3 mujeres destacadas en la ópera mexicana

octubre 27, 2024
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Foto: Pexels

Ciudad de México.- El 25 de octubre se celebró el Día Mundial de la Ópera, celebramos a las mujeres quienes han estado presentes en el mundo de la ópera como intérpretes de personajes y como compositoras quienes laboran a contracorriente por la estructura patriarcal que las expulsa.

Por lo que es necesario nombrar a las mujeres que se han impuesto en este ámbito en función de la paridad de género en los puestos de liderazgo. Para celebrarlas en este día, te compartimos a 4 mujeres de la ópera mexicana que marcaron un hito importante en el país. 

Julia Alonso-primera compositora de ópera

La primera compositora de ópera en México fue Julia Alonso (1889-1977), una mujer que nació en Oaxaca y emigró a la Ciudad de México para convertirse en la primera estudiante del Conservatorio Nacional de Música. 

Ella fue la única mujer que se tituló en cuatro carreras musicales (piano, órgano, dirección de orquesta y composición), y obtuvo el primer lugar en todas ellas; concluyó la última a los 26 años, detalla el portal Las nuevas musas. 

Aunque actualmente no existe mucha información sobre esta artista, ella fue pionera y punta de lanza en su época para las mujeres que desean dedicarse a la ópera. 

Sus composiciones incluyen dos sinfonías, dos suites para orquesta de cámara y dos cuartetos de cuerda. Además, escribió una ópera de los actos llamada “Tonantzin sobre la mitología mexicana.

Fue una de las primeras mujeres en componer para orquesta que estrenó dos obras en el concierto magno ofrecido en Palacio Municipal (del entonces Distrito Federal) para celebrar el Centenario de la Independencia en 1910, detalló la revista digital Proopera.

En 1912 dirigió la Orquesta del Conservatorio, la Banda de Artillería y el Orfeón Popular; al año siguiente figuró en el cuadro de honor del Conservatorio y fue electa administradora de la Revista Música, de la sociedad de alumnos de esa institución.

Pese a ser una celebridad de su época, pues Julia aparece en un mural pintado por Diego Rivera sobre el escenario del Antiguo Colegio de San Ildefonso,, su trabajo no es tan conocido en México, pero sí en el extranjero. 

Sofía Cancino- (1898-1985)

Sofía es otra mujer reconocida en el mundo de la ópera pero olvidada en la actualidad. Fue pianista, profesora de canto, compositora y directora de orquesta, su obra incluye sinfonías y música de cámara, así como cuatro óperas. Fue la primera mujer es dirigir una orquesta.

En 1938, año en que se tituló, fundó una Academia de la Ópera, con la cual actuó como directora concertadora. Llevó a la escena óperas de cámara como Bastien und Bastienne de Mozart; La serva padrona de Pergolesi; y también la ópera en dos actos Il matrimonio segreto de Cimarosa.

En 1940, recibió una mención honorífica por su poema sinfónico El gallo en Pátzcuaro, para orquesta y coro masculino, en un concurso convocado por la Universidad Nacional Autónoma de México. En años sucesivos presentó óperas completas con vestuario y escenografía en funciones privadas como parte de sus actividades de difusión operística. 

La obra de Cancino permanece prácticamente inédita. De acuerdo con el Diccionario Enciclopédico de Música en México de Gabriel Pareyón, sus cuatro óperas fueron: Gil González de Ávila (1937), en dos actos, con libreto de José Peón Contreras; Annette (1944-45), ópera en un acto con libreto propio; Michoacana (1941-1950).

Alicia Urrea (1930-1986)

Alicia fue una artista de orígen veracruzana que vivió toda su vida en la Ciudad de México y realizó sus estudios en el Conservatorio Nacional de Música. En 1969 ingresó a la Schola Cantorum de París, donde cursó nuevos estudios en composición.

Fue justo en este país extranjero donde comenzó su trabajo como compositora con Natura mortis o La verdadera historia de Caperucita, obra para narrador, piano y cinta magnetofónica, la cual fue estrenada en el Festival de Orleáns en 1971.

Como pianista, se desempeñó como solista en las principales orquestas sinfónicas de México, Canadá, Checoslovaquia, España, Estados Unidos, Francia y Rusia, pero para ella la labor de equipo era fundamental y por ello fundó La Camerata de México, agrupación dedicada a la música contemporánea.

Cabe señalar que el trabajo de Alícia marcó un punto y aparte para las mujeres compositoras de la épica, pues de 1973 a 1976 fue la Coordinadora General de la Compañía Nacional de Ópera del INBA, cargo que le permitió apoyar el trabajo de programación de óperas mexicanas y estrenos.

A lo largo de su vida compuso música incidental para más de 40 obras teatrales. También escribió música para ballet y cine, lo que nos acerca a su concepción de la ópera como un todo y ejemplifica su excelente trabajo como dramaturga.

Como compositora incursionó con métodos seriales y experimentó con elementos electrónicos e instrumental preparado. Escribió obras para piano solo, música de cámara, vocal-instrumental, cantatas y dos óperas: la primera, en 1974, se titula Romance de Doña Balada, “ópera-teatro” de cámara para narrador, cantantes solistas, bailarín y grupo instrumental, con libreto de la propia compositora con base en un cuento de Honoré de Balzac.

CIMAC Noticias

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