Signos vitales: ¿Y la gobernanza espacial?

abril 11, 2025
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EL COAHUILENSE

Por Alberto Aguirre

Habían pasado dos semanas de la publicación del decreto que extinguió su mandato pero la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación seguía con la difusión de los resultados de los informes que ahora deberán formar parte del acervo de la SEP.

¿La justificación? El cumplimiento de las actividades comprometidas en el Plan de Trabajo 2025 del Mejoredu, “en tanto no concluya su proceso de extinción”. En esa misma línea, los trabajadores de la Agencia Espacial Mexicana han utilizado los logotipos y lemas del gobierno de la República para enviar una misiva a la presidenta, Claudia Sheinbaum, para oponer sus argumentos —en contra, por supuesto— de su fusión con el Sistema Satelital Mexicano (MEXSAT), mediante su incorporación a la Dirección General Satelital de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones.

La ley que creó la AEM aún está vigente. Y los quejosos han realizado un análisis comparativo con las facultades y atribuciones de la nueva ATDyT, cuyas conclusiones son contundentes: al menos 70% de sus obligaciones no se encuentran alineadas ni son compatibles con la nueva entidad, que adicionalmente tiene un carácter eminentemente operativo.

La AEM tiene funciones sustantivas en materia de ciencia, tecnología, educación, divulgación y cooperación internacional, insisten, por lo que su desaparición genera “un vacío institucional y una fragmentación en la gobernanza espacial de México”.

Anteriormente definida y ejecutada en el seno de la antigua SCT, la política pública en materia aeroespacial incluye la observación de la tierra, la navegación y geolocalización, las ciencias y medicina espaciales, el desarrollo de sistemas espaciales y de la industria aeroespacial, la cohetería experimental, la exploración del espacio ultraterrestre.

La transición del la AEM —y también del IFT— a la nueva agencia digital ha sido endeble, tanto en lo técnico como en lo sustantivo y, de acuerdo con los especialistas de estos sectores, ha arrojado un debilitamiento institucional que contradice el fortalecimiento anunciado.

Los empleados de la agencia espacial se oponen a la desaparición inminente del organismo, su fuente de empleo, pero también en el ejercicio de sus funciones estratégicas. “En este contexto, y en favor de una visión de largo plazo para el desarrollo del sector, proponemos a usted considerar la continuidad de la AEM como un organismo, con capacidad técnica y de gestión, reestructurado y sectorizado en la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación”, plantearon.

“Nuestro análisis muestra que aproximadamente 80% de las funciones de la AEM resultan compatibles con la estructura y atribuciones de la SECIHTI, conforme a la Ley Orgánica de la APF y su Reglamento Interior”, sostienen.

La extinción de la AEM está “en activo” por lo que el personal técnico y administrativo espera sus liquidaciones, aunque han sido emplazados por los administrativos de la Agencia de Transformación Digital a voluntariamente tramitar sus renuncias. Muy pocos podrán quedarse en la dirección de la nueva dependencia, encabezada por Pepe Merino.

Hubo un bloque de exempleados que decidieron identificarse en la carta que remitieron a Palacio Nacional “en pleno ejercicio de su libertad de expresión”; otros optaron por permanecer en el anonimato, “pero comparten el mismo compromiso con el futuro del sector espacial mexicano”.

A la espera de su finiquito, apostaron por la argumentación para exponer su posición. En otras instancias en vías de extinción, como el Inai y el IFT, ya no hay actividad de la burocracia.

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