Por Abraham Tobías
#DatoMamuco:
La primera función del cine en México
fue en el Castillo de Chapultepec
el 6 de agosto de 1896
Sin duda uno de los artistas más importantes y queridos de la historia de México, dejó un legado vigente hasta hoy. Inconfundible voz y carisma único, conquistó no solo el cine mexicano, sino también los corazones de millones de personas. Decían: “Las mujeres lo aman y los hombres lo admiran”.
Nació el 18 de noviembre de 1917 en Mazatlán, Sinaloa, de raíces humildes. Su padre, Delfino Infante Gutiérrez, era mecánico y músico, su madre, María del Refugio Cruz (doña Cuquita) costurera y ama de casa. Creció en un ambiente rural. Y de niño se mudaron a Guamúchil buscando un mejor futuro.
Solo cursó hasta el cuarto nivel de primaria. La necesidad de emplearse a los 10 años lo hace abandonar la escuela, su primer trabajo fue de mandadero en la Casa Melcher.
🗞 | Suscríbete aquí al newsletter de El Coahuilense Noticias y recibe las claves informativas del estado.
En su niñez, no tuvo acceso a la educación musical formal debido a las limitaciones económicas de su familia. No obstante, su amor por la música lo llevó a aprender a tocar varios instrumentos, como la guitarra y el violín, tocaba además batería, acordeón y piano de manera autodidacta. A los 11 años contrajo poliomielitis y a los 12 años, comenzó a cantar en las fiestas familiares y en eventos locales, siempre impresionando con su voz, pero, sobre todo su capacidad para conmover a quien lo escuchaba.
A medida del crecimiento su pasión por la música se intensificaba, pero también surgieron retos. En su adolescencia, se trasladó a la Ciudad de México para buscar un futuro en el mundo del espectáculo. La vida en la capital no fue fácil para un joven provinciano sin recursos. Durante los primeros años, Pedro vivió en condiciones precarias y tuvo trabajos humildes para subsistir, como mecánico y, ocasionalmente, cantando en restaurantes y bares, también fue carpintero y barbero.
¡Ya tenemos canal de WhatsApp! Síguenos y recibe las mejores noticias de Coahuila.
En 1939, apenas de 22 años, Pedro tuvo su primera oportunidad importante cuando fue invitado a trabajar como cantante en la XEW, una de las principales cadenas de radio en México. Aquí comenzó a ganar notoriedad, y su voz comenzó a sonar en los hogares mexicanos. A finales de la década de 1930 y principios de la de 1940, la industria del cine mexicano vivía una época de esplendor, y Pedro comenzó a hacer sus primeros pasos en el cine. En 1939 participó en el cortometraje “El Organillero”
En 1943, en el filme «La Feria de las Flores», con un papel amigo del protagonista (Antonio Badú), esto marcó el inicio de su ascendente carrera como actor.
Una de las anécdotas más recordadas de su juventud es cuando, en su época de cantante, Pedro Infante estaba buscando su primer contrato discográfico. Se cuenta que un día se presentó en la disquera y, al ser rechazado, decidió cantar una de sus canciones en el mismo estudio, con la esperanza de impresionar a los productores. Después de escucharlo, le ofrecieron un contrato, y esa audacia le permitió dar el primer paso hacia la fama.
💬 | Únete a nuestro canal de WhatsApp para que recibas las noticias y trabajos destacados de El Coahuilense Noticias.
En la década de los 40 y principios de los 50 alcanzó su plenitud artística, durante la Época de Oro del cine mexicano. En este periodo, Infante se consolidó como uno de los actores más populares y versátiles de la industria, protagonizando una gran cantidad de películas, muchas de las cuales son ahora consideradas clásicas.
A lo largo de su carrera cinematográfica, Pedro Infante interpretó más de 60 películas, destacando en géneros como la comedia, el drama y la acción. Entre sus obras más recordadas se encuentran Nosotros los Pobres, Ustedes los Ricos, La Oveja Negra, Tizoc, “El Inocente”, Los Gavilanes, Dos Tipos de Cuidado, ATM entre muchas otras taquilleras. La primera mencionada, en particular, se convirtió en un gran éxito de taquilla, consolidando a Infante como uno de los máximos exponentes del cine mexicano.
En cuanto a la música, se convirtió en una de las voces más representativas de la música ranchera, popularizando canciones como Amorcito Corazón, el primer bolero ranchero, Cien Años, Bésame Mucho, Muñeco de Cuerda, las famosas Coplas con Jorge Negrete, Mi Cariñito, Tu Enamorado, y muchas más. Su interpretación es sinónimo de la música ranchera, y su voz perfecta para cantar al oído sigue siendo emblemática del romanticismo mexicano.
Infante no solo destacó por su talento, sino también por su carisma y cercanía con el público. Pedrito tenía un sarape de Saltillo, para él de mucho valor y el cual se negó en reiteradas ocasiones a regalar a amigos y familiares. Una vez camino a Guadalajara junto a José Alfredo Jiménez, vio un puesto de comida atendido por un anciano titiriteando de frío, se quitó su prenda tan apreciada para regalársela.
Su pasión eran los carros, las Harley-Davison, por cierto, Silvester Stallone estuvo a punto de comprar una que fue de su propiedad, pero sobre todos los aviones, fue acreditado como piloto aviador. Acumuló más de 3,000 horas de vuelo y sobrevivió a dos accidentes, uno en el 47 y otro en el 49.
La de Pedro Infante fue trágicamente corta. El 15 de abril de 1957, a los 39 años, falleció en un su tercer accidente aéreo en Mérida, Yucatán, cuando el avión pilotado por él estrelló en circunstancias misteriosas. Su muerte dejó a México sumido en el dolor, y millones de personas lamentaron la pérdida de uno de sus artistas más queridos. Literalmente murió como lo predijo: “Moriré en un accidente de avión”.
A pesar de su temprana partida, Pedro Infante dejó un legado vivo aún en la cultura mexicana. Su influencia se extiende no solo en el cine y la música, sino también en la identidad nacional. Años después de su muerte, su figura sigue siendo sinónimo de romanticismo, valentía y sencillez.
Su música continúa siendo escuchada en todo el mundo, y cada 18 de noviembre, fecha de su cumpleaños, como en todos los 15 de abril por su fallecimiento en el Panteón Jardín de la CDMX los mexicanos le rinden homenaje recordando sus canciones y sus películas. En muchos lugares de México, existen monumentos y estatuas en su honor.
No hablaré de su vida amorosa, fue un lío, mujeriego, bigamia, divorcio falso, es complicado tratar de detallarlo, pero 3 mujeres marcaron esa parte de su existencia, María Luisa de León, Lupita Torrentera e Irma Dorantes.
Pedro Infante fue mucho más que un cantante y actor; fue un símbolo de la época dorada del cine mexicano, y a pesar de sus humildes orígenes, logró conquistar el corazón de México y Latinoamérica con su talento y su sencillez. Su vida, aunque breve, estuvo llena de logros, errores, sacrificios y momentos inolvidables lo convirtieron en una leyenda inmortal, cuyo legado sigue presente en cada rincón de la cultura popular mexicana.
Por cierto, mi hija me dice qué si yo tengo un crush, es Pedro Infante.
@AbrahamTobias
MÁS DEL AUTOR:
Síguenos en