Por Lourdes Mendoza
La Auditoría Superior de la Federación detectó que el IMSS pagó anestesias y estudios de laboratorio que no fueron realizados, entre otras anomalías que causaron un daño al erario por más de mil 200 mdp.
La ASF detectó que el IMSS -inhale y exhale- pagó anestesias y estudios de laboratorio, pero no fueron realizados, entre muchas otras anomalías que causaron un posible daño al erario por más de mil 200 mdp en la revisión de la Cuenta Pública de 2023.
El IMSS no es Dinamarca, es una mina de oro.
Si algo ha quedado claro con la tercera entrega de la ASF sobre la Cuenta Pública 2023, es que el IMSS no es Dinamarca, ni por asomo. Lo que sí es: una mina de oro para negocios turbios, donde los millones desaparecen más rápido de lo que un paciente consigue una consulta.
Fuerte doble
¿Se acuerdan cuando Zoé Robledo decía que la subrogación de servicios iba a desaparecer porque el IMSS se estaba fortaleciendo?
De lengua me como un taco, pues en 2023 se gastaron más de 5 mil 700 millones en esos dos servicios subrogados, servicio de laboratorio y de anestesias, y de ésos, mil 225 millones están en el limbo.
O sea, sí hubo subrogación, pero sin control y sin transparencia. ¿A dónde fue a parar ese dinero? ¡Sabe!
Pues la ASF encontró:
.Contratos sin documentos de respaldo
.Pagos sin comprobación adecuada
.Descontrol absoluto en las licitaciones
.Proveedores cobrando sin que el IMSS siquiera pueda verificar lo que entregaron, y 122 recibos de pago por “servicios de laboratorio clínico” por 301.6 millones de pesos sin justificación y sin que se pueda comprobar qué servicios se dieron a cambio.
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Así como lo están leyendo, el IMSS tampoco sabe qué pasó con esos 301.6 mdp porque su sistema de control y supervisión es inexsistente. Según la ASF, toda la información de los servicios subrogados proviene directamente de los sistemas de los proveedores, sin que el IMSS tenga un mecanismo propio para verificar la trazabilidad de los pagos. Es decir, el IMSS paga con los ojos cerrados.
Modus operandi
Pues no es la primera vez que les documento esto, ¡eh!, baste recordar el desfalco por 397 mdp, resultado de la auditoria 2022-1-19GYR-23-2115-2023, realizada para revisar los dineros destinados a la compra y suministro de víveres y alimentos.
Pero esto no es lo peor. También se detectó que 116 mdp del presupuesto ordinario del IMSS terminaron en el programa IMSS-Bienestar, sin justificación ni autorización, como si los recursos públicos fueran una piñata de la que cualquiera puede tomar lo que quiera.
Así pues, el problema no es sólo el desvío, sino que los pagos registrados en la contabilidad del IMSS no coinciden con los registros presupuestales, generando una diferencia de 135.3 mdp que no pudieron explicar.
Riesgo de vomitar
Ah, y cómo dejar de decirles que por adjudicación directa, de acuerdo con la ASF, le entregaron a Casa Plarre, de Adrián y Jaime Cervantes, un contrato para prestar el servicio de anestesias, pero la empresa está al borde en la quiebra. Y lo hicieron en tiempo record, en sólo 28 minutos. ¡Quihúboles!
El 11 de septiembre de 2023, a las 14:57 pm, se enviaban las propuestas técnicas del proveedor; a las 15:04 pm, la UMAE Hospital de Especialidades señalaba que se cumplían con los requisitos, y a las 15:25 horas se daba por concluido el proceso. Y aunque no está para saberlo, Casa Plarre está despidiendo masivamente a sus trabajadores sin pagarles su liquidación. De hecho, están “invitando” a sus empleados a que se unan a un “plan de desvinculación laboral”, muy ‘4T’.
Lo que estamos viendo no es sólo corrupción, sino negligencia criminal.
Pero qué tal ayer nos presumieron que ahora sí ya habrá medicinas para todos. ¿Ustedes les creen? ¡Yo tampoco!
Las inconsistencias también se dan en el control interno del IMSS. Por ejemplo, su reglamento interior no está actualizado, sus direcciones normativas operan sin coordinación y sus sistemas informáticos carecen de controles para garantizar la veracidad de los datos.
¿Quién va a responder por esto?
Porque Zoé Robledo está muy preocupado por iniciar nuevamente sus giras de promoción en las delegaciones del IMSS y para ello instruyó a los delegados y directores de las llamadas UMAE, a través del Javier Guerrero, a que “consigan auditorios con capacidad mínima de 500 asistentes para estas giras”, y en caso de no tenerlos, se los “pidan al sindicato”.
Increíble pero cierto, pues ya le notificaron que hay sospechas de desvíos en la compra de equipo médico en 2024 y él anda como si no hubiera leído el oficio AECF/0286/2025, del cual tengo copia.
Para colmo, un reciente informe de Transparencia Internacional revela que, en 2024, México obtuvo una calificación de 26 puntos sobre 100 en el Índice de Percepción de la Corrupción, ubicándose en la posición 140 de 180 países evaluados. El IMSS contribuyó a esta deshonrosa calificación. Este desvío de recursos en el IMSS no es un caso aislado, sino un reflejo de cómo la corrupción está enquistada en nuestras instituciones. Mientras los funcionarios se llenan los bolsillos, México se hunde cada vez más en los rankings internacionales de corrupción.
Remate sin anestesia
Para rematar, en el IMSS se han autorizado pagos multimillonarios con firmas digitales sin control ni validación.
Y no olvidemos que el personal del IMSS desconoce los términos y condiciones de los contratos de servicios subrogados, por lo que ni siquiera pueden aplicar sanciones o penalizaciones en caso de incumplimientos. Dicho en otras palabras, los proveedores en complicidad con “altos funcionarios del IMSS” pueden hacer lo que quieran y cobrar sin que nadie los cuestione.
Nos faltan 1,225 mdp
¿Hará algo la presidenta Sheinbaum al respecto?, o nos vamos a quedar anestesiados ante el saqueo.
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