y coordinador de los senadores de Morena, el único cargo que el actual Presidente de la República comprometió en su tercera campaña para evitar la ruptura que, cuatro años después, está por materializarse.
La mudanza de Monreal al PRIAN ha comenzado con el recorrido que hará por los estados del país junto con Santiago Creel, el Diputado federal foxista que es el jefe máximo del PAN y es el articulador, junto con Claudio X. González, de la coalición Va por México que aspira a sumar también al partido Movimiento Ciudadano.
El anuncio de la virtual ruptura de Monreal con el movimiento que lidera el presidente López Obrador fue elocuente: En Madrid, la víspera de la marcha de este domingo, y acompañado de Creel, del coordinador de los diputados perredistas, Luis Cházaro, de Miguel Ángel Mancera, exjefe de gobierno, y de Mariana Gómez del Campo, sobrina de Felipe Calderón.
Pero si Monreal no tuvo jamás ninguna posibilidad de ser candidato presidencial de Morena, tampoco la tiene en la coalición del oligarca Claudio X. Si acaso le alcanza para ser aspirante a jefe de gobierno de la Ciudad de México, como buscó serlo en 2018 con una astucia que le llevó al cargo de coordinador del grupo parlamentario mayoritario.
Ya sin la cobertura que significa la marca partidaria Morena, Monreal tendrá que ser medido y, sobre todo, avalado por el cacique del PAN en la Ciudad de México, Jorge Romero. Tampoco será complejo, porque ya hizo enjuagues cuando era alcalde de Cuauhtémoc y pactó con él ser el único de Morena que recibió recursos, al contrario de Claudia Sheimbaum, de Tlalpan.
La candidatura de Monreal en el PRIAN de Claudio X. González pretendería pegar una puñalada a Morena en su corazón mismo, la Ciudad de México, que en la elección de 2021 quedó dividida en dos y que los clasistas motejaron como en una fracción viven los que pagan impuestos y en la otra los que viven de éstos.
Aún es temprano para concluir que habrá un nuevo “monrealazo”, cuyo triunfo como jefe de gobierno lo conduzca a su candidatura presidencial en 2030, o se quedará en simple “monrealazito”, una tentativa que lo deje fuera del presupuesto por primera vez desde 1988…
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