Preguntas de investigación (examen) para la Secretaría de Cultura 

noviembre 2, 2023
minutos de lectura

Por: Brenda Macías 

¿Qué le espera a Coahuila en materia de Cultura en el sexenio del Gobernador de las Mujeres?. En específico, ¿qué le espera a las ciencias del teatro?, ¿por qué es urgente fortalecer o incluir la perspectiva del teatro aplicado en la política cultural? No como un proyecto populista más o como si se descubriera el hilo negro. ¿Cuáles son las dimensiones éticas y estéticas del llamado teatro aplicado en México?. En específico, ¿del teatro penitenciario?, ¿será que pronto podríamos dejar de romantizar el teatro penitenciario y asumirlo como una postura política y de compromiso social?, ¿la política cultural en Coahuila estará a la altura de estos dilemas? 

Desde mi experiencia como espectadora e investigadora de teatro en contextos de encierro en Ciudad de México y Santiago de Chile, detecto la necesidad de profesionalizar todas las piezas involucradas en la realización del teatro aplicado en estos contextos. Las preguntas e ideas que aquí expongo surgen a partir de una larga investigación como estudiosa del caso de la Compañía de Teatro Penitenciario El Mago de la Penitenciaría de la Ciudad de México, una experimentación teatral que originalmente surgió en el Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla por invitación de la interna Sara Aldrete, quien buscaba asesoría profesional teatral para montar el musical Cats, de Andrew Lloyd Weber.

En este marco es interesante resaltar que la Compañía de Teatro Penitenciario El Mago haya nacido en una prisión femenil para luego asentarse en una prisión de hombres. Esta Compañía está plenamente reconocida como una actividad laboral por la Subsecretaría del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México. Alrededor del año 2009 los presos se enteraron de que las mujeres tenían acceso a talleres de teatro y quisieron participar. Las causas precisas de por qué los talleres de teatro no continuaron en la prisión de mujeres, al grado de convertirse en una Compañía de Teatro estable como pasó en la cárcel de hombres, es tema digno para otra investigación. Ya sabe usted, las desigualdades de género lo atraviesan todo.

La directora de teatro Itari Mata ha revelado en diversos foros y entrevistas con medios de comunicación que el proyecto de la Compañía de Teatro Penitenciario estaba destinado a morir desde el minuto uno porque ella y el Foro Shakespeare no tenían experiencia en teatro no convencional o fuera de lo estético. Sin embargo, gracias al trabajo, la voluntad de estudiar, de revisar bibliografía sobre criminología, filosofía, derecho penal, teatro y educación y teatro político lograron mantener a flote el proyecto que en 2023 cumplió 14 años. Incluso, la misma directora ha ofrecido talleres y cursos de buenas prácticas para la realización de proyectos de impacto social entre sus pares porque reconoce la importancia de la profesionalización. Ojalá y se dé una vuelta por Coahuila y ayude a los meros, meros del teatro coahuilense a erigir, en serio, el teatro penitenciario.

Los contextos de reclusión están plagados de buenas intenciones. Sin embargo, creo que es necesario pasar de esas buenas intenciones al diseño de una propuesta metodológica y pedagógica que articule la ética, lo político, la educación, la salud y lo comunitario para la transformación de quienes hacen teatro en contextos de violencia o en contextos vulnerables para impulsar una transformación social que surja de lo individual y que al mismo tiempo busque insertarse en lo colectivo. 

Finalmente, en consonancia con la investigadora teatral Macarena Andrews, quien se cuestionó su “poder” frente a una comunidad vulnerable para darle voz, surgen más preguntas sobre el quehacer del teatro aplicado en Coahuila a fin de reconstruir el tejido social. 

Me gustaría que la política cultural teatral de Coahuila responda a estas preguntas: ¿Con qué herramientas teóricas y pedagógicas se aplicará el teatro en contextos de violencia, carencia, discriminación, hambre o enfermedad en Coahuila?, ¿para qué aplicar teatro en contextos de carencia de privilegio al teatro?, ¿quién tiene derecho a hablar o a hacer hablar en el llamado teatro aplicado y carcelario?, ¿qué diferencias hay entre teatro aplicado anglosajón y el teatro comunitario y el teatro del oprimido con larga data en América Latina?. 

Me parece que estos cuestionamientos son pertinentes para comenzar una crítica, una ética y una aplicación del teatro en prisiones con el propósito de “innovar” en la política cultural de Coahuila, en los hospitales, en las escuelas, en los centros de rehabilitación, en los orfanatos, en toda institución total y de vigilancia. En el mismo gobierno.

Nos leemos la próxima vez. 

X: @brendamargotms

MÁS DEL AUTOR:

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

Síguenos en

Versión impresa

Don't Miss