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Ciudad de México.- Aunque las concesiones mineras tendrán ahora una duración de 30 años, se podrá obtener una prórroga por 25 años más, así lo establece la reforma a la Ley Minera impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador y que los senadores aprobaron durante la madrugada de este sábado 29 de abril.
Con 66 votos a favor, los senadores del bloque oficialista también avalaron reformas a la Ley de Aguas Nacionales, la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente y la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos.
Entre las reformas aprobadas, se establece que las concesiones de agua para uso industrial en la minería tendrán una duración máxima de 30 años con posibilidad de prórroga por 25 años y se regula la transmisión de títulos de concesión, adicionando causales de cancelación de los permisos. Además, se incorpora un capítulo de delitos con el objetivo de sancionar.
Con cascos como los que usan los trabajadores de minas, un grupo de senadores, entre ellos el presidente de la Mesa Directiva, Alejandro Armenta, aplaudieron la aprobación de la reforma que dijeron promoverá una minería sustentable y que marca un precedente al ser la primera modificación de dicha ley en 30 años.
Asimismo, con 64 votos a favor, senadores de Morena y sus aliados aprobaron la creación de una aerolínea operada por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Las reformas a la Ley de Aeropuertos y de Aviación Civil fueron avaladas sin discusión, y se enviarán al Ejecutivo para su publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF) y entrada en vigor.
Cabe destacar que estas reformas se aprobaron en ausencia del bloque opositor, que el jueves frenó la última sesión del periodo ordinario entre jaloneos, manotazos y golpes, ante la falta de acuerdos entre los bloques en el Congreso.
Esta confrontación mantuvo tomada la tribuna más de 24 horas, lo que llevó a que los legisladores morenistas cambiaran de sede para continuar con la sesión.
La oposición ha acusado a Morena de impulsar reformas durante las madrugadas y en «fast track», un proceso legislativo en el que la mayoría acelera las votaciones sin consenso con las demás fuerzas políticas.
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