Redacción El Coahuilense
Ciudad de México.- ´Antonia, una sinfonía´, es una película que otorga un relato evocador y emocionante de una mujer que hizo todo por alcanzar su sueño para convertirse en directora de orquesta, en ella se retratan los obstáculos que tuvo que zanjar ante el menosprecio de los músicos que la rodeaban y le limitaban oportunidades; harta de la situación, fundó la New York Women’s Symphony, una orquesta exclusiva de mujeres, no obstante, a pesar de su talento nunca obtuvo un puesto permanente como directora.
Cuando su orquesta New York Women’s Symphony, permitió la entrada a hombres, dejó de generar interés el proyecto y se terminó.
Durante décadas, luchó para hacerse un lugar entre los grandes de la música clásica, pero su destreza como directora chocó siempre con su condición de mujer. La prensa, los altos cargos de varias orquestas, la marginación social y laboral de las mujeres de la sociedad que la vio crecer le negaron el reconocimiento que merecía.
«Tengo cinco presentaciones al año. Tengo fuerza suficiente como para tener cinco al mes. Doy clases, pero… me siento frustrada. Es como darle un poco de pan a una persona que muere de hambre… Cada vez que escucho el nombre Evgenia Svetlana, muero por dentro… porque ella es mujer en Rusia y está dirigiendo todo el tiempo».
Lo anterior, poniendo de relevancia, que, bajo los atavismos de la época, no importaba el esfuerzo que ella realizara, ni lo buena ejecutante que fuera. De todas formas, su condición de mujer la relegada a un segundo plano, que no resultó así para la directora de orquesta rusa, Evgenia Svetlana, quien, para su fortuna, mantuvo un poco más de exposición.
La biografía de Antonia Louisa Brico, inicia un 26 de junio de 1902, nacida en la ciudad Róterdam, Holanda; siendo una niña fue llevada a los Estados Unidos por sus padres adoptivos, rebautizada el nombre de Wilhelmina Wolthuis.
Estudió con Paul Steindorff, Zygmunt Stojowski y Karl Muck. Ejerció también de profesora. Dos de sus alumnas fueron Philippa Schuyler, pianista y compositora considerada; y Judy Collins, que posteriormente sería una reconocida cantante de música folk y mantendría siempre una relación estrecha con Brico.
La película, es un relato cinematográfico que resulta una sinfonía, varias escenas importantes y emotivas se cuentan en imágenes que vibran, al compás de música clásica o instrumental característica de los años veinte. Así, las escenas musicalizadas van contando diferentes giros de la historia.
En algún momento de la cinta hacen referencia a Rapsodia en Azul, una composición creada por George Gershwin para piano solo y banda de jazz, escrita en 1924, en la que se combinan elementos de música clásica con efectos de influencia jazzística, siendo se ha convertido en una de las obras más populares de la música clásica de los Estados Unidos.
En algún momento Antonia Brico encontró trabajo como pianista en un cabaret envuelto en una atmósfera de lujo y sofisticación que caracterizó a los locos años 20s del siglo pasado, la ambientación muy bien lograda con el vestuario de la época, a los que se suman la arquitectura y el diseño Art Déco.
Pensar y vivir, fuera de la caja
Antonia Rico, se graduó a los 17 años de la secundaria, cuando se enteró que era adoptada se fue de su casa, no volvió a ver a sus padres adoptivos. Se graduó en la Universidad de California, Berkeley, donde fue asistente de Paul Steindorff, pianista y director, de la Ópera de San Francisco.
Estudió piano en Nueva York con Sigismond Stokowski, después, viajó a Hamburgo y estudia 4 años con Karl Muck, completando su formación en la Academia Estatal de Música de Berlín.
Debutó como directora dirigiendo a la Orquesta Filarmónica de Berlín en 1938, convirtiéndose en la primera mujer en hacerlo, de manera exitosa. Después, regresó a Estados Unidos y logró dirigir, solo como invitada, la Orquesta Sinfónica de San Francisco y la Orquesta Sinfónica de los Ángeles.
De ahí, regresó a Europa con giras exitosas, de regreso a Estados Unidos, debutó como directora de la Musicians’ Symphony Orchestra en el Metropolitan Opera House de Nueva York.
Ante la falta de oportunidades, Antonia Brico creó la ´New York Women’s Symphony´en 1934, bajo el respaldo de la primera dama de los Estados Unidos, Eleonor Roosevelt.
A lo largo del tiempo, intentó obtener un puesto como directora titular de las grandes orquestas, cosa que nunca logró. Después se fue a vivir a Denver, donde enseñó piano y siguió dirigiendo como invitada diversas orquestas.
Posteriormente, volvió a Europa hizo una pequeña gira, cabe destacar que en Europa, si reconocían su talento. Sin embargo, nunca le ofrecieron el puesto de directora titular.
El final de sus días, los vivió en Denver, Colorado, trabajando como directora de la Denver Businessmen’s Orchestra, dirigiendo también la Denver Opera Association, la Women’s String Orchestra y la Boulder Philarmonic Orchestra, aunado a sus actividades de enseñanza.
Película de mujeres, hecha por mujeres
La directora holandesa Maria Peters realizó la película ´De Dirigent´, estrenada en 2018, sobre la vida de Antonia Brico, con Christanne de Bruijn en el papel protagónico, siendo un casting exitoso y redondo por donde se le mire. Porque la actriz danesa, quien iluminan la pantalla, ofrece una interpretación que la traspasa.
La sinopsis de Netflix, resume la película: Antonia, una sinfonía (conocida como, ´De Dirigent´, en idioma holandés), así: «A finales de los años veinte, Antonia Brico enfrenta obstáculos desalentadores cuando lucha tenazmente por ser la primera mujer en dirigir una gran orquesta sinfónica».
Durante la película programada en Netflix, se puede ver una tesis que ya se presentaba anteriormente, en una escena del documental ´Antonia: a Portrait of the Woman, de Judy Collins´ (1971), donde declara:
Valor y valentía reflejados
En una cinta, donde la sonoridad y los puntos dramáticos se mueven acompasados, el final no podría ser la excepción, mientras se alcanza a oír música de violines, en la pantalla comienzan a aparecer, las siguientes declaraciones escritas en la pantalla:
Estas mujeres de principios del siglo 20, al igual que las de otras épocas, incluso la actual son mujeres de avanzada, en muchas ocasiones tuvieron que dejar atrás para abrazar una vocación o una causa. Sin lugar a dudas, habrán tenido una vida apasionada y satisfactoria, en cuanto a que eligieron como vivir su vida.
Sin embargo, la historia también les habría enseñado a esas mismas mujeres, que, atreverse a pensar diferente y salirse de la caja, traería una fuerte carga sobre sus hombros, ya que en la mayoría de las ocasiones, el costo por haber sido tan geniales y llenas de vida, lo pagaron en la recta final de sus vidas, al vivir de forma modesta y, casi, destinadas al olvido.
Lo que mujeres como la directora de orquesta, Antonia Brico no llegaron a enterarse, es que su afán, pasión e incansable búsqueda por alcanzar sus sueños, detonaron y dieron frutos, llegando a ser un modelo de inspiración para las nuevas generaciones de mujeres.
Antonia falleció el 13 de agosto de 1989 en Denver, Colorado.
TE RECOMENDAMOS LEER:
Síguenos en