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Por Alejandro Flores
Actualmente se estima que más de 200 millones de personas viven en un país distinto al de su nacimiento, lo que equivale a un poco más del 3% de la población mundial, es decir, una de cada 35 personas en el mundo es migrante internacional.
Según datos de la Comisión Económica para América Latina, en los últimos 5 años ha habido un incremento considerable en el número de migrantes latinoamericanos y caribeños.
De un total estimado de 20 millones en el año 2000, se pasó a 25 millones en el 2005. Esta cantidad equivale al 12% del total de migrantes alrededor del mundo.
Los movimientos migratorios, influidos principalmente por factores económicos, la falta de trabajo, la violencia, el terrorismo e inseguridad, la búsqueda de bienestar social y de mejores condiciones de salud, además de los beneficios para el país receptor, pueden ocasionar algunos cambios en la epidemiología local.
Es aquí donde el proyecto cobra vida, tratando de documentar de una forma distinta los desplazamientos humanos y los factores que los propician, enfocándose en las historias personales y haciendo énfasis en los objetos que viajan con cada persona, buscando distintas respuestas para una cuestionante: ¿Qué objetos elegirías para llevar en una mochila si tuvieras que dejar tu hogar y por qué?
Historias en movimiento es un proyecto visual de acercamiento cualitativo a comunidades migrantes migrantes que, casi en su totalidad, se dirigen hacia los Estados Unidos en búsqueda de una vida mejor.
Con el paso del tiempo y la creciente precariedad económica en múltiples países centroamericanos, el desplazamiento de población ha aumentado considerablemente en los últimos años.
Para la ciudad, esto ha significado una transformación tanto en dinámicas como en tejidos sociales, lo cual ha llegado a considerarse ajeno, inseguro, incómodo e invasivo.
La adopción de estos estigmas promueve la deshumanización de estas personas y provoca que antes de considerar su historia, comúnmente marcada por el dolor y la injusticia, se genere rechazo ante circunstancias indiscutiblemente inferiores.
Historias en movimiento es una idea que se ha ido estructurando y trazando desde hace un par de años y surge del evidente crecimiento del número de migrantes y la también creciente intolerancia de la población local hacia las personas en tránsito.
Desarrollar un proyecto como este significa, en su forma más simple, mostrar a una especie en travesía que está viva, porque está en movimiento; dar voz a aquellos que bajo sus circunstancias no la tienen, contar historias que de otra manera nadie escucha, mostrar las caras que nadie quiere ver y dar luz a la deshumanización de los migrantes y su situación.
Pero también significa exhibir el resultado de un ejercicio de observación e introspección que hila a través de imágenes, historias en desarrollo que trascienden tiempo y fronteras; que viajan en forma de objetos que honran memorias y van colgando en la espalda de personas que buscan distancia de sus raíces, no para olvidar el pasado, sino para cimentar su futuro.
La importancia personal que tiene este proyecto es poder ser un vehículo generador y traductor de imágenes que evidencien las distintas aristas del fenómeno social de la migración, haciendo que las circunstancias sociales se fundan con historias personales subrayando la dimensión emocional del proceso de migración, enfatizando los sentimientos, las emociones, la memoria, la construcción de sueños y la capacidad de adaptabilidad de tantas personas para vivir en dos mundos de forma paralela.
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