Paraíso, Tabasco.- Emiliano era el menor de dos hermanos y estudiaba el primer año de la secundaria federal José María Pino Suárez, donde llevaba un excelente promedio y en fechas recientes fue reconocido como segundo lugar en aprovechamiento de su grupo. El miércoles recibió tres disparos afuera de la casa de su abuela que le costaron la vida.
“No me quiero morir”, dijo el niño de 11 años tras ser baleado afuera de su casa ubicada sobre la calle 8 de Octubre de la colonia El Limón; un inmueble color melón, con una reja metálica y una cámara de video que apunta a la calle.
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Ningún vecino se atreve a contar qué pasó, excepto don Manuel Almeida, herrero y vecino de la abuela de Emiliano. “Cuándo sucedió el caso eran las seis de la tarde. Yo cerraba mi establecimiento cuando el niñito pasó y ya lo esperaban unos señores en carro rojo”.
Manuel Almeida señaló que Emiliano «iba a ser secuestrado, pero como opuso resistencia le dispararon en tres ocasiones y cayó al suelo, donde gritaba: No me quiero morir».
La madre de Emiliano, Claudia, visiblemente consternada, hizo una breve aparición tras la reja de la propiedad.
“Se le salió de las manos la delincuencia a él (Presidente)”, fueron las palabras de la señora Claudia que dejó en claro que no tiene confianza en las autoridades, pero aún así espera que se le haga justicia a su hijo.
Bertha, la abuela de Emiliano, también arribó a la propiedad con lágrimas en los ojos
«Justicia, pero que en realidad la hagan. Respeten, no quiero a nadie aquí”, dijo la madre de Claudia a los representantes de la prensa que la esperaban afuera de la propiedad. Más tarde compartió en su cuenta de Facebook una publicación en la que, además de recordar a su hijo, agradeció a quienes la acompañaron en ese trance y pidió que respetaran su duelo.
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«Agradezco a todos los que estuvieron en el último adiós de mi hijo Dante Emiliano, quien lo conoció sabía que era un niño lleno de vida, que no quería irse porque tenía el anhelo de ser como su hermano, un ingeniero. Desafortunadamente ya no lo veré realizarse”, escribió en su red social, donde también expresó su perdón a los asesinos de su hijo.
Calles vacías, puertas cerradas y silencio es lo que prevalece en las calles aledañas a la casa de Emiliano. Una patrulla de la Policía Municipal de Paraíso es todo lo que hay a las afueras de la escuela donde estudiaba Emiliano. Los jóvenes del turno vespertino se mantienen al interior mientras las autoridades custodian la zona.
«No se pueden tomar fotos y mucho menos publicar los nombres de quien guste dar su declaración», dijo una maestra a quienes buscaban testimonios.
Poco se sabe del velorio y posterior entierro de los restos del niño, sin embargo, algunas personas aseguran que su última morada está en la ranchería Moctezuma.
El presidente Andrés Manuel López Obrador lamentó el crimen, pero dijo que se está usando para golpear a su gobierno porque los corruptos están muy enojados y por eso magnifican la violencia.
“Aunque se enojen, como estamos en temporada electoral y todo lo que sea para perjudicarme a mí, más que es mi estado, pues los corruptos están muy enojados, magnifican mucho todo lo relacionado con violencia, antes callaban como momias y ahora gritan como pregoneros, entonces hay que entender eso también”.
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