Triple Equis: Un chismecito hot no se le niega a nadie

marzo 27, 2025
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EL COAHUILENSE

Por @arriagaxxximena

El chismecito vuela rápido, incluso en una ciudad como Saltillo, donde juramos ser conservadores y poco sociables. Pero, bien que nos encanta el misterio, los placeres ocultos y las historias contadas en rumores indiscretos.

Dicen que hay un barecito por ahí, conocido por su variada música en vivo, pero también por ser punto de encuentro para parejas que disfrutan del swinger lifestyle, es decir, el intercambio de parejas, ya no es sólo cosa de las grandes urbes: aquí también hay quienes saben jugar.

El mundo swinger no es nuevo, aunque siempre ha sabido mantenerse en la sombra. Sus orígenes son un tanto difusos, pero algunos mencionan el inicio de esta práctica en los años sesenta, en Estados Unidos, cuando soldados en largas temporadas lejos de casa permitían que sus compañeros “cuidaran (xxx)” de sus esposas. Otros aseguran que todo comenzó en bases militares en Filipinas en los cincuenta, cuando los soldados inventaron un juego donde metían sus llaves en un sombrero y, al azar, intercambiaban parejas.

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En Prime hay una serie llamada El juego de las llaves –debo confesar, ya la vi– y básicamente trata de un grupo de amigos que “juegan” a intercambiar parejas en una fiesta, para meterle un poco de fuego a sus vidas maritales, eligiendo al azar las llaves previamente colocadas en un contenedor. Y así, después de la fiesta, cada “nueva pareja” se retira a explorar, aunque obvio no todo resulta como esperaban…

Pero más allá del origen o la serie, lo cierto es que la comunidad swinger ha crecido en el mundo y se ha vuelto toda una fraternidad, con sus propias reglas y códigos. En Saltillo, aunque discreta, existe. Y muchas parejas que antes acudían a los clubs de Monterrey, o a hoteles para adultos en regiones turísticas, ahora empiezan a hacer fiestas y preparar reuniones para continuar con el movimiento en la región, aún de manera reservada, no es fácil asimilar encontrarte con los maestros de tus hijos, o un colega de trabajo. Sin embargo, algunos dicen que por lo menos una vez al mes se reúnen y esta comunidad al parecer va en aumento por las generaciones más abiertas al poliamor.

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Ahora, si creías que entrar a este mundo es sólo cuestión de deseo, te equivocas. No es un simple “vamos viendo qué pasa”, hay reglas establecidas para quienes quieren participar:

    • Consentimiento mutuo: los dos deben estar absolutamente de acuerdo en participar y en los límites.

    • Comunicación abierta: Establecer las experiencias buscadas, los NO negociables, los deseos y las necesidades de cada uno.

    • Respeto absoluto: Cuidar la confianza dentro y fuera de la relación, esto es jodidamente estricto y tener mucho cuidado con el material virtual sensible.

    • Exámenes regulares:  El manejo de preservativos y otras prácticas de salud e higiene, como chequeos con frecuencia, son decisivos.

El “primo de un amigo” me comentó que cada pareja puede tener sus propias reglas, como la de nunca besar en la boca, no hacerlo con singles, sino sólo con parejas aprobadas por ambos, no salir solos, o hacerlo sólo una vez con cada pareja, no repetir jamás un encuentro, cada pareja las establece y se deben respetar.

La realidad es que la comunidad está más cerca de lo imaginado. No sólo en bares o fiestas privadas, sino en los lugares más cotidianos. Si te fijas bien, podrías encontrar señales incluso en el súper: en TikTok se habla del truco de la piña volteada en el carrito de compras, o esta imagen o el logo reconocido de esta práctica, usados en playeras o llaveros, un discreto mensaje entre quienes buscan conexiones afines.

Para el psicólogo y sexólogo Norberto Litvinoff, el secreto de este modo de vida es que sus seguidores no creen en la “propiedad privada” de la pareja. Es decir, no sienten que el cuerpo del otro les pertenece, y por eso pueden explorar otras fuentes de placer sin culpa ni traiciones. 

De algo estoy segura, una pareja debe tener cimientos fuertes, ser responsables y ambos estar de acuerdo en participar, para no dar paso a inseguridades personales. Tampoco verlo como la única solución a la rutina de los años de matrimonio, hay otras formas (que no implican otras personas) para reanimar las relaciones. De cualquier forma: los dos deben estar seguros de lo que quieren y están dispuestos a experimentar.  Ya que se volverán aliados en esta marea de nuevas sensaciones. Y no cualquiera es cómplice de libertad, de pasiones o de locuras. 

Cada cuerpo es un mundo, y cada pareja también. Para algunos, la práctica swinger aviva la pasión; para otros, puede ser el inicio de un problema. ¿Curiosidad, morbo o ganas de probar? Tú ¿te atreverías?

Antes de terminar tengo que decirlo: de las deudas públicas mayores y más caras, combinadas con un casi inmóvil índice de crecimiento y un incremento considerable de déficit fiscal, son los números que arroja el cierre de las cifras del mandato de López Obrador, aunado a un incorrecto manejo financiero de la deuda. 

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