“Hace apenas unos meses la oposición estaba desunida y desmoralizada. La pregunta no era si podíamos ganar, sino por cuántos puntos nos iban a derrotar. Decían por todos lados no hay oposición y ¡hoy hay oposición! Que se oiga fuerte y claro, aquí está la oposición. La esperanza ya cambió de manos, la esperanza ahora es nuestra. México merece más. Si queremos corregir el rumbo hay que ganar las elecciones de 2024, la Presidencia, el Congreso, las gubernaturas y las alcaldías. La oposición puede llevarse 2024. Si en dos meses recuperamos la esperanza, es porque podemos ganar. Si en dos meses estamos por alcanzar a Morena, es porque podemos ganar. Podemos ganar y vamos a ganar”.
Esto fue parte del discurso de Xóchitl Gálvez, ayer, en el Ángel de la Independencia, al recibir la constancia como responsable de la construcción del Frente Amplio.
En resumen, ella estuvo muy bien y, aunque se dijo daltónica, les agradeció y reconoció al PAN, PRI y PRD el llegar unidos.
Aplausos para la sociedad; sí, para la marea rosa.
Pésimo los acarreados y, peor aún, la falta de jóvenes.
“¿Qué no haremos rumbo a 2024? No dividiremos a México. No recurriremos a la ofensa, al insulto o a la descalificación y siempre diré la verdad. Si algo se hizo mal en el pasado lo reconoceré. Si algo se hizo bien lo defenderé y si algo se está haciendo bien hoy. También seré honesta y también lo diré”.
Por cierto, en Chiapas, el sábado Toño López, tuxtleco, le regaló a Xóchitl Gálvez un huipil típico de ese estado y fue el que lució el domingo.
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La columna se publicó originalmente en El Financiero reproducida aquí con permiso de la autora.
Lourdes Mendoza Peñaloza es una periodista mexicana especializada en finanzas, política y sociales, con más de 20 años de experiencia en medios electrónicos, impresos, radio y televisión.