Ciudad de México.- El machismo y la misoginia en los “corridos tumbados” se han mantenido estrechamente relacionados desde que este género comenzó a tomar relevancia, provocando así la normalización de la violencia contra las mujeres, desde conductas agresivas en pareja, como los celos o el control, la violencia sexual hasta llegar incluso al feminicidio.
Las letras de estas canciones incluyen mensajes en los que se muestra como algo “usual” el “amor romántico”, ese que provoca una serie de violencia en contra de las mujeres. Pero también se recurre nuevamente a elementos que hacen alusión a la discriminación, estereotipos de género y coloca a las mujeres como “objetos” de consumo.
¿Por qué debería preocupar el perpetuarse estos mensajes en la sociedad?
Investigadoras como la doctora en filosofía, Sayak Valencia, refieren que con esta acción lo que se motiva es a la hipernormalización de la violencia, lo cual provoca que no se actúe en la realidad concreta para cambiarla.
En lo anterior coincide Rita Segato, escritora, antropóloga y feminista, quien nos recuerda que la violencia “no es una consecuencia de problemas de otro orden, como la desigualdad social o la falta de oportunidades, la violencia se aprende”.
“La repetición de la violencia produce un efecto de normalización de un paisaje de la crueldad y, con esto, promueve en la gente los bajos umbrales de empatía indispensables para la empresa predadora. La crueldad habitual es directamente proporcional a formas de gozo narcisista y consumista, y al aislamiento de los ciudadanos mediante su desensibilización al sufrimiento de los otros”, expresa Segato en su texto Pedagogías de la crueldad.
En específico este tipo de violencia que ocurre “cuando se transmiten patrones de comportamiento y actitudes que justifican un trato desigual, promoviendo la cosificación de las mujeres —que conduce a la violencia sexual— y reforzando los roles de género y estereotipos de sumisión y dominación”, es conocida como violencia simbólica.
La Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim) explica que la violencia simbólica dota de “superioridad, control y poder a los hombres”.
De ahí la importancia de que en la sociedad no circulen contenidos musicales que hagan alusión a este tipo de violencia y que, por el contrario, se generen herramientas para prevenir y erradicar el machismo y la misoginia también en la música.
“No quiero que te vayas Y si un día te largas Voy a ser la sobredosis Que de una nota te mata Si te alejas de mi vida Me vas a dejar herida Pero seré yo la bala perdida Que va a detonar tu pecho Como el vivo y con despecho”. Kilos de Amor, Natanael Cano
Aunque cantantes como Natanael C. ya han sido sancionados por hacer apología de la violencia contra las mujeres, este recurso no se ha detenido. Poco les ha importado a los famosos este tipo de “penas”, pues su música continúa siendo enaltecida y ellos obteniendo recursos a costa de la normalización de la violencia.
Por ejemplo, Naratanel C. fue multado por el gobierno de Chihuahua el pasado mes de septiembre y se hizo acreedor a una multa que asciende a 1.2 millones de pesos, esto no ha impedido que el cantante continúa realizando conciertos a lo largo de la República.
Cabe recordar que la sanción se dio luego de que el cabildo del municipio de Chihuahua aprobara diversas reformas para prohibir la presentación en vivo de espectáculos musicales que sean discriminatorios para las mujeres por cosificarlas o por reproducir estereotipos de género que propician la violencia en su contra.
Esta medida (que recae de manera específica en los cantantes de corridos tumbados y reggaetón) incluye multas de hasta un millón 244 mil pesos para quienes no acaten la ley, tal como ocurrió con Natanael C.
Al normalizar y enaltecer este género musical, llevando incluso a exponentes como el cantante Peso Pluma a recibir premios internacionales, se invisibiliza lo que provoca, ya que, recordemos, tan solo de enero a agosto de 2023, las cifras por violencia contra las mujeres no han visto un descenso.
Al hablar de muertes violentas de mujeres, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) registra dos mil 312 casos, de los cuales únicamente 572 se investigan como feminicidio.
Sumado a ello se acumulan un total de 195 mil 130 denuncias por violencia familiar, siendo junio el mes que más casos ha registrado en los últimos nueve años, con un total de 27 mil 390 denuncias. Mientras que al hablar de llamadas de emergencia, en la primera mitad de este año se realizaron 228 mil 55.
Por eso es importante dejar de relacionar la música con el machismo y la misoginia, entender que se habla de violencia simbólica desde sus letras y las consecuencias que trae consigo la normalización de un género musical que coloca como su eje principal el narcotráfico, las armas y la cosificación hacia las mujeres.
¿Otros géneros y narrativas son posibles? Sí. Así lo demuestran las mujeres en la música, como Ana Tijoux, quien recientemente fue reconocida como la tercera mejor rapera de habla hispana en un escenario dominado históricamente por hombres.
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