El huracán Beryl y su impacto en la vida de mujeres en zonas costeras

julio 4, 2024
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Ciudad de México.- La próxima llegada a tierras mexicanas del huracán Beryl de nueva cuenta prende las alertas por los estragos que pueda generar en las zonas costeras del país y aunque ya se ha hablado de las consecuencias por el cambio climático, es prioritario analizar desde la perspectiva de género cómo podría impactar este fenómenos a las mujeres quienes están a cargo de las labores de cuidado.

Como antesala, se debe acotar que, de acuerdo con la Organización Metereológica Mundial (OMM) Beryl se ha convertido en uno de los huracanes más poderosos a causa de su gran fuerza para subir de categoría con el paso de los días. 

El paso de Beryl ha impactado las islas del Caribe, lo que permite descentralizar la información y nombrar a los países y colonias vecinas que, hoy resisten en la incomunicación, el luto y la pérdida total de sus bienes.

Carriacou, una isla en Granada con menos de 9 mil habitantes, se encuentra incomunicada de los servicios desde hace más de 10 horas, señaló el presidente granadino Dickon Mitchell. 

Presas y ríos en Venezuela se encuentran desbordados, arrastrando consigo negocios, autos y árboles, como resultado, se registró la muerte de un hombre en la ciudad de Sucre que fue arrastrado por la corriente.

La isla Barlovento ubicada en el país de Barbados, ha presentado violentas lluvias e inundaciones; sin personas heridas. Asimismo, México, Martinica, Puerto Rico y Haití se preparan para posibles impactos, lluvias torrenciales y fuertes vientos. 

El primer paso: Reconocer la condicionante del género

Una de las resistencias primarias al cruzar el género con los fenómenos naturales de alto impacto, es el saber la población general atraviesa por lo mismo y no existe diferencia en el vivir, sin embargo, no es el fenómeno por sí mismo, sino más bien, este es un catalizador para exponer cómo las políticas públicas, las violencias y la discriminación son deficientes a la hora de garantizar la seguridad de la mujer ante estados de emergencia

Esto último, lo podemos entender a través de la interseccionalidad, algo que la Asociación para los Derechos de la Mujer y el Desarrollo explica en «Interseccionalidad: una herramienta para la justicia de género y la justicia económica«, en este documento, se señala que, aunque todas y todos vivimos eventos violentos, existen condicionantes que recrudecen este hecho, como por ejemplo, la casta, la edad, etnicidad, el idioma, la ascendencia, localización geográfica y por supuesto el género. 

«El análisis interseccional plantea que no debemos entender la combinación de identidades como una suma que incrementa la propia carga sino como una que produce experiencias sustantivamente diferentes» (Asociación para los Derechos de la Mujer)

Entendiendo a Beryl con gafas violetas

La Organización Panamericana de la Salud reafirma que son las mujeres quienes se enfrentan a mayor vulnerabilidad a la hora de hablar de desastres naturales por una serie de motivos económicos, laborales y de cuidados. 

De acuerdo con la organización, son las mujeres quienes tienen menor acceso a la información, transporte y control de toma de decisiones, lo que repercute directamente en su seguridad ante alertas de emergencia; sus herramientas de prevención se ven coartadas por su menor influencia social y adquisitiva. 

Esto último, lo podemos aterrizar con el huracán Beryl y el aumento de hasta un 30% en madera utilizada para la protección de ventanas y puertas a causa de las compras de pánico en Cancún, un destino turístico que, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), posee a 379 mil mujeres trabajando en la informalidad con un salario menor a 9 mil pesos mensuales: ¿cuántas familias compuestas por madres autónomas e hijos podrán competir por adquirir víveres y herramientas de protección ante la alza de los precios de los productos?

Sobre esta misma línea, es necesario acotar que, ante desastres naturales, son las mujeres quienes viven mayor rezago laboral, pues son quienes ejercen mayoritariamente en la informalidad y cuentan con una sobrerrepresentación en el trabajo agropecuario. Sin prestaciones, ni la posibilidad de acceder a sistemas de salud de calidad, la integridad de millones de mujeres se ve en riesgo tras la pérdida de su empleo y su hogar.

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La Organización Panamericana de la Salud, advierte que, tras el desplazamiento de las poblaciones a centros de refugios, son las mujeres quienes enfrentan mayores dificultades e incluso, violencia. Esto tiene su raíz en que, muchas mujeres llegan a estos espacios de protección acompañadas de sus hijas e hijos o personas mayores / con discapacidad a su cuidado, mientras que el hombre, tiene la posibilidad de viajar a otros poblados – cuidados para conseguir una nueva fuente de empleo. 

Dentro de estos espacios de «protección», se registra un aumento en la violencia sexual explica la organización en «Género y desastres naturales». 

De esta forma, se concluye que al reconocer de lo que atraviesa a la mujer, no constituye una «revictimización» que intenta desmeritar las experiencias del resto poblacional, sino más bien, se trata de construir sociedades más justas nombrando lo que vivimos y convertirlo en un acto político, como menciona la teórica feminista Carol Hanisch: «Lo personal es político».

Exponer las deficiencias de un sistema androcentrista a la hora de abordar los fenómenos naturales, ayuda a entender las deficiencias políticas, de programas, de servicios y los vacíos legislativos que vulneran y desprotegen a las mujeres ante situaciones de emergencia ambiental.

CIMAC Noticias

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