COPENHAGHE. Luego de una intensa semana de movimientos sísmicos constantes en Islandia, la actividad se mantiene estable cerca de Grindavík, la ciudad más afectada, sin embargo, las autoridades meteorológicas siguen considerando una alta probabilidad de una erupción volcánica debido al aumento constante del nivel de la lava hacia la corteza terrestre.
Expertos de la Oficina Meteorológica de Islandia (IMO, por sus siglas en inglés) siguen con detenimiento cómo se ralentiza el flujo del magma bajo la superficie, así como el aumento de los niveles de dióxido de azufre (SO2) en la atmósfera de los últimos días.
Por su parte, la directora del centro de vigilancia nocturna del IMO, Kristín Jónsdóttir, anunció ayer en una reunión con la Defensa Civil, que la reciente actividad sísmica provocó que el magma se elevara hacia la corteza terrestre, misma que ya está fracturada y no necesitaría mayor esfuerzo para alcanzar la superficie, informó el diario local Iceland Monitor.
La funcionaria islandesa confirmó que la actividad sísmica ha disminuido, al igual que el movimiento de la lava, por lo que los movimientos telúricos son menos numerosos y de menor intensidad.
“El túnel de magma sigue ampliándose y profundizándose, pero se ensancha y profundiza menos en las últimas 24 horas que en las 24 horas anteriores”, informó Jónsdóttir.
Insistió en que aún “creemos que sigue existiendo una posibilidad de que haya una erupción. En las últimas erupciones vimos que es precisamente cuando ese movimiento (del magma) empieza a reducirse que el momento de la erupción se acerca”, declaró a la televisión pública islandesa RUV.
“Si bien los cálculos del modelo todavía indican que el magma está fluyendo hacia el respiradero, se debe considerar probable que entre en erupción y que esta mayor probabilidad durará al menos los próximos días”, comentó para Iceland Monitor.
Los datos también indican que la mayor ampliación del corredor de magma se produce al oeste de Hagafell. Por lo tanto, los científicos creen que esta zona, que es el centro de la actividad, es la fuente más probable de erupciones volcánicas.
“Las consecuencias de una erupción de este tipo dependen de su tamaño y son difíciles de predecir”, afirmó Kristín.
Según ella, el lugar exacto de grabación es un requisito previo para poder predecir los flujos de lava.
“Pero si surge lava en la zona en cuestión, puede fluir hacia Svartsengi, Grindavík, pero también hacia el norte y el este, dependiendo de dónde exactamente salga la lava”.
La policía ha permitido esta semana el ingreso controlado de residentes para que puedan recoger sus pertenencias en la ciudad de Grindavík, evacuada hace una semana cuando inició la actividad sísmica y causó que el gobierno decretara estado de emergencia.
Las autoridades islandesas también iniciaron esta semana la construcción de diques de protección contra la lava, de seis a ocho metros de altura, en torno a la cercana planta eléctrica de Svartsengi y la Laguna Azul, el famoso balneario geotermal y cuyo cierre se ha prolongado al menos hasta el 30 de noviembre.
Los trabajos de construcción podrían prolongarse entre 30 y 40 días, según el medio digital islandés Visir. Benedikt Ófeigsson, otro funcionario de la IMO había señalado que es probable que el magma bajo Grindavík se haya acercado mucho a la superficie, posiblemente unos 500 metros, y precisó que el aumento de los niveles de SO2 en la atmósfera es una prueba de su proximidad.
“El SO2 no se libera del magma hasta muy cerca de la superficie. Sólo en el kilómetro superior”, precisó, citado por RUV.
Islandia es una isla volcánica situada en el Atlántico Norte que tiene una población de unos 370 mil habitantes y una extensión de más de 100 mil kilómetros cuadrados.
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