Alétheia
Jesús Gerardo Puentes Balderas
De acuerdo con el Informe 2021 de la organización Latinobarómetro, se incrementaron los ciudadanos mexicanos insatisfechos con la democracia como sistema político; en contraste, el apoyo a la democracia creció en cinco puntos respecto al 2018.
Desde hace cinco lustros los ciudadanos no se sienten representados por las élites fracasadas y partidos políticos obsoletos; la alternancia y el voto en contra de quienes han sido incapaces de desmantelar la desigualdad y la pobreza es el camino encontrado por los ciudadanos para ser escuchados.
La pandemia del SARS CoV-2 (COVID-19), influyó en esta percepción al revelar, en toda su dimensión, nuestras debilidades en los sistemas político, sanitario y económico.
Precisamente, la pandemia generó un cúmulo de ciudadanos informados, atentos, observadores y celosos de sus derechos; en su periodo de aislamiento, tuvieron la oportunidad de contrastar su realidad con lo sucedido en otras partes del mundo.
La información vertida en televisión e internet permitió, a los mexicanos, tomar conciencia de sus derechos al comparar las medidas adoptadas en otros países, no sólo en cuanto a la previsión y al tratamiento; sino en qué grado nuestro gobierno lo estaba haciendo bien, de manera equitativa y garantizando el derecho a la salud.
A pesar de dichos desencantos, en México la mayoría aún cree en el sistema democrático como el idóneo para elegir a sus gobernantes.
El estudio en comento revela que, al preguntar: ¿Con cuál de las siguientes frases está Ud. más de acuerdo? 1
a) “La democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno”.
b) “A la gente como uno, nos da lo mismo un régimen democrático que uno no democrático.
c) “En algunas circunstancias, un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático”.
La respuesta al primer inciso fue el apoyo a la democracia. Dicho reactivo, en los últimos 21 años, ha sido en promedio del 48%; su máximo alcanzado fue de 63% en el 2002 y el mínimo –37%– se presentó en 2013. La última medición, de 2020, arroja un 43% de apoyo.
La respuesta al inciso b), respecto a la indiferencia, es debida a la decepción ocasionada por una democracia aparente, único indicador que aumentó al pasar de 16% en 2010 a 26% en 2020.
En el caso del apoyo al autoritarismo, afortunadamente se trata de un indicador que no aumenta: se ha mantenido en el 16% de ciudadanos que lo prefieren; una minoría clara, la cual es confirmada en 16 de los 18 países de América Latina con un promedio de 13% de aceptación.
Comparto, a manera de conclusión de la presente entrega, una reflexión de Latinobarómetro: Las democracias no están en peligro. los gobiernos son los que lo están. Falta estado, falta institución, lo que lleva a la falta de democracia, sumado a la debilidad de las elites, el problema no es principalmente la falla de la democracia, sino esta es más bien su consecuencia.1
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